❄️Especial Año Nuevo❄️

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Omnisciente

–Samuel! No hagas eso!– decía Guillermo avergonzado tapando su rostro

–Porque no? A poco no te gusta?– dijo ahora Samuel que mostraba sus músculos

Guillermo miraba a su esposo entre sus dedos, no podía resistir el no ver tal cuerpo tan bello y hecho por los mismo dioses del Olimpo.

Solo habían pasando unos cuantos meses después de lo que pasó en las canchas de baloncesto, se les fue tan rápido el año que cuando menos pensaron estaban en Diciembre.

–Anda, mejor ayúdame a terminar de arreglar la mesa–le dijo lanzándole un cojín riendo

–Pero los niños no están! Podemos divertirnos un rato– le dijo Samuel corriendo a él para que no escapará– te tengo diablillo

–Yo diablillo? Te estás escuchando De Luque?– dijo Guillermo riendo dándole un corto beso

El beso iba en aumento, el calor de los cuerpos empezaba a afectar y la ropa comenzaba a estorbar, Samuel estaba por quitarle la camisa a su esposo pero esté le detuvo separándose de él.

–Tus hijos ya llegaron– le dijo caminando a la puerta abriéndola mirando a sus hijos que venían con las compras para la cena de ese día.

–Mami!! No me quisieron comprar chocolate!– dijo Isabella

–No debes comer tanto chocolate bebé– le dijo a su pequeña– además en la cena comeremos chocolate y ahí podrás comer todo el chocolate que quieras, si?– le dijo Guillermo sonriendo

–Va a venir el tío Alex?– le dijo sonriendo emocionada, ya que sus tres hijos eran dos alfas y una niña omega y uno de ellos le gustaba a la pequeña

–Si, va a venir para que te vayas a arreglar– le dijo riendo bajo mirándola como iba con Amelia

Todos los demás entraban en casa ayudando con la cena de año nuevo, estaban emocionados ya que vendrían los tíos Rubén y Alex.

El hacer la cena con la ayuda de toda la familia era mucho más fácil y más cuando se debe de hacer la cena para 20 personas más o menos.

Toda la familia estaba ocupada unos en la cocina ayudando a Guillermo y otros ayudando a Samuel acomodando las mesas en el patio con ayuda de sus hijos.

Las horas pasaban y era el momento de que todos se arreglaran para recibir a la visita, tanto Amelia como Isabella fueron las primeras que subieron a arreglarse.

–Mia, me puedes arreglar tú?– dijo Isa con una pequeña sonrisa nerviosa

–Me prometes que no te quejarás?– le dijo ahora alzando una ceja

–Te lo prometo!– dijo Isa sonriendo asintiendo

Ambas eran muy unidas, pero a veces Isa se quejaba de que la maquilla como payaso, aunque eso no era cierto y realmente se veía muy linda.

Guillermo estaba en la habitación con Samuel bañándose y en ese momento el Omega se arrepentía de haber dejado al alfa entrar en la regadera, ahora lo tenía empotrado contra el frío azulejo devorándolo y penetrándolo tan fuerte que ni el mismos Omega se podía quedar callado.

Guillermo estaba hecho un desastre mordía fuerte su labio inferior, sentía que le corría algo de sangre por lo fuerte que presionaba su labio, movía su cintura al ritmo de las estocadas buscando más placer arqueando la espalda cuando le daba en aquel punto donde lo hacía deleitar y correrse al instante, se aferraba fuerte a los hombros de su esposo rasguñando un poco.

The Sins Of LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora