ᴄɪɴᴄᴏ

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[martina's pov]

el pibe seguía esperando que me fuera y yo seguía diciendole que no iba a ir a ningun lado.

—primero, no te voy a dejar solo con ella porque está pedo, y no quiero decir que vas a hacerle algo, porque no te conozco, pero...

—lo estás insinuando, marti. —dijo lourdes de manera pausada y apenas entendible.

—lo importante acá, es que franco, su hermano y mi mejor amigo... —le aclaré al chico esto último. —me pidió a mi que la cuidara, asi que te vas.

—dejen de pelear... —pidió lourdes.

—vos anda a bañarte, asi se te pasa un poco el pedo que tenes, boluda. —le dijo él, con un tono que me dio asco.

—a ella le hablas bien. —le dije y automáticamente le di un empujón dejandolo fuera de la habitación y haciendo que se chocara a mi amigo que llegaba para ver como estaba su hermana.

—¿qué pasa acá?

—no se que le pasa a este loco, me habla como si fuera el dueño de la casa, queriéndome echar y encima la trata mal a tu hermana. —le dije a fran mientas miraba al pibe, con mi mejor cara de culo.

—¿otro boludo? —preguntó. —chau, te fuiste. —lo empujó lejos del cuarto de lourdes.

—vamos a bañarte luli. —le dije.

—¿me vas a bañar vos? —automaticamente, me puse roja.

—eh... n-no, ¿c-como te voy a bañar yo?

—martina, te acaba de poner nerviosa una nena de dieciocho años. —el rió.

—no soy una nena.

—bueno, anda a bañarte. —le pedí mientras la ayudaba a ponerse de pie y la acompañaba al baño de su habitación. —yo me voy, fran. —le dije a mi mejor amigo, volviendo con él.

—¡quedate! —la escuché decir desde adentro de la ducha y miré a franco.

—es tarde. —coincidió con la idea de su hermana.

—bueno. —acepté. la idea de volverme caminando sola, me generaba un poco de miedo. —pero duermo con vos. —agregué y lo vi hacer una mueca a la vez que rascaba su cuello. —¿qué?

—se queda delfi... la chica que...

—si, la que me miró mal y trató de darme celos, la recuerdo. —le dije seria.

—pero duermo con ella en el cuarto de mis viejos y vos en el mio. —sugirió y asentí.

—¿te quedas entonces? —escuché su voz y me giré para verla, tenía el maquillaje totalmente corrido y su cuerpo estaba envuelto en una toalla. franco y yo reímos.

—me quedo. —le dije viendo como se miraba al espejo y abría los ojos exageradamente al verse. —si querés te ayudo a sacarte eso. —señalé su cara.

—por favor. —pidió mientras buscaba algo en su mesita de noche.

—¿les podes pedir a angie o megan que se queden? —le pregunté a franco. —no quiero quedarme yo sola.

—angie se fue con la amiga de lourdes y megan con un pibe. —rió.

—mirala a brisa... —reflexionó luli. —lenta por suerte.

—bueno, yo me voy a buscar a delfi y a echar a los que quedan. —se despidió —cuando termines con luli, anda a mi cuarto y si querés dormir más cómoda, podes agarrar una de mis remeras o no se, vos fijate. —asentí. —gracias por cuidarla. —me sonrió y le devolví la sonrisa.

—descansa —me despedí de él y luego me acerqué a ella, sentándome a su lado para comenzar a sacarle bien el maquillaje, con los productos que ella me había dado.

—gracias, mar. —me dijo cuando terminé.

¿mar? nadie me había dicho asi nunca, me gusta.

—y gracias por cuidarme. —agregó para luego envolverme en un abrazo que me dejó sorprendida.

—no es nada. —le sonreí soltando un suspiro que me hizo sentir una boluda y rápidamente, aclaré mi garganta, nerviosa. —me voy a dormir, vos... cambiate y hace lo mismo. —le dije.

—bueno. —respondió. —gracias otra vez. —me sonrió mientras caminaba, con dificultad, hacia su armario.

—que duermas bien. —me despedí para salir de ahí y dirigirme al cuarto de mi amigo. cuando llegué, me saqué mi ropa y me puse un short y una remera de él, para no dormir incómoda.

estaba por quedarme dormida, cuando sentí un peso del lado izquierdo de la cama y, algo asustada, me giré para ver quien era, quedando a centímetros del rostro de lourdes.

—¿qué haces acá? —le pregunté extrañada.

—¿puedo dormir con vos? —me preguntó. claramente esta piba seguía en pedo.

—lourdes, no creo que...

—por favor. —me interrumpió.

—mañana te vas a arrepentir de esto, y de todo lo que pasó en la noche.

—no. —negó acercándose a mi y poniendo su cabeza sobre mi hombro.

pero, tal y como creía, el tiempo me iba a dar la razón a mi.

ᴍᴀʀᴛɪɴᴀ | ᴍᴀʀᴛᴜʟɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora