Bell "El Rey"

Capítulo 9

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-Capitán, ya casi llegamos al piso 50.

-De acuerdo, descansemos ahí al llegar.

La <Familia Loki>, una de las familias más poderosas de toda <Orario> se encontraba en estos momentos cerca del pasillo de conexión con el piso al piso 50 donde tomarían un corto descanso antes de seguir descendiendo por el oscuro calabozo.

Todos caminaban tranquilamente por los oscuros pasajes del pasillo de conexión hacia el piso 50, un lugar donde no se generan monstruos y un buen lugar para descansar debido a las condiciones que presta.

El pasillo se abrió dé repente mostrando una luz blanca que cegó momentáneamente a algunos de los miembros más débiles de la expedición. Un lugar que solo podría verse en la superficie se encontraba en el calabozo. Luz que provenía del techo de la gran caverna en forma de cristales, numerosos árboles y muy grandes, casi parecido a un bosque pequeño en la superficie. Se podían apreciar en ciertos puntos de vista, unas manchas que corrían a toda velocidad, un río.

-Bien, llegamos. Descansemos aquí.

""""""Entendido""""""

Todos respondieron de manera inmediata a la orden de su capitán, los que llevaban los equipajes comenzaron a moverse y rápidamente armaron las tiendas para que todos los miembros en la expedición descansaran.

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Luego de una hora, todo estaba en su lugar. Pequeñas fogatas para mantener el calor, las tiendas ya estaban puestas y la mayoría de los integrantes de la gran expedición de la <Familia Loki> ya se encontraban descansando un poco para volver a seguir bajando en unas horas, quizás en un día...

-Y bien ¿Creen que sea real ese rumor?

Una amazona de nombre Tiona hablaba enérgicamente con su hermana, Tione, Lefiya y demás miembros femeninos de la expedición. Un grupo de amigas que casualmente se estaban refrescando en un lago apartado de toda mirada curiosa.

-Realmente no lo sé, ¿Por qué volver después de tanto tiempo?

Alejada del resto, se encontraba Aiz, <La princesa de la espada>. De pie sobre el pequeño lago donde se encontraba, miraba su mano derecha con detenimiento como si fuera lo más importante del mundo. Su rostro era el de una impasible persona como si fuera una muñeca de porcelana finamente tallada por las manos de los mismos dioses. El agua llegaba hasta un poco más abajo de tus rodillas dejando al descubierto su  piel de un aspecto fino, como si ella nunca hubiese estado en el campo de batalla, aún así, solo unas pequeñas pero m uy pequeñas cicatrices marcaban su cuerpo altamente tonificado pero no llegando a exagerar. Su cuerpo era el de una mujer hermosa pero a la vez guerrera, como si fuese un mujer que tuviese que ser protegida por su apariencia pero el aura que su cuerpo emanaba daba un aire totalemente diferente. 

Aún estando desnuda en medio del bosque en un pequeño lago, no sentía miedo de alguna mirada curiosa, las cosas que pasarían de que eso llegase a suceder eran muy aterradoras hasta para el hombre con más huevos para hacerlo.

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-¿Por qué se supone que debemos hacer guardia?

-No seas estúpido, aunque no se generen monstruos en este piso, nada impide que no suban o bajen por los pasillos de conexión, no queremos que algún grupo de monstruos se infiltre en nuestros campamento y cause estragos por no estar preparados y-