Capítulo 6: Déjame en paz

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Un golpeteo fuerte en mi puerta me arrebató de los brazos de Morfeo.

-¡Por Merlín!- me levanté a abrir la puerta, era Cedric.

Rápidamente me dí cuenta de mi aspecto, mi cabello castaño era un desastre y parecía la melena de un león, aún tenía un poco de baba seca en mi mentón y lagañas en los ojos, abrí los ojos como platos y le cerré la puerta en la cara. Mierda.

-¡T/n! Si no te das prisa llegarás tarde- entre en pánico y comencé a vestirme lo más rápido que pude con el uniforme, me peiné y abrí la puerta.

Cedric estaba apoyado en la pared con los brazos cruzados, levantó su cabeza y me miró con una amplia sonrisa.

-Te veías mejor con la baba en tu mejilla- se burló

-Oh, cállate Diggory- le dí un suave golpe en el hombro

-Golpeas como niña- siguió con una sonrisa burlona

-¡Soy una niña!- puse los ojos en blanco y reí.

Tomo mi mano y corrimos juntos hasta las mazmorras donde se encontraba el salón de pociones, milagrosamente el profesor Snape entró justo tras nosotros.

Compartíamos está clase con Slytherin, minutos más tarde entró Draco ajustándose el cinturón de su pantalón y detrás de él venía una chica de cabello negro y lacio limpiandose la comisura de los labios, no pude ocultar mi cara de asco al imaginar que había pasado.

-Malfoy, Parkinson- Dijo Snape con un tono molesto pero sin mostrar expresión alguna

-¿Severus?- Draco contestó, sus manos estaban en sus bolsillos y mostraba su característico aire de superioridad

-Sientense- caminaron y ambos pasaron golpeando intencionalmente mi mesa, mis cosas casi cayeron, el profesor Snape fijó sus ojos en mí- Veo que ya hizo amigos señorita Sartre.

Me encogí de hombros, Cedric me puso una mano en el muslo para darme apoyo, le sonreí.

- Bueno jóvenes-continuó Snape- el resto del curso trabajaremos en parejas que asignaré yo mismo

Todos bufaron y se levantaron de sus asientos para que uno nuevo les fuese asignado.

-Cauldwell y Zabini, Macavoy y Vanity- Escogió a uno de cada casa para formar las parejas- Diggory y Parkinson- continuó con un par de nombres más hasta qué- Malfoy y Sartre- Mierda.

Antes de sentarnos Cedric me dedicó una mirada de disculpas y gesticuló un "Suerte" antes de dedicarme una sonrisa que con gusto devolví.

Me senté al lado de Draco que me miraba con desdén y seguía con las manos en los bolsillos.

Mis manos temblaban mientras comencé a leer las instrucciones del libro de Pociones.

-¿Te comió la lengua el gato, Hufflepuff?- se dirigió a mi y lo ignoré- ¿O fue ese inútil de Diggory?

Continúe leyendo, tomó mi mentón agresivamente -Mirame cuando te hablo

-Dejame en paz Draco- la voz me temblaba, su actitud estaba asustandome.

Soltó mi cara de manera brusca y se levantó, no quise ni siquiera ver hacia dónde, empecé a realizar la poción del día de hoy Boil cure.

-Volveré en un momento- Dijo Snape mientras se acercaba a la puerta de la Sala de pociones

Draco hizo un ruido estruendoso cuando volvió a su sitio pero me negué a dirigirle la mirada.

Posó su mano sobre mi muslo, la electricidad recorrió mi cuerpo y tragué con dificultad.

-¿Q-que estas haciendo?- tartamudee, el aire me faltaba

Se acercó a mi oreja y con una voz ronca y profunda voz susurró- No niegues que te encanta puta Hufflepuff

- No me toques- Dije y aparté su mano.

-Pero si con Cedric eres toda una zorra y una fácil- alzó la voz y puso su mano una vez más en mi muslo apretandolo con fuerza

-Vete a la mierda- lo empujé y el apenas se movió.

Sus ojos grises totalmente oscurecidos, brillaban llenos de ira, lanzó todo lo que tenía en la mesa.

-¿¡Qué está pasando aquí!?- Snape entró en ese momento- Malfoy, Sartre largo de mi clase.

-Pero Señ...- Traté de decir algo pero nos tomó y nos empujó fuera cerrando la puerta en nuestra cara.

Excelente, primer día y ya me sacaron de la clase.

Me senté afuera del salón de pociones hasta que la clase terminó, Snape salió aún molesto y nos llevó a Draco y a mí al despacho de Dumbledore.

-Muchachos, por Merlín, es el primer día y la primera clase y ya tengo un reporte de ustedes- Dijo Dumbledore decepcionado- No queda más remedio que enviarlos a detención.

-Fue mi culpa, Señor- Dijo Draco.

¿Estaba asumiendo la culpa? ¿Y a este que le sucede?

-¿Es eso cierto, Severus?

-Señor, yo consideraría que lo más justo sería castigar a ambos- Dijo indiferente- Fue lo que yo atestigue

-Muy bien jóvenes, por ser primer día no restaré puntos de sus casas- suspiramos con alivio- Al terminar está semana, reúnanse con Hagrid al borde del bosque prohibido, el les dirá que tendrán que hacer

Asentí sin siquiera saber quién era ese tal Hagrid

-Pueden retirarse al resto de sus clases- Finalizó Dumbledore.

Salí lo más rápido que pude, no quería tener que seguir escuchando a ese rubio engreído, iba a hacer lo que estuviese en mis manos para no hablar con él más que en detención y en clase de Pociones.

Tuve clase de encantamientos junto a Ravenclaw, disfruté mucho de las ocurrencias de Luna.

Mi última clase fue herbología junto a Griffyndor, Hermionie y Neville eran muy buenos, ambos me ayudaban con cualquier cosa que necesitaba.

-Sigo pensando que no es justo que a mí no me ayuden- Ron se cruzó de brazos

-¡Ronald, no puedo ayudarte si ni siquieras has comenzado!- Lo regañó Herms

Entre risas la clase llegó a su fin, juntos fuimos al patio a jugar un rato, se nos unieron los gemelos, Oliver y Cedric quien se sentó a mi lado.

-¿Qué tal tu primer día T/n?- Dijo George con la boca completamente llena de golosinas.

Les conté todo sobre mis clases, sobre Draco y el castigo que recibiremos.

-Es un idiota- Dijo Hermionie poniendo los ojos en blanco

-Al menos no te quitaron puntos- agregó Oliver.

Hablamos un rato más y nos dirigimos al Gran Comedor para la hora de la cena.

Me senté como siempre, al lado de Cedric, frente a Heidi y Owen.

-Buenas noches queridos estudiantes- habló Dumbledore- Al finalizar esta semana realizaremos un baile de bienvenida, están todos invitados a asistir- La gente aplaudió y vitoreo- El día de mañana los alumnos de sexto y séptimo año podrán ir a Hogsmaede por si necesitan comprar algo, sin más interrupciones, la cena está servida.

Luego de comer, Cedric me acompañó hasta la puerta de mi habitación, besó mi mejilla y se fue, cada vez que hace eso siento que me derrito.

Una carta de mi padre estaba sobre mi escritorio, decidí leerla hasta mañana, me recosté en la cama e inmediatamente me dormí, con Salem sobre mi pecho.

Rómpeme el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora