Capitulo LXXI

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Pov. Irak.
Desde que empezaron a discutir Amelia y Edward no han parado de gritarse sus errores, intentar justificarse en sus acciones y decisiones, buscando pasar la pelota de culpa entre ellos; los demás integrantes de los Cullen solo ven sin poder decir nada esta discusión solo mirar con preocupación y tristeza,  todo frente a mis hermanos y yo.

No hacia ni decía nada, dejaba que liberaran todo ese rencor, dolor, culpa y tristeza en todo lo acontecido entre ellos, sabía que debían… no, lo necesitaban hacer para poder cerrar todo esto, dejaban que usaran mi nombre o mi presencia como si fuera una daga o veneno que colocaban en sus heridas hechas por sus acciones con la intensión de hacer que les arda, les duela se infecte de culpa y dolor.

Permitía que me señalaran y me usaran como las consecuencias de sus errores, de las decisiones mal hechas que realizaron hace varios años, que usaran mi nombre para maldecirse e insultarse el uno al otro como si mi nombre o mi presencia fuera la causa y la consecuencia de sus acciones; los dejaba, con tal de que dejen liberar todo el dolor y rencor que poseen.

Mis ojos estaban vacíos y fríos viendo como mis progenitores se descargaran el uno al otro con tanta fuerza que aún me preguntaba como hacían para cargar con ellos, pensando en si así hubiera sido si ellos se quedaran juntos?,¿pelearían a diario, se ofenderían y humillarían por las acciones del otro?, creo que así seria.

Fijo mi mirada primeramente en Amelia, sus ojos brillaban en un intenso rojo oscuro casi cruzando al negro, como si fuera don piedras preciosas pero cargadas de odio y rencor, fulminando a Bella cada vez que hablaba o a Carlisle intentando hacer que se calme; las cuales fallan totalmente; respondiendo con sarcasmo o con insultos a ellos.

Su aura era oscura y pesada cargada de odio, molestia, rencor, tristeza e impaciencia, sabía que ella por voluntad a hablar conmigo e intentar convencerme a irme con ella, Aro Vulturi fue la que la había mandado aquí para que me reclutara, lo cual me hice sentir desilusionada ya que tenía una pequeña esperanza que vendría con a conocerme y hablar de forma sincera y sin segundas intenciones.

Luego mire a Edward, sus ojos dorados estaban llenos de enojo y rencor por las palabras y acusaciones que hacia Amelia, estaba irritado por sus palabras, rencoroso por sus acciones y las de ella y molesto por la actitud de ella, además se percibía la tristeza por lo que pasa y la irritación por las palabras que decía bella, las cuales lograba hacer enojar más a Amelia; ninguno tenía la intensión de callarse y ceder ante las palabras del otro.

Sentí como mi pecho se oprimía, como mi alma se agrietara, como mi pobre y pequeña esperanza se desmoronaba ante esta discusión, destruyendo la posibilidad de tener una charla pacífica y civilizada entre nosotros tres, buscando alguna manera de tener una relación de respeto y amabilidad.

Mi rostro no reflejaba nada de todo lo que en mi interior estaba pasando, permanecía seria con la mirada fría y sin emociones, fui una gran ilusa al pensar todo eso, tenía que saber que esto era lo más obvio que pasaría en un reencuentro entre ellos y yo pensando en milagros que ni Dios puede hacerlo.

Ahora estaban hablando de quien se quedaría conmigo como si fuera un jarrón o algún objeto que al comienzo nadie quiso pero al saber su valor lo desean proteger, todo frente a mi como si no estuviera frente a ellos, que idiotas al pensar que me quedaría con ellos.

Pov. Escritora.
Edward: de ninguna manera permitiré que Irak se vaya contigo Amelia, ella se quedara conmigo y mi familia- dijo de manera tajante y firme, no permitiría que la volvieran a alejarla de él, debía encontrar la manera de que ella lo perdonara y tuvieron una relación perfecta de padre e hija.

Amelia: no digas tonterías Edward, ella vendrá conmigo ya que estará mejor conmigo que rodeada de personas que no la quieren- dijo firmemente dando una mirada a Bella, sabía que esa mujer no quería a Irak, se notaba en sus gestos y su lenguaje corporal cada ver que Edward pronunciara su nombre, lo cual era una ventaja para ella.

Bella: es mejor que ella se la lleve de aquí Edward, ella tiene más derecho que tú ya que es su madre, además eso podría traernos problemas con los Vulturis- dijo jalando de su brazo, intentando convencer que esa mujer de cuarta se llevara a la bastarda de su hogar.

Amelia: hazle caso a tu esposa que de algo sirve su cerebro, y pensar que lo tenía de adorno- dijo con una sonrisa retorcida que transmitía su molestia hacia la castaña, Bella la miro con irritación y le dijo.

Bella: al menos estoy felizmente casada con el padre de mi hija quien me ayuda a cuidarla como se debe y no como otra que huye con un extraño dejando tirada a su hija- dijo con veneno en la lengua para sonreír con soberbia, sentía la mirada de molestia de Calisle en su espalda pero no le tomo importancia, no se dejaría pisotear por ella.

Edward: Bella por favor para con esto, no dejare que Amelia se lleve a Irak para que se integre a los Vulturis, solo haría a la guarida más fuerte- dijo mirando a Bella con enojo

Amelia: y más poderosa, con los dones de Evangeline en la guardia haría que nadie intente derrumbarnos o logre levantar sus manos en contra nuestra, seriamos indestructibles- dijo con un sonrisa sádica y desquiciada, sacando a relucir sus verdaderos planes, haciendo que los Cullen abran sus ojos de impresión y confirme las sospechas de los chicos.

Carlisle: así que para eso quieres a Irak, para que este bajo el poder de Aro y sus hermanos y se convierta en un arma de guerra, solo para eso?!- dijo sorprendido por las intenciones de esa mujer, no podía entender cómo es que podría entregar a su propia hija a unos tiranos que la trataran como un arma, un objeto que utilizaría para destruir a sus enemigos.

Esme: estás loca Amelia, como puedes hacerle eso a tu propia hija, no tienes corazón?- dijo aun impactada por las palabras que decía, aun no entendía como es que ella pudo ser madre y no querer a su hija.

Amelia: no importa lo que digas Esme, yo vine aquí por una misión y pienso cumplirla, me vale lo que hagan con la niña, no es de mi incumbencia ni me interesa saberlo, total nunca me importo su vida- dijo con una expresión desinteresada haciendo un gesto restándole importancia- con tal de que mis reyes este felices y contentos con cumplir su pedido- añadió con una sonrisa que hizo a algunos estremecer.

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