𝑨𝒓𝒂𝒈𝒐𝒈
El verano estaba a punto de llegar a los campos que rodeaban el castillo. El cielo y el lago se volvieron del mismo azul claro y en los invernaderos brotaron flores como repollos. Pero sin poder ver a Hagrid desde las ventanas del castillo, cruzando el campo a grandes zancadas con Fang detrás; y lo mismo podía decirse del interior del castillo, donde las cosas iban de mal en peor.
Aquellos días, la sala común de Gryffindor estaba siempre abarrotada, porque a partir de las seis, los de Gryffindor no tenían otro lugar adonde ir. También tenían mucho de qué hablar, así que la sala no se vaciaba hasta pasada la medianoche. Aquella noche Fred y George habían retado a Ron y Harry a jugar al snap explosivo, mientras que Atenea, Exton y Ginny se sentaron a contemplarlos. Cuando dio la medianoche cuando Fred, George, Exton, Atenea y Ginny se marcharon por fin a la cama. Pero Atenea tuvo que regresarse por unos pergaminos, cuando estuvo en el último escalón vio a Harry y Ron colocarse una manta encima que los volvía invisible al parecer
-¿A dónde creen que van? - pregunto al aire, ya que nadie contesto - sé que están ahí chicos, salgan - y los dos se quitaron la manta invisible
-Tenemos algo que hacer Nea, y es peligroso será mejor que no vengas - le dijo Ron
-No lo creo Ron, iré con ustedes les guste o no - le respondió
-Está bien, escóndete bien - le paso por encima la capa Harry - que nadie te vea Nea
-¿Como consiguieron esto? - les pregunto
-Es herencia de mi padre - le respondió Harry
Y los tres salieron por el por el agujero del retrato. Este recorrido por el castillo también fue difícil, porque tenían que ir esquivando a los profesores. Al fin llegaron al vestíbulo, descorrieron el pasador de la puerta principal y se colaron por ella, intentando evitar que hiciera ruido, y salieron a los campos iluminados por la luz de la luna.
-Naturalmente -dijo Ron de pronto, mientras cruzaban a grandes zancadas el negro césped-, cuando lleguemos al bosque podría ser que no tuviéramos nada que seguir. A lo mejor las arañas no iban en aquella dirección. Parecía que sí, pero...
Su voz se fue apagando, pero conservaba un aire de esperanza. Llegaron a la cabaña de Hagrid, que parecía muy triste con sus ventanas tapadas. Cuando Atenea abrió la puerta, Fang enloqueció de alegría al verlos. Temiendo que despertara a todo el castillo con sus potentes ladridos, se apresuraron a darle de comer caramelos de café con leche que había en una lata sobre la chimenea, de tal manera que consiguieron pegarle los dientes de arriba a los de abajo. Harry dejó la capa sobre la mesa de Hagrid. No la necesitarían en el bosque completamente oscuro.
-Venga, Fang, vamos a dar una vuelta -le dijo Harry, dándole unas palmaditas en la pata, y Fang salió de la cabaña detrás de ellos, muy contento, fue corriendo hasta el bosque y levantó la pata al pie de un gran árbol. Atenea sacó la varita, murmuró: «¡Lumos!», y en su extremo apareció una lucecita diminuta, suficiente para permitirles buscar indicios de las arañas por el camino.
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𝑯 𝑶 𝑵 𝑬 𝒀 | 𝑮. 𝑾𝒆𝒂𝒔𝒍𝒆𝒚
Fanfiction|𝑯 𝑶 𝑵 𝑬 𝒀| 𝑬𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒄𝒊𝒐𝒔𝒂 𝒍𝒂 𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒆𝒏 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒅𝒊 𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒆 𝒆𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆́ 𝒅𝒆 𝒕𝒊 (George Weasley x oc) Prohibida su copia u adaptación. La Cámara de los Secretos - Las Reliquias de la Muerte Esta h...