𝚀𝚞𝚒𝚗𝚝𝚘 𝚌𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘

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Peter

Las cosas están calmadas en la oficina, así que tengo tiempo para pensar en la noche pasada. Le había dicho al jefe que Pietro estaba en una cita, cuando realmente solo estaba poniéndose al día con un viejo amigo. ¿Cómo se supone que tenía que saber que se volvería loco y lo secuestraría? Esperaba que algo así pasara, pero no tenía que ser culpado por eso. Además, le estaba haciendo un favor. Él no necesita salir con personas horribles como Wade, quien le pone a su hermano nombres como Monstruo. Imbécil.

Echarme a Karla Mitchell era innecesario. La omega seguía manoseándome. Por supuesto que fueron caricias inocentes; no es lo suficientemente pervertida para violarme en frente de su hija y los tres enanos, pero aun así fue espeluznante como el infierno. Cada vez que se reía y tocaba mi brazo, me encogía, imaginando las horribles cosas que ella y su alfa quieren hacerme.

Logan no fue de ninguna ayuda, el pendejo. Estoy seguro de que le deje una perfectamente buena polla parada, y él me agradece dejándome desprotegido frente a Mitchell. Mi virtud estuvo en peligro. Okay, no soy exactamente inocente, y técnicamente no soy virgen, pero realmente no creo que cuente si no recuerdas la mayoría de eso. Seth fue el primero y el último que consumió drogas conmigo. Aunque todo se solucionó de la mejor manera. Él me presentó a Sue, y ella me dio la patada en el trasero que necesitaba para salir de todo eso.

Mi estómago gruñe, sacándome de mis pensamientos.

— ¡Wow! — dice Steve mientras camina por el pasillo. — Deberías alimentar a esa cosa. — sonríe. — ¿Por qué no te tomas el resto del día libre? Has estado haciendo un trabajo genial. Lo mereces.

— Oficialmente eres mi jefe favorito. — contesto.

— ¡Hey! — grita Natasha indignadamente desde su oficina.

— Solo tráele mañana una barra de chocolate, y olvidará que dijiste eso. — dice Steve.

— ¡Mejor que sea una jodida barra de chocolate gigante! — grita.

Río.

— Los veo después.

En mi camino a casa, consigo una hamburguesa. De ninguna manera voy a cocinar. Prácticamente la engullo completa. Quizás estaba más hambriento de lo que creía. Tendré que ir a correr o algo más tarde, así la maldita cosa no se quedará en mis muslos.

No veo la camioneta de Pietro estacionada en la parte de enfrente, así que asumo que no hay nadie en casa. No soy fan del silencio, así que pongo a sonar mi iPod. Tengo de casi todos los géneros de música en la maldita cosa. La variedad es el condimento de la vida o algo así.

Es pura coincidencia que Bowling for Soup's(1) en la versión de "Li'l Red Riding Hood" empiece a sonar. Me paseo por la casa, sonriendo levemente cada que aúllan como lobos.

Cuando llego a mi recámara, por hábito, tomo mis binoculares. Mi ventana tiene una buena vista a ciertas casas.

— Hola, Oficial Buenote.

Él está afuera, preparándose para cortar su pasto. Aparentemente, es una tarea que hace sin camisa. Imagino que, si él se pasa tanto tiempo en el gimnasio, lo menos que puedo hacer es ser lo suficientemente educado para detenerme y apreciar la buena vista. Noto que tiene un tatuaje en su espalda, pero se voltea antes de que pueda distinguir de qué es.

Mi día no va a estar completo si no lo fastidio un poco, así que me dirijo al espejo para asegurarme de que no luzco como mierda. Ahí es cuando me doy cuenta. La puerta de mi armario está cerrada. Esa mierda no es buena. Yo nunca la cierro, y Pietro lo sabe bien.

Oficial Buenote - WolversilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora