El Caballero de la Navidad.- Junghope.

Two

En la época medieval el término caballero era considerado para llamar a un joven de origen noble, usado entre las personas para dirigirse a las demás con respeto. Pero este término fue cambiando hasta la actualidad para dirigirse a una persona de conducta gentil, atenta y solidaria.



Jin se había llevado a su hija para poder descansar. Así que Hoseok había subido a su camioneta para irse directo a su hogar.

En la radio, la señora hablaba sobre el clima terrible que estaba haciendo.
—Tenemos una alerta meteorología, hay una fuerte nevada esta noche.—
Era cierto, Hoseok apenas y podía ver gracias a las luces de su carro que iluminaban levemente su camino y los parabrisas que no dejaban de ir de un lado a otro.

—No puede ser...— Conducía lento y precavido, pero por más que intentara ver, no podía. Por eso, no se dio cuanta cuando una persona se atravesó frente a él.
Alcanzó a frenar un poco, aunque si logró golpear al que se había cruzado. Hoseok cubrió su boca con la mano completamente sorprendido, se bajó del carro rápidamente y tocó su pecho con alivio al ver que la persona se puso pie. Era el mismo chico al que antes le había derramando chocolate, el que tenía puesto una sorprendente armadura.

—Lo siento ¿Estás bien? Es que no veía nada.—Ayudó a que se sacudiera un poco. El caballero negó con la cabeza.

—No temed, he sido empujado y arrastrado por bestias más veloces que vuestro corcel.

—¿Qué?— Preguntó confundido Hoseok por la forma de expresarse del joven frente a él.

—Caballero dígame ¿Qué villa es esta?

—Bracebrigde.

—¿Dónde?— El chico de la armadura se veía completamente confundido

—¿Ohio?

—¿No estoy en Inglaterra?— Hoseok negó con la cabeza. La sirena de una patrulla acercándose hizo que Hoseok sintiera alivio.

—Aquí viene el oficial Park.— Saludó con la mano al joven con uniforme de policía que bajaba del carro y caminaba al lado de los dos chicos.— Iba a llamar a emergencias.

—¿Cuál es el problema?

—Iba conduciendo, no podía ver nada. Él estaba a media calle y lo arrollé. Creo que se golpeó en la cabeza.— Ambos miraron a Jungkook examinando la patrulla detenidamente, mirando las luces con la entre ceja fruncida.

Park se acercó al chico de armadura.— ¿Estás bien? ¿Cómo te llamas?

— Sir Jeon Jungkook. De Norwich. ¿Y usted?

—Oficial Park.— El policía le dirigió una rápida mirada a Hoseok entendiendo a lo que se refería.

-¿Ha visto a mi corcel?

El policía convenció a Jungkook de subir a su "Corcel" Para buscar el de él. El de armadura agradeció diciéndole lo amable que era.

Hoseok siguió la patrulla hasta el Hospital que el Oficial había sugerido ir para que pudieran darle atención médica.
Aunque antes de subir a su camioneta, recogió una especie de amuleto que supuso se le había caído al joven.

Esperando en la sala del hospital, el oficial se acercó a Hoseok para explicarle que Jungkook estaba bien y que gracias a la armadura no le había ocurrido nada, Hoseok suspiró más tranquilo.

Doblando la esquila de un pasillo venía Jungkook en una silla de ruedas, Park explicó que según lo que le habían dicho los Doctores, Jungkook creía ser un caballero Medieval y que quizás el golpe le había provocado amnesia que usualmente se curaba sin tratamiento.

—Jungkook, me alegra verte ileso.— Habló Hoseok mientras veía que Jeon cargaba con sus cosas en la mano y se ponía de pie.

—Es Sir Jungkook.- Corrigió.

—De acuerdo Sir Jungkook, encontré esto en la nieve. Creo que es tuyo.— Jungkook tomó la especie de amuleto con cuidado de no tirar sus cosas.

—Gracias caballero, es preciado para mí.

—Bueno, me alegra haberlo encontrado. Soy Hoseok.—Se presentó.

Jungkook sonrió embobado.
—A sus pies.
Luego de hablar unos minutos más, el Oficial y Hoseok llegaron a la conclusión de que Jungkook se quedaría en la casa del maestro hasta que su memoria regresara.

La ida a su casa fue toda una travesía, en la camioneta de Hoseok, Jungkook hablaba sorprendido por las cosas en ella, y de cómo la radio reproducía la música sin que él pudiera comprender cómo es que funcionaba. Tocó todos lo botones cambiando de estación para poder escuchar más melodías, Hoseok lo miró de manera extraña aunque le pareció tierno ver cómo Jungkook sonreía juguetón con el radio.

Llegaron a su casa y caminaron por el jardín adornado con todo tipo de decoración. Los vecinos entrometidos miraron a Hoseok con asombro.

Mientras le explicaba algunas cosas de su hogar resbaló con la nieve en el suelo  aunque antes de caer Jungkook lo sujetó en sus brazos.

—Debe estar más alerta.
Lo miró por unos largos segundo y Hoseok habló.
—Ya puedes soltarme.—Jungkook lo ayudó a ponerse de pie por completo y siguieron con el recorrido.

Entraron y lo primero que hizo Jungkook fue revisar el refrigerador diciendo que que era un artefacto que traía el clima del exterior a adentro. Pero Hoseok no se molestó en explicarle.

—Lo primero que hay que hacer es actualizar tu guarda ropa, al menos unos siglos. Iré a traer ropa que mi ex olvidó, supongo que te quedará mejor que la mía.

—Agradezco su gentileza.

—No te preocupes, mi ex es un cretino así que no importará que uses su ropa.

—Bueno, mientras espero la ropa de cretino, ¿podría solicitar la caldera para que pueda darme un baño?— Hoseok rió incrédulo.

—Mejor te muestro el baño.

Hoseok habló con su hermano explicándole lo que había hecho. Este lo regañó diciendo que quizás era peligroso, Hoseok le dijo que no era así y que, además, eso lo hacía sentir mejor.

Pero antes de colgar notó que Jungkook prendía fuego en el patio por lo que colgó de inmediato y fue a resolver lo que el de armadura hacía. Pues a pesar de haberle dado la ropa, la ignoró y usó lo que él ya tenía.

Hoseok tomó el extintor apagando la enorme fogata que Jungkook había hecho.

—¿Qué? habéis asustado a mi cena— Bajó su espada decepcionado.

—¡No! No puedes comer zorrillos ni hacer fogatas en el jardín.

—Mis disculpas, caballero, yo...

—Solo llámame Hoseok.—Bufó.

—Hoseok, no quise molestarte, sucede que estoy hambriento.

—Hay una solución más sencilla que no involucra zorrillos.