Capitulo 3

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Era de madrugada cuando abrí los ojos, el sol estaba saliendo y comenzaba a caer lentamente sobre la aldea, iluminando las calles y senderos, siendo el anuncio de la nueva jornada que pronto la mayoría de los habitantes empezarían y que otros ya habían comenzado. Mirando al techo parpadeaba casi como si estuviera ausente de la realidad, perdida en los recuerdos del sueño que acababa de tener, sintiendo como mi corazón dolía y las lágrimas caían por mi rostro — Boruto, Himawari — Pronuncie en un sollozó ahogado, justo antes de apretar mis ojos y contorsionar mi rostro en una mueca de dolor, mientras lloraba y dejaba salir toda la tristeza que sentía.Los recuerdos de ese dia aparecían como pesadillas, se habia acostumbrado a despertarse sudada y con sus heridas abiertas y eso la llevo a preocuparse.

En sus braso tenia heridas de navajas, lo cual no le sonpredia en su vida de kunoichi no salio sin ningún rasguño pero en su espalda tatuado como un tatuaje tenia símbolos raros, lo cual tendría que investigar después.

Pasé un tiempo más allí descargando mi dolor, hasta que lentamente las lágrimas ya no salieron y comencé a sentirme un poco más ligera, fue entonces que me senté en mi cama y con el dorso de mi brazo limpie mi rostro. — Tengo que ser fuerte — Me dije recordando que tenia que cambiar el futuro, tenía que evitar desfallecer, así que tenía que comenzar a dejar de compadecerme y seguir moviéndome hacia adelante, después de todo ya tenía una meta, así que no era el momento de retroceder en mis pasos; con esto en mente y mucho más tranquila, me puse de pie y comencé a prepararme para ese día en que oficialmente sería un estudiante de la academia. Luego de asearme en el cuarto de baño y segura que no quedaban rastros de  sangre en mi cuerpo , regresé a mi habitación donde me puse la vendas la cual decía a mis " padres" que eran para entrenar cosa que ellos creyeron, donde me coloqué unos pantalones cortos de color gris y una camisa larga de color azul oscuro, por último peiné y solté mi cabello dejándolo suelto cosa que nunca habia podido a ser en mi niñes..

Ya lista baje al comedor, donde mi madre estaba colocando la mesa — Buenos días Mamá — Saludé con una pequeña sonrisa, para luego sentarme en mi lugar correspondiente. Los ojos blancos  de la mujer cayeron sobre mi figura y atentos me observaron, luego con vos preocupada me pregunto — ¿Estás bien Hinata ?

Me había impresionado que ella hubiera notado mi malestar interno, pero como no podía decirle la verdad de todo aquello, con una mirada suave dije — Estoy bien, solo tuve una pesadilla, pero todo está bien — Parecía no creerme, pero yo no estaba mintiendo del todo, así que luego de mantenerme la mirada por un momento ella pareció aceptar mi explicación y no preguntó más al respecto, en cambio fue a la cocina para traer el desayuno.

Miré hacia a silla de enfrente y comencé a reflexionar sobre mis emociones, sabía que siempre había sido una chica sensible, incapaz de mantener mi carácter para mí misma, pero desde que me había encontrado en esa situación parecía como si simplemente fueran más fuertes las sensaciones que me embargaban, los pequeños caprichos volvían y pronto me encontraba preguntándome que tanto era una niña y que tanto una adolecente atrapada en un cuerpo tan pequeño; todo era muy confuso y aunque la información previa me ayudaba con mis decisiones, podía afirmar que sin mis recuerdos no tendría ningún tipo de razonamiento adulto. — Buenos días Hinata  — La voz de mi padre me sacó de mis confusos pensamientos, así que le miré mientras se sentaba.

— Buenos días Papá — él me sonrió.

— ¿Listo para la ceremonia? Porque si no lo estas deberías celebrar una para… — Sus comentarios terminaron en intentos de juegos de palabras, que me hicieron sonreír; era raro ver a miembros de clan Hyuuga aser bromas.

— Estoy listo Papá — Respondí — Deberías ser tú el que se preparé, porque cuando menos lo pienses ya seré un ninja.

Mi madre iba colocando los platos en el comedor mientras yo soltaba ese comentario, el cual hizo reír a la mujer y mostrarse sorprendido a mi padre, pero alegre de mi respuesta — ¿He? Hiromi ¿Escuchaste? El pequeño enano quiere crecer  antes de tiempo — Mi madre se sentó en su lugar y nos sonrió a ambos.

La flor de loto marchita Donde viven las historias. Descúbrelo ahora