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Otro torturoso día de colegio iniciaba y Renjun ya sentía las ganas de tirarse por la azotea de alguno de los tantos edificios componentes de la institución.

No podía ni ver la cara de Yeeun sin sentir culpabilidad, quería pedirle perdón por todo lo sucedido, pero lo mejor era esperar a que las cosas se enfriaran siquiera un poco, y mientras tanto podría pensar en alguna buena manera de pedirle disculpas por la metida de pata que había hecho.

Su primera clase era “arte corporal”, dónde sus compañeros debían pintar a un alumno al azar durante las dos horas seguidas de clase que tenían.

Pensó en saltarse la clase, pero aún recordaba las palabras del profesor Ham que era una advertencia de ser el próximo a modelar.

Jaemin compartía esa y varias clases con él, lo que significaba tortura para ambos chicos, quienes no sabían qué hacer cuando veían al otro.

El extranjero entró al salón sosteniendo su mochila con sus manos y portando unas gafas de sol oscuras, esto último era un accesorio clave para ocultar sus ojeras, que a pesar de estar cubiertas por una gran capa de maquillaje aún eran ligeramente visibles.

— Profesor Ham— saludó Huang haciendo una reverencia antes de comenzar a hablar—, no me siento bien, ¿podría ser el modelo para la próxima clase y no para esta?

— Has rechazado dos veces, me temo que si hay un tercera estarías reprobado en mi clase, y no quiero que mi alumno estrella me falle.

El menor asintió derrotado, dejando sus pertenencias en su asiento original y tomando asiento en el sofá del centro del salón, cayó en cuenta en que esas dos horas serían una tortura, era bien sabido para él que si sentía la atenta mirada de Jaemin sobre él terminaría llorando.

Sabía que los hombres podían llorar, pero sus compañeros eran tontos y terminarían riéndose de él por mostrar emociones mal vistas en un chico.

Poco a poco los alumnos entraban al aula de clases y Renjun pudo sentir su corazón acelerarse fuertemente al ver la rubia cabellera del chico que era dueño de sus pensamientos, sentimientos y llantos de media noche.

El timbre sonó y el profesor se levantó de su asiento dirigiéndose a la puerta para cerrarla. Nadie entraba después del timbre.

— El arte es algo que es digno de admirar, es algo maravilloso y hay muchas formas para expresar qué es. La pintura es una forma de ello al igual que el dibujo, a lo largo de los años los artistas han expresado sus ideas, su historia e incluso sus sentimientos.

Blah, blah, blah. El profesor hablaba mucho para el gusto de Jaemin, quién extrañamente se encontraba ansioso por poder dibujar al chico que besó una semana atrás, lucía como todo un modelo aún con las gafas de sol cubriendo gran parte de su diminuto y delicado rostro. Inconscientemente soltó un largo suspiro.

— Jóven Na, ¿en quién piensa tanto para suspirar y no prestar atención en la teoría?, que por cierto, vendrá en su examen— esa pregunta bastó para hacer reír a los compañeros del mencionado.

— Estaba pensando en Lami, profesor— rió una chica de nombre Yuna, haciendo que el chino se encogiera en su asiento en el sofá.

— ¿O pensaba en Renjun?— la pregunta por parte de Eric hizo reír de nuevo a la clase.

— No soy homosexual— esas palabras bastaron para que las ganas de llorar de Huang incrementaran y sus ojos finalmente liberaran aquellas lágrimas retenidas desde que vió al menor.

El carraspeo del profesor Ham hizo a la clase callar.— Todos tienen un punto menos, sigan haciendo bromas de mal gusto y los repruebo.

Varios minutos pasaron junto con las incontrolables ganas de desmoronarse frente a todos.

no homo ; renmin ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora