𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 1

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Eithan es un chico agradable de 16 años, vive con su hermana mayor, Madisson, y su madre, en Santa Clara - California. Tiene a su mejor amigo de toda la vida, Tyler, siendo este mas tranquilo que Eithan pero ambos forman un buen equipo desde los 7 años.

Se conocieron durante a la primaria, Eithan siempre ha sido algo despistado y torpe durante su vida pero logra manejar sus problemas con calma; iba corriendo a la fila de los recién llegado cuando tropezó con Tyler, el chico se cayó y se veía que iba llorar, sin embargo, Eithan trato de tranquilizarlo ya que no le gustaba ver a la gente triste o enojada a su al rededor, incluso cuando no lo provocaba, así que para evitar que llorara lo abrazo.

-No llores por favor, iba corriendo y no me fije que estabas adelante, perdón.- Decía un preocupado y casi llorón Eithan.- es mi culpa que te hayas caído, pero por favor no llores.

Tyler se encontraba algo conmocionado, aunque no iba a llorar, debido a que solo se tropezó y el causante de su pequeña caída estaba un poco más llorando y pidiéndole a los 4 vientos que lo perdonara, aunque si le daba algo de gracia la situación, también estaba algo incómodo por el repentino abrazo, así que lo dejo pasar.

-No te preocupes, solo me tropecé pero por favor ya no me abraces.- lo decía un tranquilo Tyler. Las personas que se llegaban a relacionar con Tyler siempre le decían a sus padres que su hijo era demasiado tranquilo y algo maduro para su corta edad. Se relacionaba con niños de su edad y sus padres jugaban con él pero Tyler prefería estar en un lugar tranquilo.

-Sí, ya te suelto, perdona, no te preocupes.-Lo soltó de pronto Eithan -Soy Eithan, ¿Cómo te llamas?-

-Soy Tyler, mucho gusto. -Le quiso estrechar la mano pero Eithan lo volvió a abrazar aunque lo soltó rápidamente cuando Tyler lo miro algo mal. -Perdón, perdón...Mira...¿Podemos ser amigos? Ya me choqué contigo y me caíste bien, pero si no quieres no te preocupes.

-Ehh...si claro...- A pesar de ser algo pequeño, Tyler analizaba mucho las cosas, o bueno, hasta donde su pequeña mente pueda analizar, y no sabía si era bueno o malo relacionarse con ese pequeño individuo.

Al principio no iba a prestarle mucha atención debido a que le gustaba el ambiente tranquilo a su alrededor y su "nuevo amigo" no era precisamente eso que digamos pero era buena compañía y te hacia pasar un buen rato de risas y diversión.

Así habían ido pasando los años, en donde, un divertido y algo infantil, Eithan y, tranquilo y de pocas palabras, Tyler convivían en su pintoresca ciudad situada en California. Resulta que el día que se conocieron, Tyler le había dicho que llevaba menos de un año viviendo en California y que se haría mudado cerca de su casa debido que había nacido en Francia, en la ciudad de Marcella, ya que su papá es de ahí pero que su madre si era norteamericana y que lo habían transferido a una nueva ciudad, sabía algo de francés ya que su padre quería que lo aprendiera y que le gustaba dibujar, ya que su abuelo fue pintor y cada vez que lo visitaba le enseñaba a plasmar sus sentimientos en un lienzo.

Tyler tenía una cabellera tan negra como la noche pero tan suave como la seda, sus ojos recordaban a dos fragmentos de esmeraldas mientras resplandecían a plena luz del sol, tez clara y unos detalles que al principio se le hacían curiosos pero ahora le era admiración pura eran sus pecas salpicándole la zona de sus pómulos y nariz dándole un aspecto adorable.

Por otro lado Eithan solo vivía con su hermana mayor por 4 años y su madre, ya que su padre falleció por una enfermedad cronica cuando tenía tan solo 11 años. Era un niño algo hiperactivo, ya que le gustaba probar cosas nuevas en todos sus ámbitos. Era la frase de la pequeña familia Smith: "Vive a lo grande y no te limites por grandes cosas, siempre ve por más". Amaba cocinar, era el pequeño ayudante de la cocina según su madre. Le gustaba demostrar lo que sentía por la comida con la comida, para él, no solo era importante para crecer, sino que también le gustaba compartir un buen momento con su familia con la barriga llena.

Eithan tenía un estilo un poco más salvaje por así decirlo, había heredado el rubio ceniza de su padre y los ojos acaramelados de su madre, poseía los hoyuelos de su papá que cada noche su madre le elogiada diciéndole que cada día se parecía más a él, poseía una tez bronceada debido a que constantemente salía a jugar con sus amigos en un parque cerca de su casa.

Así han estado viviendo durante los 10 años, lleno de aventuras, risas y llantos; durante ese tiempo el papá de Eithan falleció, cuando tenía 11 años, por un paro respiratorio producido por el estrés del trabajo mientras sufría una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, pon que aunque la enfermedad no estaba en la peor etapa se había descuido de su salud por el trabajo, se descuidó tanto que murió.

-Hijo, yo sé que no tengo suficiente tiempo y aunque lo tuviera yo ya quisiera ver a Frank Sinatra en el escenario. –Le decía entre risas, James, a su hijo Eithan; esté ya se había despedido de su esposa y su hija mayor. –Por favor, has caso a tu madre y hermana, ellas te guiaran y cuidaran siempre. Perdona a este viejo terco, por nunca decirte lo que padecía y por no cuidarme como corresponde, no pensé que esta enfermedad me llevaría tan rápido, pensé que tenía más tiempo pero puedes ver que no.

Hijo, como siempre te he dicho, vive a lo grande cada día como si ese fuera el ultimo, nunca sabrás si al otro día despertaras. Vive, sueña y se feliz, por mí, por tu familia y más importante, por ti. No tiene que dejar llevar por las malas emociones o sentimientos, que esto sea una prueba para ti. Me estoy yendo feliz y tranquilo porque sé que mi familia seguirá adelante y se fortalecerá. –Entre lágrimas y una gran sonrisa, James cerró sus ojos para siempre mientras sostenía la mano del pequeño Eithan, esté se encontraba llorando silenciosamente mientras terminaba de abrazar a su papá antes de salir de aquella habitación de hospital y abrazar a su familia.

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