=Un pequeño descubrimiento=

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Grecia, Atenas

En Grecia ya había amanecido, los pájaros ya empezaban a cantar, some animales se despertaban al compas y muchos otros se iban a dormir, el día había llegado y con el muchas tareas que hacer

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En Grecia ya había amanecido, los pájaros ya empezaban a cantar, some animales se despertaban al compas y muchos otros se iban a dormir, el día había llegado y con el muchas tareas que hacer. En toda Grecia había amanecido, pero parecía que en un lugar de este gran santuario aun era de noche la casa de Virgo, aunque muy pronto se despertaría el sol personal de aquella casa.

-¡Papááááá! -Grito una hermosa y pequeña pelirroja a largando un poco la última silaba

--pero la pequeña de cinco años no obtuvo respuesta así que rápido se quito sus diminutos zapatos y se subió a la estrecha cama acomodándose sobre el otro pelirrojo que dormitaba tranquilamente

-¡Papáááááá! ¡Despiertaaaaaa! -Le pidió mientras lo movía de un lado a otro

-TN duérmete un rato más-le pidió a su joven hija mientras la sacaba de encima suyo y la ponía a su lado abrazándola en automático y poniéndole suavemente su pierna sobre su delicado cuerpo para que así esta no pudiera levantarse

-¡Nooooo! Tu dijiste que me llevarías con el tío Lugonis-le recordó al mayor asiendo que este maldijera a su yo del pasado

-El ahorita esta durmiendo, es muy temprano TN

-Pero-intento decir la niña pero fue interrumpida por unos golpecitos en la puerta-¡es el! -Grito contenta intentando zafarse del agarre de su padre, pero por cuestión de pesos y fuerza esa acción era imposible que la realizara por si sola, aunque por suerte Surinder cedió y dejo libre a de ojos verdes

-Ve ábrele-le dijo a su niña y esta salió corriendo fuera del cuarto-¡pero pregunta primero! -Le grito ya que la niña ya estaba muy lejos

La tierna niña se acercó lo más rápido que pudo a la puerta, en realidad era como una puerta corrediza, pero esta estaba hecha del mismo material que las paredes y se abría con un pequeño mecanismo en el cual solo el dueño de la casa podía abrir ya que este detectaba el cosmos de la persona que quería entrar, pero no era lo mismo si quieres salir ya que si tu habías entrado correctamente por la puerta esta te dejaría salir sin problemas. Una vez la pequeña estuvo enfrente de la puerta tomo un pequeño banquito que se encontraron junto y se subió a este para después colocar su pequeña mano arriba del marco de la puerta activando así el mecanismo y por consecuencia la puerta se abrió.

-Hola pequeña-la saludo

-¡Tío Lugonis! -Grito la niña emocionada al ver que estaba en lo correcto-ya te extrañaba-tenia tantas ganas de abrazarlo o por lo menos darle un beso en la mejilla como su madre le enseño a saludar

La nieta del Patriarca (Tu en The Lost Canvas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora