Jinchuuriki y el ladrón del rayo

Parte 8

No tomó mucho tiempo para empacar, ninguno de ellos tenía mucho que traer, Percy decidió dejar la bocina del Minotauro en su cabina, lo que dejó solo una muda extra de ropa y un cepillo de dientes para guardar en una mochila que Grover había encontrado para él. . La tienda del campo prestó a la misión cien dólares en dinero mortal y veinte dracmas de oro. Estas monedas eran tan grandes como galletas de Girl Scout y tenían imágenes de varios dioses griegos estampadas en un lado y el Empire State Building en el otro. Los antiguos dracmas mortales habían sido de plata, dijo Quirón, pero los olímpicos nunca usaban menos que oro puro.

Quirón dijo que las monedas podrían ser útiles para transacciones no mortales.

Le dio a Annabeth y Percy a cada uno una cantimplora de néctar y una bolsa Ziploc llena de cuadrados de ambrosía, para usarlos solo en emergencias, si estaban gravemente heridos. Era comida de Dios, recordó Chiron. Los curaría de casi cualquier herida, pero era letal para los mortales. Demasiada cantidad haría que un mestizo tuviera mucha, mucha fiebre. Una sobredosis quemaría a uno, literalmente.

Annabeth traía su gorra mágica de los Yankees, que explicó que había sido un regalo de cumpleaños número doce de su madre. También llevaba un libro sobre arquitectura clásica famosa, escrito en griego antiguo, para leer cuando se aburría, y un largo cuchillo de bronce, escondido en la manga de su camisa.

Grover usó sus pies falsos y sus pantalones para hacerse pasar por humano. Llevaba una gorra verde estilo rasta, porque cuando llovía su cabello rizado se aplastaba y apenas se veían las puntas de sus cuernos. Su mochila naranja brillante estaba llena de chatarra y manzanas para picar. En su bolsillo tenía un juego de flautas de caña que su papá cabra le había tallado, aunque solo sabía dos canciones: el Concierto para piano núm. 12 y "So Yesterday" de Hilary Duff, los cuales sonaban bastante mal en tubos de caña.

Bigotes no trajo nada con él, pero dijo que tenía que arreglar algunas cosas y que actualmente se dirigía a su guarida. Debido a la poca anticipación de la búsqueda, no estaba preparado para irse, normalmente estaría listo para hacerlo en un abrir y cerrar de ojos, preferiblemente el invisible de Annabeth, pero ahora tenía que buscar una niñera.

Llegó a su guarida y entró para encontrar a la pequeña lechuza, la miró y sonrió, la chica solo gorjeaba feliz. Gentilmente la levantó y la envolvió en su cola, antes de irse y crecer hasta el tamaño de un husky para esconder al pequeño pájaro de las miradas indiscretas. Luego se dirigió lentamente a la cabaña de Ares, con la esperanza de encontrar al único otro zorro vivo en el campamento.

Bandit dormitaba junto a Clarisse, quien luchaba con su hermano mayor Mark, y ganaba. La cabaña de Ares tenía su estado habitual de caos, pero cuando Bigotes entró, Bandit se sentó y miró al zorro ahora un poco más grande, que se rectificó cuando Bandit creció en segundos para igualar a Bigotes.

"¿Qué deseas?" Le gruñó al otro zorro.

"Necesito hablar con usted." Bigotes dijo, "en privado".

"Multa." Luego siguió a Bigotes afuera.

Caminaron hacia el bosque donde estaba tranquilo y luego Bigotes habló como un zorro, "Voy a una misión. Necesito que hagas algo por mí mientras estoy fuera".

"¿Por qué haría algo por ti?"

"Porque ya no tendrás que lidiar conmigo, solo necesito que cuides a alguien".

"¿OMS?"

Como si respondiera, el pollito envuelto en la cola de Bigotes gorjeó, desplegó su cola y el pollito saltó sobre su espalda.

"La salvé no hace mucho y la he estado cuidando, su madre fue asesinada en una disputa territorial. No puedo traerla conmigo, así que esperaba que tú pudieras cuidarla".