10 | Si me amabas... ¿Por qué me dejaste?

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"When you said your last goodbye
I died a little bit inside."

All I Want - Kodaline 


GRACE

—Mataré a tu hijo cuando lo vea —espeto furiosa al salir de la sala de reuniones junto a una ira que no conocía hasta ahora.

Cierro de un portazo al llegar a mi despacho e inspiro profundo intentando controlar los nervios y el malestar en mi cuerpo.

Esta vez se ha pasado de la raya.

¿Cómo ha sido capaz de fastidiar la oportunidad de mi vida?

El proyecto que me tocaba presentar era demasiado importante y él lo sabía. Estuvo conmigo en el proceso, ayudando y corrigiendo mis errores. Creí que era importante para él ya que con esto me perdería de vista.

Era la oportunidad perfecta para ponerle fin a nuestro problema.

La puerta se abre sacándome de mi ensimismamiento.

—Deberías tranquilizarte —la voz del padre de Oliver capta toda mi atención.

—No lo entiendes, Jack —se acerca y hace que tome asiento en una de las sillas próximas a mi. Él también lo hace—. He estado semanas preparando el proyecto. Días enteros sin dormir perfeccionando hasta el detalle más insignificante para que saliera bien. Oliver sabía lo que estaba en juego y aún así ha sido capaz de arruinar esta oportunidad. Él era el único que tenía acceso a la carpeta, Jack.

—Grace...

—No intentes defenderlo —le pido—. Esta vez no lo hagas.

—Grace, Oliver puede ser lo que quieras, pero sé que él no...

Le interrumpo.

—No sabes el daño que puede hacer una persona con el corazón herido.

El señor Lewis me mira buscando las palabras adecuadas que ayuden a tranquilizarme.

—No quiere que te vayas —asegura y esbozo una sonrisa amarga—. Y hay mejores formas, pero para él las palabras han dejado de tener valor.

—Cuando una persona no es capaz de pedir que te quedes en realidad no lo quiere tanto.

Me lo pidió dos veces. Ninguna fue real.

—Deberías hablar con él.

—¿Sabes dónde está?

—Primero cálmate —me pide y me encojo de hombros—. No ha venido.

Claro, como no. No se veía capaz de enfrentar las cosas.

—Estoy muy calmada —miento y el padre de Oliver niega. No me cree—. Jack, dime dónde está.

Nos miramos sabiendo que dará igual lo que diga, seguiré queriendo ver a Oliver para enfrentarlo. Se da por vencido y habla.

Media hora más tarde me planto frente a su puerta y toco el timbre repetidas veces hasta que consigo que abra.

Luce muy bien, como de costumbre; el pelo desordenado y varios botones de la camisa blanca desabrochados dejando al descubierto parte de su piel. No dejo que eso me confunda y aguardo a que rompa el silencio.

No lo hace.

No porque le sorprenda verme sino porque sabe que ninguna explicación será válida. Es por eso que me encargo de romper el silencio levantando la mano dándole una bofetada.

Obligada A Olvidarte © Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora