C2: Bienvenidos a Londres.

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Altais Riddle

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Altais Riddle.
01 de Julio, 1996.

—Eso fue lo peor que he hecho en mi vida.—se quejó mi hermano.

—A ver, dime, Rigel, ¿qué sucedió? —le pregunté con fastidio.

—El chico a mi lado me hablaba de fútbol, béisbol, sobre películas en cartelera y no sé que tonteras más. —dijo, la molestia era clara en su voz.

—¿Y qué le dijiste para callarlo? —quise saber.

—Nada, solamente le lancé un imperio para callarlo. —admitió sin importancia.

Paré en seco. —¡Rigel! —gruní.

—Altais, no entendí ni una mierda de lo que estaba diciendo.

Iba a responderle, pero mi padre se adelantó cuando nos llamó.

—No se separen de nosotros, ya casi llegamos .

Bufé y aceleré mi paso para alcanzarlos. Atravesamos un callejón en Londres, entramos a un bar y después cruzamos una pared, y aparecimos nuevamente en otro callejón, pero éste estaba repleto de personas usando túnicas, tiendas de lechuzas, tiendas de escobas, de varitas, de túnicas para el colegio y demás. Noté que ya habíamos entrado al mundo mágico.

—Estamos en el callejón Diagon, ustedes se quedarán aquí con su madre mientras yo me voy a cambiar el dinero. —informó mi padre y se fue.

—¿Conoces aquí? —le pregunté.

—Conozco lo suficiente para no perdernos. —dijo con gracia. Fruncí las cejas pero no dije nada.

—Maravilloso. —dijo mi hermano.

—Madre, ¿tú nos dirás por qué viviremos aquí? —quise saber mientras le daba una sonrisa tierna.

—No les diré nada, niños.

—Maravilloso. —imité a Rigel.

Mi mamá negó con una sonrisa y entró a una tienda: Tienda de túnicas para toda ocasión de Madame Malkin.

Desdobló una lista que sacó del bolsillo de su chaqueta y se la pasó a la bruja que nos atendió.

—Oh, los chicos Riddle. —nos sonrió. —Es un placer conocerlos al fin. —comentó.

Le dí una sonrisa para ser cortés.

Mi hermano le tendió una mano. —Rigel Riddle, un placer. —la bruja se la aceptó y después de estrecharla mi hermano la apartó.

—Buenas tardes. Para el colegio Hogwarts. —oímos una voz masculina detrás de nosotros.

—¡Oh, señor Potter! —saludó la bruja. —Que gusto verlo, ¿dónde está el muchacho? —preguntó.

—Pasó a la tienda de escobas con su madre, en unos minutos me alcanzarán.

Cuando terminó de hablar, la puerta de la entrada sonó indicando que alguien había entrado.

𝐇𝐈𝐃𝐃𝐄𝐍 𝐅𝐄𝐄𝐋𝐈𝐍𝐆𝐒 || d. malfoy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora