Sentí unos toques en mis mejillas, haciendo que apretara los ojos por el repentino toque, dándome cuenta además que sentía el cuerpo pesado. Abrí los ojos para toparme con Portugal quien continuaba dando toques en mi mejilla.
Me erguí en mi lugar, estirándome un poco y percatarme que varios countries estaban dormidos en la mesa y algunos sobre mis piernas. Sonreí ante aquello pues, pensé que se quedarían dormidos en la cama. Sinceramente no se a que hora me dormí pero, lo que sí sé, es que probablemente tenga dolores de espalda durante el día por la posición en la que dormí. Todos comenzaron así a despertarse.
—Buenos días chicos.— Saludé a todos mientras bostezaban a la par que tallaban sus ojitos. —¿Queréis desayunar?— Como de forma automática todos se levantaron y comenzaron a correr hacia el salón.
Me reí de todos al verlos tan desesperados por comer. Me giré para ver a FBI en mi cama dormido, pues al estar enfermos dejaba que durmieran en mi cama al igual que Bolivia, pero siempre acaban durmiendo todos conmigo por lo que he podido ver hasta ahora.
Me levanté de la silla, sintiendo y escuchando un pequeño crujido en la espalda. Mi piel se erizo por aquello, pero lo ignoré y caminé hasta la cama, viendo como la organización dormía tranquilo.
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A pesar de que la organización era un testarudo, no podía negar que era tierno y valiente a pesar de su tamaño, pues según lo que me dibujaron los demás para explicarme lo ocurrido con él, una rata los atacó y FBI fue el que salió en defensa de los demás. Sonreí y me agaché, colocando mis labios en su frente notando como la fiebre había bajado. Al apartarme él se removió en su lugar, pero continuó durmiendo.
Me vestí con un jersey beige y unos pantalones negros, saliendo de la habitación para ver en el salón a los countries viendo Shin-chan en la televisión, recordando así parte de mi infancia con esos dibujos.
Me acerqué a la cocina y decidí hacer panqueques, al menos uno para cada uno, ya que todavía tenía tiempo hasta ir a la universidad. Escuché un pequeño chillido y miré abajo para toparme con ONU, UE, Canadá y España, quiénes me miraban contentos.
—¿Qué ocurre?— ONU señaló la encimera. —¿Huh? ¿Queréis ayudarme a cocinar?— Pregunté y asintieron al instante. Los sujeté y los dejé en la encimera. —Pensé en hacer panqueques. ¿Qué decís?— Vi como sus ojitos parecían lanzar estrellas al decir el nombre de la comida.
Saqué la harina, levadura, azúcar, sal, huevos, leche y mantequilla, midiendo todo en la báscula y lo dejé en un cuenco.
Yo fui la primera en tirar la harina en el cuenco, ONU tiró la levadura, Canadá el azúcar, todo en su medida claro, y España tiró una pizca de sal. Metí la mano e hice un hueco en medio, dónde añadí los huevos, Canadá añadió la leche y UE la mantequilla. Al girarme vi a ONU quien con algo de dificultad sacó el batidor del primer cajón.
