02. "Me niego".

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Cuando Shen Qingqiu volvió a abrir los ojos, descubrió el techo de su habitación en la actual casa de bambú que compartía con su discípulo.

Por un segundo la bruma del sueño lo hizo olvidar todo el incidente con el Sistema. De hecho, por ese precioso momento de confusión, podría jurar que realmente se soñó todo.

Me lo soñé.

Se convenció a sí mismo mientras se sentaba y enfocaba la mirada en su alrededor. Aparentemente era muy temprano por la mañana.

Tenía puesta sólo su túnica interior, y no hacía falta decir quién pudo haberlo desvestido antes de ir a la cama. Inesperadamente, ese quién no estaba por ningún lugar cercano.

Todavía confundido, empezó a percibir algo.

Era un aroma.

Éste nuevo aroma era ligeramente picante,y  sin embargo, intenso. Tan intenso que podría asustar o embriagar.

Shen Qingqiu se sintió algo mareado. Pero lo más extraño, era su reacción al aroma.

Los latidos de su corazón estaban desbocados para cuando la puerta de la habitación se abrió.

- Finalmente despiertas.

La voz provino de nada más y nada menos que de Liu Qingge, su shidi.

Shen Qingqiu se confundió más todavía, el hecho de que el mismísimo señor de la Cumbre Bai Zhan estuviese aquí, en el lugar de Luo Binghe, lo tenía atónito.

- Liu shidi.. no es que tu visita no me complazca, pero, Binghe.. - Comenzó a decir, sin tener muchos ánimos para presenciar una confrontación.

Podría ser por el hecho de que en los últimos meses, Shen Qingqiu había vivido como un manga cortada y encima, el haber sido tan ciego acerca de las intenciones verdaderas de Binghe hacia él durante tanto, que, ahora era más detallista, más atento a ciertas cosas que antes habría ignorado.

Por ello, cuando vió la ceja de Liu Qingge temblar un par de veces, fue consciente de cómo lucía ante los ojos de su shidi. Despeinado, el largo cabello corriendo sobre sus hombros; sonrojado por el calor de la mañana, y además, con una delgada capa de ropa.

Shen Qingqiu inmediatamente saltó de la cama, tomando su túnica exterior con aparente calma, pero desesperación interna.

La mirada de Liu Qingge se clavó entonces en el cuello de Shen Qingqiu, y éste último por inercia se llevó la mano a ese lugar, verificando que en realidad no había nada. Su shidi también lo confirmó, y un destello conforme brilló en sus ojos.

- Shixiong, no puedes quedarte aquí. Tus discípulos te necesitan.

- ¿Mh? Liu shidi, estoy bastante seguro que ellos no tienen nada más que aprender de éste maestro. Por el momento, estoy retirado.

Era el discurso que siempre daba, y se sintió orgulloso por la determinación en su voz. Aún así, el ambiente era extraño.

Se sentía a sí mismo más ligero, más.. ¿delicado?

Mientras que, Liu Qingge parecía más alto e intimidante de lo que recordaba.

Mientras meditaba esto, Shen Qingqiu comenzó a caminar a la salida de la habitación. Luo Binghe no estaría de buen humor si veía que el señor de la Cumbre Bai Zhan estuvo en la recámara que compartían.

- Shen shixiong.. él.. ¿te obliga a estar aquí?

Al oír aquello, Shen Qingqiu se detuvo y se volvió para mirar a Liu Qingge. Efectivamente, se podría decir que Luo Binghe casi lo había secuestrado una vez, sin embargo, este estaba muy lejos de ser el caso.

Antes de que si quiera formulara una respuesta en su mente, unos fuertes brazos se apoderaron de su cintura, tirando de Shen Qingqiu hasta que su espalda se apegó a un sólido y caliente pecho.

- Shizun.- Escuchó contra su oído.

El calor viajó al rostro de Shen Qingqiu, mientras que la expresión de Liu Qingge se volvió complicada.

Por su parte, Luo Binghe, ignoró de forma olímpica al tercero en el lugar, como si no fuese nada para él.

- Shizun despertó temprano hoy.-  Continuó diciendo en voz baja, causando un camino de piel de gallina por la espalda de Shen Qingqiu.- Pero éste discípulo ya tiene el desayuno listo.

No podía recordar alguna vez a Luo Binghe siendo tan descarado delante de otras personas, mucho menos a Shen Qingqiu permitírselo. Y aún así, una pequeña parte de él, sentía que lo que Binghe hacía tenía sentido.

Está marcando territorio, como el alfa que es.

Ante ese razonamiento, Shen Qingqiu asintió mentalmente.

Un segundo después, se paralizó.

¿El alfa que es..?

Shen Qingqiu miró sus propias manos temblorosas, notandolas igual que siempre. De hecho, podía asegurar que su apariencia realmente no había cambiado.

Pero..

Me niego..

Estaba empezando a entrar en pánico, y, cada vez que eso ocurría, nada bueno se avecinaba.
















demon seed © Bingqiu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora