Capítulo III: ¿me permitirías ser tu primer beso?

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—¡Te lo dije! —dijo mi familia al unísono, se miraron y volvieron su atención a mi— ¡Te lo dijimos!

Estábamos en mi dormitorio, yo contaba lo sucedido mientras mi papá curaba mis rodillas y labios, que mordí al caer.  Y tal como predijo el tío Lucio, mi padre estaba furioso con él. "¿Cómo dejó que fueras sola? Porque todos sabemos que podrías dejar inconciente a tu amigo. ¡Jesús!  Es tu padrino. Debió traerte, él, personalmente. Enseguida, apenas supo lo de esas...grrr. Hijo de..." , entonces mamá le miró mal y dejamos que el silencio nos rodeara.

—Te daré analgésicos, si mañana puedes caminar irás a la escuela conmigo —demandó papá. Zack le ladró y el doctor giró los ojos—. Y con tu lobo. Hablaré con Lucio.

                                         ***

Estaba corriendo por  los pasillos de la escuela. No había nadie, así que deduje que llegué tarde por culpa de papá, que me obligó a vestir falda, de mi madre ya que yo no tengo porque las odio, para que no pasara a llevar mis heridas. Me esmeré en poder levantarme, pues me dolía mucho la panza. Me detuve frente al salón de historia cuando algo en mi interior rugió y se movió. Como un rayo fui al baño. Mientras, pensaba que me pudo caer mal, pero no había comído nada. Quizás estaba embarazada, como dijo mi hermano. Pero soy cero kilómetros, sería imposible. Tal vez el Espíritu Santo... nah. Entré a mi destino y me encerré en una cabina. Bajé mi ropa interior y no vi mis bragas de animal print, sino un jaguar ensangrentado. No me podía "bajar" ahora. En la escuela. Comencé a sudar.  Limpié mi frente y era más espeso que sudor. De repente sentí una opresión en el pecho. Y me senté. Era un sueño gracias a... bueno no a Morfeo. Zack comenzó a ladrar y olisquear, sobre la manta, mi entrepierna. Le eché de mi cama y me saqué las mantas de encima. Me levanté y el can volvió a subir a mi cama y comenzó a olisquear mis sábanas, que ahora eran la bandera de Japón. Oh. Jodida mierda.

Luego de arreglar el "pequeño problema japonés" fui a la ventana y me senté en el tejado.  Faltaba poco para la luna llena.  Estúpidos recuerdos llegaron  a mi mente de los maravillosos momentos que pasé con mis "amigas". Como quisiera poder olvidar todo eso. Como quisiera que alguien me ayudara. Miré el cielo.

—Hermosa Luna, que brillas en la oscuridad,  ¿me concederdías un deseo? —cerré los ojos, bien apretados— Anhelo tener la fuerza para ser feliz, y luego dársela a alguien que la necesite más. ¿Okay?

                                        ***

Luego de un aburrido horario escolar de día martes, en el cual traté de pasar inadvertida, que constaba de deportes-los cuales no hice, y mi padre se quedó cuidando de que así fuera-; matemáticas-sin bromas hacia mi de parte de Joey -; biología e historia, esperé en la entrada a Zachary, el cual llegó con un bolso que hizo mi madre para que cargara cosas —como sus bolsas para popo o galletas — , mordió mi mochila, pidiendo que le pasara mis cosas,  le dí solo los cuadernos, quedándome con los libros.  Charlé con él hasta llegar a casa.

—¡Mamá! ¡Llegué! —escuché los tacones de mi madre desde la cocina. Me besó la frente y le acarició la cabeza a Zack para darle un par de galletas para perros.

—Cariño, Zack es tan lindo. Me acompañó a comprar verduras y a buscar el correo. Y trajo todo en eso que inventé. Le puse bolso canino. Desde hoy lo sacaré a pasear más seguido...

—Como digas ma, voy a recostarme, aún me duele el cuerpo.

El tiempo que pasaba "descansando" más bien lo invertía pensando y reflexionando. Decidí que cuando las aguas se tranquilizaran hablaría con Fran, iría a dejarle flores a mi abuela, llamar a mis primos, estudiaría y me esmeraría en poder mejorar para ganar ese cupo en Oxford, o quizás me quedaría en el país. Así fui pensando en mi futuro, o mis errores pasados, más y más.

El día siguiente pasó igual, la única diferencia fue que Drake se sentó conmigo  al almuerzo. El jueves mis amigos, varones, tuvieron la valentía de hablarme luego de ver al chico bisonte ileso. Y llegó el viernes.

Las primeras clases estuvieron normales, al almuerzo la mayoría del equipo de fútbol, que son mis amigos, dejaron la mesa de los populares y se sentaron conmigo. Drake a mi izquierda, Dust a mi derecha y Damian en frente, el resto alrededor. Dustin es de último año y el más popular del lugar, Drake está en penúltimo como yo, él es el tierno, y Dami es un año menor que yo, es el alegre. Es cómo una escala. A ellos les dicen los 3D. Estábamos hablando de las chicas que los hostigan.

—La más odiosa, en verdad, es Leigh. Se me ha ofrecido de todas las maneras posibles —se quejó Dustin —. Es... grotesco. Además, como hacerlo con quién dañó a mi Wolfie —Me abrazó por los hombros. Él es como mi hermano, nos conocemos desde que entré a la secundaria, ya que le dí una paliza a un chico que me coqueteaba, que era el "enemigo" de Dust en esos momentos—. Hey, Phill, oí que fuiste a la nueva pizzería...

Seguimos hablando banalidades un buen rato hasta que Leigh y Gwen pasaron a mi lado y rieron diciendo algo sobre mí, algo como "¿Qué lobo? Más bien zo-rra."

—Putas, ellas han follado más veces que los puntos anotados por el equipo en el año —gruñí, todos en la mesa rieron para que yo luego apenas susurrara—. Y yo ni mi primero beso he dado.

No pasaron ni treinta segundos y me llegó una uva justo en la nuca. Al voltearme vi a esas tipejas riendo. Mi mesa se silenció y me miraron. Yo estaba roja de ira. No lo iba a soportar. Estaba por pararme a hacer lo mío, pero Dustin me mantuvo sentada por el hombro y se levantó él, se subió a la mesa y gritó.

—¡Biggest wolfs... —A lo que todo el comedor respondió "always winners" —Muy bien compañeros, les quiero presentar a la mejor persona que puede existir, algunos tal vez ya la conocen, mi querida amiga Abigail Foster Butler. Ella es leal, inteligente, fuerte y persistente. Debería ser el modelo a seguir de todos ustedes. Ustedes que se burlan, no valen ni la mitad de su dedo medio. Es todo lo que se puede esperar de una chica, y más aún. Buen rendimiento escolar, excelente persona y es hermosa, además. No teme hacer algo por el qué dirán. Así que... ven aquí Abby —Me obligó a subir. ¿Cuál era el maldito punto de esto? Se arrodilló enfrente mío —, Abigail Foster Butler, ¿me permitirías ser tu primer beso?

No logré procesar todo en mi flojo cerebro cuando se levantó y me empujó hacia él tomándome de la cintura para juntar nuestros labios. Abrí los ojos de par en par, e intenté alejarlo, pero mis manos comenzaron a doler. Le pisé el pie, no muy fuerte ya que aún me dolía. ¿Por qué lo hace? Detente Dust, explícame el porqué. Cuando se separó me susurró al oído.

—Relájate y sigueme, mañana en mi casa. A las 4 pm.

Y me volvió a besar. No lo pude seguir ya que nunca había besado a nadie antes, así que me concentré y lo intenté. Pero eso es difícil si piensas que los labios sobre los tuyos son los de tu mejor amigo, casi hermano. Tomó mis manos e hizo que lo abrazara por el cuello. Con mis pulgares rozé su cabello. Amo alborotar el cabello de mis amigos, así que decidí ubicar mis manos ahí. Sentí que Dustin sonrió. Se separó de mi y juntó nuestras frentes, con sus manos ahora en mis mejillas.

—Nos vemos mañana, Wolfie. Por favor ve, tenemos que hablar.

Dicho esto, se bajó de un salto de la mesa tomó sus cosas y se fue, con su típico caminar de soy el mejor perras.

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En multimedia foto de Dustin.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2015 ⏰

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