Desperté a eso de las 10:30 de la mañana y sentí mucho frío. Miré por la ventana y estaba nevando, que hermosa es la vida. Tendría que quedarme en los apartamentos de la universidad en caso de que, por culpa de la nieve, no me sea posible llegar a mis clases. Me levanté de la cama para alistarme y bajar a desayunar. Saludé a mis padres y les avisé que estaría quedándome con Megan en lo que pasa la nieve. Al terminar de desayunar, recogí unas cuantas cosas y las eché en un bulto para luego montarme en la motora y dirigirme a la universidad. Iba caminando por los pasillos, con todas mis pertenencias, buscando el cuarto de mi amiga. Al estar frente a la puerta, esta se abrió dejando ver a Megan confundida.
— ¿Charlie? ¿Qué haces aquí? — preguntó haciéndose a un lado para dejarme pasar.
— Vine a quedarme mientras pasa la nieve. Ya sabes que la universidad no le importa si estamos en un Apocalipsis — reí colocando mis cosas en la cama.
— Voy a la biblioteca a estudiar, ¿Quieres venir conmigo? —
— Estudiaré más tarde, voy a salir a hacer unas cosas. Después cuando vuelva podemos estudiar aquí —
Megan asintió y se fue del cuarto dejándome sola. En el pequeño armario que había guardé el bulto con los fuegos artificiales y la ropa para luego cerrarlo con llave. Antes de salir del cuarto, guardé mi pequeña navaja en el bolsillo de mi abrigo y adicional un kit de primeros auxilios en un pequeño bolso el cual coloqué en mi hombro. Comencé mi viaje a donde sea que me llevaran mis piernas. Hacía demasiado frío pero al menos iba vestida cálidamente. No habían muchas personas en la calle a causa del frío y de la nieve, lo cual era bueno y a la misma vez tranquilizante. Comencé a adentrarme al bosque para dar una vuelta hasta que a lo lejos veo una silueta; corrí detrás de esta manteniendo cierta distancia hasta que veo a un chico con unas gafas circulares extrañas y lo que parece un bozal. Debe ser un creepypasta, quién más se vestiría de esa manera. Como mis ánimos se encontraban por el piso seguí mi camino en dirección contraría pero me detuve para mirar a mis espaldas.
— ¿Se te perdió algo o tienes algo que decirme? — solté en un tono agresivo al ver al chico que, no hace mucho, estaba bastante lejos de mí.
Este solo se me quedó mirando mientras le daba un pequeño tic en el cuello. Hice una mueca y me di la vuelta para seguir mi camino pero le di una última mirada. Comencé a caminar aún con la sensación de que me seguían, pero solo seguí mi camino sin mirar hacia atrás. Estuve caminando por 15 minutos, 15 minutos en el que este chico me estuvo siguiendo y ya me encontraba a punto de explotar.
— ¡Podrías dejar de seguirme! Comienzas a estresarme — me giré de golpe con los brazos cruzados.
— Parece que alguien despertó de buen humor y con ganas de vivir — sus ojos se achicaron, supongo que estaba sonriendo.
— Por un momento pensé que no sabías hablar. En fin, ¿Acaso eres uno de esos tantos Creepypastas? —
— ¿Así nos llaman? — yo asentí — Le doy puntos a la persona por originalidad. Contestando a tu pregunta se puede decir que sí. ¿Qué haces aquí afuera con este frío? ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Toby — habló de manera rápida mientras quedaba frente a mí, se nota que este chico tiene una personalidad hiperactiva.
— Eh... Mi nombre y lo que haga aquí afuera no es de tu incumbencia — solté mi bolso y saqué mi navaja.
El chico Toby al ver como sacaba una navaja dió unos cuantos pasos hacia atrás mientras se quedaba mirándome con el ceño fruncido. Al parecer tal acto de mi parte no le gustó. Me acerqué de manera rápida para atacarlo pero este solo se alejaba. Cuando por fin logré apuñalarlo en el brazo este ni se inmutó, ni una mueca ni un quejido de dolor. Saqué la navaja de su brazo y me le quedé mirando con una mueca confusa mientras veía como agarraba unas hachas que tenía en su cinturón. Corrió hacia mí, levantó su hacha e intentó cortarme el cuello pero reaccioné a tiempo y me agaché, faltó unos centímetros para que mi cabeza estuviera en el suelo. Pateé sus piernas haciendo que cayera de espalda y eso me dió tiempo para acercarme, poner mi navaja en su cuello y apretar el mismo para que se sintiera amenazado... o eso quería pensar.
— Otro de mis pasatiempos es acabar con ustedes pero hoy no estoy en el mood de hacerlo, tengo mejores cosas para hacer — levanté sus googles y le di un pequeño golpe en la frente.
Agarré mi bolso y caminé hacia la salida del bosque pero un golpe en mi espalda me hizo detenerme. Llevé mi mano a donde sentí el golpe y el área se sentía fría, ahí fue cuando supe que el muy idiota me había tirado una bola de nieve. Me giré con el ceño fruncido para reclamarle pero este ya se había esfumado.
— Ugh. ¡Que infantil eres! — sacudí los restos de nieve que se encontraban en mi espalda.
Di un suspiro y seguí mi camino, ni siquiera habían pasado diez minutos cuando escucho como silban pero no me detuve. Volví a suspirar cuando no paraban de silbar y me di la vuelta para encontrarme a centímetros de mí, a la mano derecha de Robert con tres personas más.
— ¡Que desagradable sorpresa! — solté con emoción — La pequeña perra de Robert que andaba desaparecido. ¿Cómo va la vida Dennis? ¿Estuvieron buenas esas vacaciones en la cárcel? — dije de manera burlona
— ¿Piensas qué eres graciosa maldita imbécil? —
— Pienso que soy adorable, tu jefe piensa lo mismo — pestañeé varias veces.
Tiré mi bolso y agarré mi navaja una vez vi como se acercaban con intenciones de atacarme. Era la primera vez que veía una mujer en su grupo, a lo que hemos llegado. Esta me miraba mal, me miraba con rencor como si yo le hubiera hecho algo y ni siquiera su estúpida cara se me hacía conocida. Cuando iba a atacar esta preguntó que si yo era la mujer de Robert. Mi cara debía valer millones en ese preciso momento. Esta decía como Robert podía quererme, que ella era la indicada para él ya que era muy leal y siempre cumplía con los trabajos que le daba. Peores cosas vendrán, eso dice la biblia. Yo miré a Dennis queriéndole decir que si era en serio lo que esta loca hablaba a lo que este solo levantó los hombros. Yo negué y decidí atacar primero a la que se cree esposa de Pablo Escobar tirándola al suelo. Los otros dos hombres se me acercaron, uno de frente y otro de espalda, así que me agaché y en un movimiento rápido apuñalé en la pierna al que se acercaba por atrás. Al que venía de frente le di un golpe en las piernas haciendo que cayera al suelo, pero luego de eso no pude hacer nada ya que Dennis me había agarrado por la parte trasera de mi camisa, me haló para dejarme en el suelo y colocarse sobre mí.
— ¿Qué tienen ustedes con estar encima de uno? — fui a apuñalarlo pero aguantó mis manos — Muy valiente cuando tengo que ocuparme de tres inservibles — bufé.
— Veo que lo habladora no se te a quitado —
— Y a ti lo pendejo — sonreí con sarcasmo.
Dennis llamó la atención de los otros dos y les ordenó que me sujetaran. Agarró mi navaja y me apuñaló en la pierna haciendo que soltara un grito. Parece que la muy nena le ofendió mi comentario. Al rato la chica se unió y comenzó a patearme en todo mi cuerpo. Dennis se alejó para contemplar la escena con una horrible sonrisa, pero eso acabó cuando su brazo derecho fue cortado por el chico con el cual había tenido una pelea no va mucho. El chico, cuyo nombre ya había olvidado, clavó sus hachas en la cabeza de uno de los hombres. Luego al ver como el otro escapaba, movió el hacha de una manera hábil en su mano y la lanzó dándole justo en la espalda. La chica miraba con horror y rápido fue a ayudar a Dennis para huir del lugar. El loco de las hachas fue a recoger la que había lanzado para terminar al lado mío con su mano extendida. La tomé, teniendo en mente que podría partirme la cabeza, y este me ayudó a pararme. Sacudí mi ropa y recogí mi bolso.
— ¿Estás esperando algo? — miré de reojo al chico.
— No te vas a morir por darme las gracias —
— En ningún momento pedí tu ayuda — comencé a caminar con un poco de dificultad.
— No seas orgullosa — rió.
Me senté en una roca y busqué en mi bolso unas tijeras para romper mi pantalón en el área donde me habían apuñalado. El chico se sentó a mi lado y observó lo que hacía.
— ¿Cómo habías dicho que te llamabas? — dije sin mirarlo ya que buscaba hilo y una aguja en mi bolso.
— Me llamo Toby — levantó sus googles.
— Bueno Toby, tienes razón, no me voy a morir por agradecerte así que... gracias — lo observé — Por cierto, mi nombre es Charlie —
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FireWork (Ticci Toby)
Fanfiction¿Qué sería capaz de hacer una persona por sus seres queridos? Las personas podrían llegar a hacer cosas que nunca se imaginaban, solo por su familia y mas si mueren de manera injusta, por un maldito. Charlie Muller pasó de ser una chica normal, con...