- Ya no se qué hacer contigo Paula en serio- me dice Quique mientras se sienta en el sofá al lado mío.
- Ni yo sé ya que decir-
- No sé cómo decir esto Paula… pero si él te ha forzado... ya sabes que puedes…..-
- ¡No, no! El no ha tocado nada de lo que yo no quisiera- le interrumpo
-Está bien-
-No te preocupes Quique, yo pensaba que Raúl era de otra forma y fue un error subir a un idiota a mi casa- me resigno a decirle sabiendo lo imbécil que le estaré pareciendo
- Yo no soy quién para decirte esto Paula pero deberías tener más cuidado con los chicos ¿vale?- me aconseja y me abraza
- Lo sé, ¿ se lo vas a decir a mi padre Quique?- le pregunto muy avergonzada
- Debería decírselo Paula, el es mi mejor amigo y no sabes lo que me jode mentirle pero por otra parte te veo aquí sentada llorando y no puedo-
-Gracias Quique-
- No me des las gracias porque aun no he decidido nada-
-Vale, pero antes de que lo hagas llévame lejos de aquí –
-¿Por qué?- me pregunta extrañado mientras sonríe -
-Porque estaré castigada en mi habitación el resto de mi vida y no veré nunca más la luz del día- le digo y nos reímos las dos
-Mmm... me has convencido-
Cuando me quiero dar cuenta Quique ya está en la puerta esperándome. Al principio pensaba que estábamos bromeando pero ya veo que no asique cojo mi bolso lo más rápido que puedo y me aproximo hacia el.
Caminamos por las calles de Madrid y siento que todos mis pensamientos vuelan de mi cabeza. Solo la presencia de Quique hace que todos mis problemas se vayan. Y creo que una persona que te hace sentir eso, necesita quedarse en tu vida
-Casi hemos llegado Paulita-
-Tengo un poco de miedo pero mientras que no me lleves a la comisaria me doy por satisfecha- le contesto y sonrío
Cuando me quiero dar cuenta hemos llegado al barrio de Chueca y nos encontramos en frente de un hotel. He pasado por esta calle miles de veces pero nunca me había fijado en las letras que cuelgan por encima de la puerta “Do you want to sleep with me?” El hotel contrasta mucho con los otros edificios porque es muy moderno y la mayoría de la fachada es de cristal.
-¿Entramos?- me pregunta Quique mientras me toma de la mano
- Claro que sí- le contesto
Me quedo asombrada con lo bonito que es este hotel, intento fijarme en todos los detalles que esconde este recibidor. Me fijo como Quique pregunta algo en recepción y me hace una seña para que me dirija hacia el ascensor
El tiempo en el ascensor pasa muy despacio. Quique y yo nos encontramos demasiado juntos porque hay muchísima gente aquí metida.
Noto como el ascensor se para y Quique me hace un gesto para decirme que ya hemos llegado pero justo cuando me bajo del ascensor me detiene y me tapa los ojos con sus manos.
-Cuando me siento solo y créeme que no son pocas veces y los problemas me ahogan decido venir a este rinconcito de Madrid. Nadie sabía que yo venía aquí y solo quiero que lo sepas tu ¿vale?- me susurra al oído un poco emocionado
- Sera nuestro pequeño secreto ¿vale?- le digo mientras noto como su cuerpo se encuentra detrás de mí, mientras sus manos tocan mi cara y su colonia se pega a mi
-Vale, voy a destaparte los ojos ahora y espero que te guste-
Cuando mis ojos comienzan a abrirse no puedo dejar de sorprenderme. Estoy demasiado emocionada. Mis ojos se encuentran con una terraza muy especial. Esto parece un paraíso.
La terraza tiene un diseño muy ibicenco ya que todo es de color blanco y en el medio de todo esto se encuentra una piscina preciosa.
-¿Te gusta?- me pregunta Quique
-Esto es impresionante Quique- le digo mientras nos sentamos en una especie de cama balinesa y aparece una camarera muy guapa.
-¿Qué vais a tomar?- nos pregunta mientras noto como le sonríe a Quique más de lo normal
- Dos coca-colas por favor-le contesta Quique y le devuelve la sonrisa
La camarera se marcha y sé que se ha quedado demasiado extrañada de ver a Quique, un chico tan guapo y mayor, al lado de una chica como yo
-Tienes razón Quique desde aquí los problemas se ven demasiado pequeños-le digo
-No ves como tenía razón-
-La gente nos mira un poco raro sabes-
-¿Por qué?-me pregunta Quique un poco extrañado
-Porque no entenderán como un chico como tu esta aquí en este sitio tan bonito con una chica como yo- le contesto y agacho la cabeza
- No deberías pensar así Paula, no me gustaría estar aquí sentado con otra chica que no fueras tú-
Estas palabras me dejan confusas. Algunas veces ya no sé si me habla como mi “tío” o si esas palabras quieren decir algo más.
-Gracias Quique-le digo y sonrío
-Bueno y que tal la redacción de Mario Benedetti-
-¿Aun te acuerdas? Pues me puse muy nerviosa pero creo que no la recite muy mal-
-Claro que me acuerdo Paulita, y no entiendo porque eres tan tímida- me contesta y me mira fijamente
- No sé, quizás me da miedo que las personas me conozcan y no les guste-
-Está claro que no les vas a gustar, les vas a encantar ya verás-
- No me digas estas cosas que vas hacer que me ponga roja- le suplico- Bueno y ¿Qué tal tu primer día en la comisaria?-
-No ha estado mal, un poco aburrido porque he tenido que rellenar mucho papeleo y a mí me gusta más la calle-
- Eres un poli en acción- le digo y nos reímos
La camarera nos trae la bebida y no para de coquetear con Quique pero prefiero no hacer caso. Al fin y al cabo yo soy la que esta sentada en esta silla y no ella.
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Siempre nuestro
Storie d'amoreNadie elige de la persona que se enamora , ni el momento , ni el lugar . Cuando menos te lo esperas esa persona llega o simplemente siempre ha estado hay . Y puede que si lo dejas pasar te arrepientas el resto de tu vida. Paula solo tiene diecisiete...