Roomate's (Yaoi)

Capitulo 7: ¡Ellas estan dementes!

Pequeñas aclaraciones:
Las de la foto son Clarisa y Stephanie.
"Pensamiento de los personajes"
Cuando hablan en otro idioma.
-Cuando hablan-
(Alguna aclaración)
¡Sin más a leer!
________________________________________

A la hora de almuerzo...

Misaki se encontraba sentado en las bancas del jardín interno de la universidad, esperando. Sus ahora auto proclamadas amigas lo habían dejado allí sentado y le habían pedido que esperara. Él no estaba muy de acuerdo, pero no tenía nada mas que hacer. Al rededor de cinco minutos después llegó Stephanie con una cajita en las manos.

-Ya era hora de que volvieras,- miró la caja en la mano y pregunto. -¿Que es eso?- señaló la cajita que estaba cubierta con un papel blanco.
-Almuerzo, una compañera de cuarto me la dio. ¿Quieres?-
-Un poco.- ella se sentó a su lado y le dio la cajita.
-Ya comí. Por cierto, debes conocer a Lumi y a Sophia.-
-¿Quienes son?-
-Mis otras compañeras.-
-Si son como ustedes, no gracias.-
-Ni para tanto. Además ellas son muy agradables, en especifico Lumi.-
-Si, ya te creo.-
-No te preocupes, las conocerás muy pronto.- él estaba comiendo y no notó la sonrisa divertida que tenía su amiga.
-¡Por los cielos! ¡Viste eso! ¡Que hombre!- casi se ahogó del susto que se llevó.

Alzó la vista y se encontró con una chica de cabello castaño rubio, de ojos azules claros, casi llegando a verdosos, de piel clara, estatura alta, con un cuerpo bien definido y sin duda con buenas curvas, le recordaba a las mujeres de Canadá. Vestía una camisa sin mangas color crema y unos pantalones cortos, con botas negras, llevaba el pelo amarrado, en una coleta alta que resaltaba sus ojos, además de que tenía una voz fuerte, que le causo un susto horrible al escucharla.

-¿Te refieres al chico alto, de pelo y ojos negros?- preguntó Stephanie como si nada.
-Si a ese mismo. Es guapísimo.-
-Lastima que tenga novia.- se lamentó la de pelo verde.
-¿En serio? Que perdida, con lo hermoso que es.- se lamentó la recién llegada. Entonces notó la presencia del chico que se había concentrado en comer en silencio. -¿Y este bombón quien es?-
-Misaki, ella es Sophia. Sophia este es Misaki.- Los presentó -Te dije que las conocerías pronto.- le susurró en voz baja y tomo burlón.

Otra chica se acercó, esta era de piel un poco morena, tenía ojos marrones claros y cabello oscuro y lacio, era de estatura alta, con un flequillos a cada lado de su cara, iba vestida con un traje violeta con detalles en otros tonos de lila. Al ver la cajita del almuerzo sonrío amigablemente y le pregunto:

-¿Te gusto?- señaló el almuerzo.
-¿Ah?- por un momento no entendió, miro hacia donde la chica señalaba y luego captó. -¡Claro!- sonrió agradecido.
-Me alegra.- ella respondió.
-Soy Lumina.- se presentó.
-Misaki.- ella soltó una leve risa.
-Te dije que las conocerías.- Stephanie sonrió triunfante. -Por cierto, ¿donde esta Isa?- pregunto a las recién llegadas.
-Creo que dijo algo de buscando una pareja perfecta. No tiene sentido.- Lumina contestó.
-Oh...- La peli verde sonrió macabramente. -Si ese es el caso.- miro al chico. -¡No me pienso rendir!- comenzó a decir cosas sin sentido, para luego levantarse y alejarse por algún camino.
-Haya van otra vez.- Mencionó la casi rubia. -Así que... ¿Amigo de las locas?- Le preguntó a Misaki, recordándose otra vez de su existencia.
-Si, algo por el estilo.- Fue su contestación.
-Mm... Amigo mío, ¿canadiense?- Le interrogó dándose de cuenta de su acento.
-Si, entonces no me confundía. ¿Desde cuando estas aquí?- Le preguntó.
-Desde hace un año, por cierto Lumi, ¿tú viviste un tiempo en Canadá, verdad?- Le preguntó a la otra que se había mantenido en silencio.
-Si, tres años. No fue mucho, pero aprendí bastante de las costumbres. Sin contar que me encanta su comida.-
-Oh, ya me hace falta. Creo que hoy me encargo de la cena.-

Hablaron por un largo rato, resulta que tenían gustos en común. La canadiense podía llegar a ser algo ligona cada vez que veía a un chico apuesto, pero no pasaba de eso. Por otro lado la morena, era toda una dulzura. Siempre tranquila, pero a la vez agradable y se le hacia increíblemente fácil sacarle una sonrisa p dos. Tenía que admitir que se sentía muy a gusto con las chicas.