Jinchuuriki y el ladrón del rayo

Parte 5

Bigotes dejó a los dos semidioses humanos a su suerte por muchas razones, la principal de ellas fue su seguridad de la ira de Annabeth. La noticia del incidente del baño se extendió misteriosamente incluso más rápido que los chismes normales de los semidioses, esto sucedió coincidentemente después de que Bigotes pasó por la cabaña de Afrodita. El zorro se rió para sí mismo mientras se dirigía a su guarida, si tenía una hija enojada de Atenea, tendría que ir a donde sabía que ella sabía que iría, por lo tanto, era obvio comprobar primero, engañarla para que mirara en el más oscuro de sus lugares de reunión. No la mantendría alejada para siempre, pero la ralentizaría por el momento, burlar a una hija de Atenea era básicamente imposible, si ella estaba detrás de él, no había forma de que pudiera escapar, pero este precioso tiempo ahora sería bonito.

Sabía que ella continuaría dándole a Percy el recorrido, que lo llevaría a cenar si tenía suerte y Percy le hacía muchas preguntas estúpidas. Como había hablado con el chico durante más de cinco minutos, era un hecho que tenía ese exceso de tiempo, así que por ahora podía relajarse.

CHIRRIDO

O no.

Justo antes de que el zorro pudiera entrar en su guarida, escuchó un pajarito, bastante ruidoso, gorjeando, por el sonido del mismo, recién había nacido. Normalmente a Bigotes no le molestarían los ruidos de los animales, diablos, él solía ser responsable del ruido de alguna manera, pero el zorro tenía debilidad por los animales bebés. Nunca comió animales bebés de ninguna especie, y nunca atacó a animales preñados o animales con recién nacidos, simplemente parecía incorrecto.

Entonces, trató de encontrar la raíz del problema, siguió los sonidos hasta que llegó a un árbol, en su base estaban los restos destrozados de un nido. El cadáver de un hermoso búho blanco como la nieve yacía junto a él, así como algunos ... búhos bebés, ninguno de ellos se movía, la sangre tenía solo unas horas, aún estaba fresca, parece que fue una disputa territorial, los niños quedó atrapado en el fuego cruzado, Bigotes miró los cadáveres con tristeza.

Espera, si todos estaban muertos, ¿qué hacía el ruido?

CHIRRIDO

En las ramas, se podía ver una pequeña mancha gris entre el mar de marrones y verdes, Bigotes saltó a la rama donde estaba la mancha y encontró un pequeño pollito. No parecía muy viejo, pero estaba temblando, había estado solo demasiado tiempo, todavía no tenía la edad suficiente para volar, y mucho menos para cuidar de sí mismo.

Bigotes envolvió silenciosamente su cola alrededor del pequeño pájaro, tratando de no asustarlo, lo que no funcionó, sus brillantes e inteligentes ojos azules le devolvieron la mirada, el miedo se formó rápidamente. Bigotes no se movió, no estaba del todo seguro de qué hacer, por lo que simplemente trató de transmitir el mensaje amistoso en su lenguaje corporal, algo que era bastante difícil. El búho lo miró fijamente por un minuto antes de piar, Bigotes lo tomó como 'ayúdame' así que levantó el búho en su cola, envolviendo a la pobre criatura y dándole calor.

El pequeño búho se quedó dormido y Whiskers bajó del árbol, asegurándose de no molestar a su pasajero, luego regresó a su guarida. Luego hizo un nido improvisado para el pequeño búho en una esquina y colocó a la criatura en él, luego clasificó su pequeña reserva de comida, rompiendo parte del conejo sobrante en tiras más pequeñas para alimentar al búho. Lo siguiente en la agenda fue el agua, recordó el regalo que Annabeth le había dado hace dos Navidades, un cuenco para perros con Bigotes inscritos en griego antiguo, nunca lo usó, y Annabeth solo lo entendió como una broma, pero ahora podía usarse. para el búho.

Entonces, esperó pacientemente a que su nuevo amigo se despertara, y luego de unas horas la lechuza se despertó, graznó insegura por un rato antes de mirar hacia arriba y ver al zorro, luego inclinó la cabeza. Bigotes se acercó y colocó un poco de carne frente al polluelo, que se comió con entusiasmo los pequeños trozos de conejo.