Oficial Buenote - Wolversilver

𝚂𝚎𝚐𝚞𝚗𝚍𝚘 𝚌𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘

Peter

Ugh. Yo no he estado ni un día en casa de Pietro, y ya he sido arrestado y he salido con una omega. Jessica puede decir lo que quiera, pero a esa perra le gusto. ¿Por qué no iba a hacerlo? Soy un besador malditamente bueno. Ella no es tan mala, estoy seguro de que ha tenido mucha experiencia. Verla gritar y quemar su ropa ha sido una forma maravillosa de empezar el día. El polvo pica pica fue algo tan perverso y maravilloso.

— ¡Mariquita! — grito mientras busco entre sus gabinetes. — ¡No tienen ninguna Poptarts! ¿Qué clase de hogar estás formando aquí?

— ¿Qué es un Poptarts? — Cooper pregunta, apareciendo a mi lado.

— ¿Qué es un-? — yo estoy en shock. — ¡Tú, pobre niño! — le tomo en un abrazo. — ¿En qué clase de mundo estamos viviendo, cuando los padres no alimentan a sus niños con Poptarts?

— Uno donde de hecho, los padres cocinan — dice Pietro.

Se ve como todo una Betty Crocker* cuando pone una bandeja de panqueques en la mesa para los niños. Mérito adicional.

Suelto a Cooper y camino con él a la mesa.

— Te traeré una caja después. Las vas a amar

Pasar la mañana con mi hermano y tres niños no es tan malo. Trato de enseñarles acerca de los dibujos animados, pero son tan tercos. Los Looney Tunes siempre serán increíbles, sin importar qué nuevas mierdas vean los niños ahora.

— Me gusta Dora — argumenta Lila.

— Pero van a terminar aprendiendo algo. ¡Y es verano! Eso va contra las reglas

Es una locura, pero la pulguita apenas se ríe y sigue viendo la mierda de educación. Tengo que salir de allí antes de que empiece a cantar 'Zorro, no te lo lleves' con ella y el enano en la televisión.

Pietro está en la cocina con su teléfono en la mano, moviendo la cabeza.

— Al parecer, Clint está atrapado en su oficina porque hay un ejército de omegas en el vestíbulo, solicitando la posición de secretaria. Voy a sacarlo de ahí. ¿Quieres venir?

Pienso en ello.

— Claro que sí. Déjame ir a vestirme

Yo paso por alto mi maleta y me voy a la habitación de Pietro. Somos hermanos. Es correcto tomar prestada su ropa sin pedir permiso. Escojo una linda camisa blanca que me hace parecer como con clase.

Cuando paso junto a él, ni siquiera lo nota. Él empieza a hacerlo divertido.

— Esa es una camisa bonita — dice. — ¿De dónde la has sacado?

— Tu vestidor— contesto.

— Uh. — dice Pietro. — ¿Quién diría que tengo tan buen gusto? — entonces me golpea en el brazo. — ¡Fuera de mi habitación!

Los cinco subimos a su monstruosa camioneta y se dirige al trabajo del papá sexy. Cuando vemos la cantidad de vehículos estacionados en el lote, Pietro comienza a hacer planes para sacarlo de otra manera.

— Ellos seguirán aquí cuando vuelvas— le digo.

— Mier-coles. — dice Pietro, atrapándose a sí mismo antes de maldecir delante de los niños. No sé por qué. Nuestros padres lo hacían frente a nosotros, y nosotros crecimos bien... más o menos.

— Dijiste una grosería — oigo susurrar a Luna.

Oh. Se me olvidó el pequeño bribón que sigue haciendo dinero con él.