𝐍𝐚𝐯𝐢𝐝𝐚𝐝

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Desde que comenzaron los ataques, no se detuvieron. Habían pasado sólo tres días, y el pánico rondaba por todas partes. Nadie salía de sus hogares. La Navidad seria muy distinta.
La gente evitaba los lugares concurridos, donde cualquier cosa podría ocurrir. Nadie quería llamar la atención.

    Las vacaciones de Scorpius no estaban siendo mejores. Su padre actuaba de forma extraña.

     Draco se veía frustrado y más cansado de lo normal, como si no hubiera dormido en días. Además por alguna razón, Scorpius sentía que lo estaba evitando.

   Trataba de hablar con él, pero siempre tenía algo que hacer. Ya pasados unos días, dejo de intentarlo.

Sus Navidades, nunca habían sido increíbles, como todo niño sueña. Los Malfoy eran una familia pequeña, por lo que simplemente se reunían con sus abuelos a cenar. Los cuales no eran personas muy expresivas.

A Scorpius no le gustaba la mansión de sus abuelos, era oscura y silenciosa. Aquel día, estaba todo nevado, lo cual le daba un pequeño toque navideño.

   Nunca le emocionaba la idea de cenar con sus abuelos, pero como todos los años, se encontraba frente a la reja negra, esperando a que sus estos les permitieran entrar a su gran mansión.

Cuando era pequeño, soñaba con las Navidades que vivían sus amigos. Los Scamander, los Potter y los Weasley eran familias grandes y ruidosas, y sin duda vivían la Navidad muy distinto a cómo lo hacían los Malfoy. Aún de vez en cuando, pensaba en pasar una Navidad como esas.

    Pero, también sabía que su padre se esforzaba al máximo para que pasara una buena Navidad. Y la verdad, cuando regresaban de la mansión de sus abuelos, siempre pasan un tiempo padre-hijo, el cual Scorpius apreciaba mucho. Estaba esperando ese momento.

Apenas entraron, sintió una tensión en el ambiente. Sus abuelos estaban serios, y su padre se puso nervioso. Era extraño. No era como que su padre tuviera la mejor relación con sus abuelos, sobretodo desde que se había casado con su madre, pero definitivamente aquel día había algo distinto.

— Feliz Navidad cariño— exclamó su abuela, que los recibía en la entrada. Parecía agotada.

Su abuelo los esperaba en el comedor. Como siempre había un gran banquete. No hubo mucha conversación, aún que su abuela trataba. Scorpius estaba contando los minutos para irse. Parecía que su padre también.

   Una vez terminada la cena, todos se levantaron de la mesa. Scorpius pensaba que ya se iban a comenzar a despedir cuando su padre lo detuvo:

—Espérame aquí—. Scorpius lo miró confundido mientras Draco salía del comedor detrás de su abuelo.

   Narcissa los miró nerviosa, y salió tras su hijo y su esposo. Scorpius notó su cara de preocupación. ¿Qué estaba sucediendo?

Este quedó solo en el comedor. Por alguna razón aquella situación también lo había puesto nervioso a él. ¿Había sucedido algo grave? ¿Algún ataque... o alguna muerte?

   Un escalofrío recorrió su cuerpo. Estos últimos días habían sido preocupantes. De un momento para otro, el mundo mágico parecía estar viniéndose abajo.

   En un principio, Scorpius encontraba exageradas las reacciones que la gente estaba teniendo. Habían pasado meses desde la fuga, y por mucho que el ministerio no hubiera logrado nada, tampoco había sucedido nada mayor.

   Pero ahora era diferente, desde que habían regresado a sus hogares, es decir, desde que había sido el primer ataque, estos no habían hecho más que incrementarse.

Harry Potter y el regreso de la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora