Pasemos lista un día más. Di "yo" si tu también quieres un Oliver en tu vida.
Grace
Varios golpes lejanos interrumpen mi noche. No le doy demasiada importancia y continúo acostada en la cama mientras intento conciliar el sueño. Los golpes no cesan, así que termino levantándome para ver de quién se trata.
Reviso la hora en el móvil: las cinco de la mañana.
Recorro los metros que me separan de la puerta, quito el seguro y doy varias vueltas a la llave. La persona que está al otro lado no tarda en levantar la cabeza para mirarme. El sueño se va por completo de mi cuerpo y la sorpresa, bastante desagradable, la sustituye.
Dos pares de ojos marrones se clavan en los míos. Examino su rostro; las marcas de la edad que son difícil de ocultar, la ligera sonrisa que esboza al repasar mi cuerpo de pies a cabeza y el extraño brillo en sus ojos. Vestido con un traje negro y una gabardina que lo cubre me inspecciona detalladamente.
Antes de poder cerrar la puerta mi padre coloca la mano en medio, deteniéndome.
—¿Qué haces aquí? —pregunto, confusa.
—Yo también te echaba de menos, hija —me aparta para entrar y cierro la puerta. Da varios pasos hacia el pequeño salón e inspecciona cada uno de los objetos que tengo como decoración, así como también el tamaño del piso.
Pasa uno de sus dedos por encima de un mueble y pone una mueca. Mantengo la compostura a pesar del malestar que siento en la boca del estómago.
—¿Cómo puedes vivir aquí? —sigue mirándolo todo.
—Es lo único que puedo permitirme —me encojo de hombros.
Sacude ambas manos para quitarse el polvo y suelta una risa irónica.
—Y pensar que podrías haberlo tenido todo si no hubieras cometido la estupidez de tu vida.
—¿La estupidez de mi vida? —repito—. Enamorarme nunca fue una estupidez.
—Enamorarte de él lo fue. ¿De verdad creías que te iba a querer? ¿A ti? Grace, esto no es un cuento de hadas, es la maldita realidad y aquí no hay cabida para soñar. Él no iba a querer a alguien tan jodido como tú.
Él sí quiso a alguien tan jodido como yo.
—¿De verdad no crees que haya venido a ver cómo estás?
—Nunca te has preocupado por mí, así que no —me cruzo de brazos—. ¿A qué has venido?
Asiente con la cabeza y sonríe.
—El dinero, vengo por a por él.
—¿De verdad crees que tengo el dinero? Hiciste que me costara conseguir trabajo —le recuerdo—. ¿Cómo tienes el descaro de presentarte en mi casa como si nada? —se encoge de hombros.
—Necesito el dinero, tengo deudas hija.
—Eres tú quien te metes en ellas. Sal tú mismo sin necesidad de utilizar a los demás —El intentar dar pena ya no funciona conmigo. Desde el minuto en el que mostró quien era en realidad dejé de intentar recuperar la relación padre-hija.
Bruce Lexington jamás se ha comportado como un verdadero padre, así que no pienso comportarme como una hija. No puedo ver como padre a alguien que se dedica a joderme la vida cada dos por tres.
—Sigo siendo tu padre, Grace. Así que ten más cuidado cuando te dirijas a mí —me advierte señalándome.
—Tal vez tengamos el mismo apellido, pero no somos iguales.
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Obligada A Olvidarte © Nueva Versión
Romance«Antes compartiamos recuerdos. Ahora solo formo parte de ellos.» Grace Abrams tenía de todo, sin embargo la autoridad paterna interfiere con su deseo de ser feliz, y en esa felicidad se ve obligada a prescindir de la persona a la que ama, Oliver Lew...