(Adaptación de mi historia de Aiteda)
Mew Suppasit vive enamorado de un guapo y moreno chico de la Universidad, que es menor que él y que se llama Gulf Kanawut, del cual solo apenas sabe su nombre y algunas cosas más, entre ellas, el que por alguna...
Esa mañana, Mew entró en la cafetería para tomarse un café antes de empezar las clases, la verdad es que estaba muerto de sueño y sabía que no iba a rendir mucho en las clases y necesitaba espabilarse.
Este echó un vistazo a su alrededor y de pronto se quedó parado, ya que de nuevo, Gulf, el chico que le traía loco, estaba allí y parecía muy concentrado en un libro.
Finalmente se sentó en otra mesa y desde allí pudo darse cuenta de que al parecer, el moreno tampoco había descansado bien pues tenía muchas ojeras y sus ojos estaban rojos, parecía bastante triste.
El mayor sintió como si la pena que Gulf llevaba, le doliese también pues estaba acostumbrado a verlo sonriendo, feliz y rodeado de sus amigos o de su novio, nunca estaba tan solo.
Luego de unos minutos, de repente vio que este se levantaba y empezaba a limpiarse, ya que este se había manchado su jersey, entonces se lo quitó con fastidio y lo posó en la silla que estaba a su lado para luego continuar con su café y su libro.
...-Hey, por fin te encuentro-habló su mejor amigo apareciendo de repente y sentándose delante.
-Ah hola Kao, ¿Qué tal?-contestó Mew saliendo de sus pensamientos.
-Buff estoy reventado y ahora tengo clase de historia...matame amigo, por favor-dijo el recién llegado sonando dramático.
-Que exagerado eres pero si la historia está tirada, la técnica vocal si que es difícil.
-Es fácil para ti que eres un cerebrito porque para mi es nula-dijo de nuevo Kao tomándose un sorbo de su café.
Tras unos minutos sonó el timbre y los chicos se levantaron para irse, entonces se despidieron pues cada uno ya se iba a sus clases pero Mew volvió a mirar de nuevo hacia la mesa donde estaba Gulf, solo que él ya se había ido.
Al pasar cerca de la mesa, este miró al suelo junto a la silla y se dio cuenta de que el jersey azul de Gulf seguía allí pues al parecer se había caído y se lo había olvidado.
Rápidamente, este lo cogió e iba a dárselo a la camarera de la cafetería pero debía estar en el almacén pues no la vio, así que se lo metió en la mochila pues el segundo timbre estaba sonando.
Durante toda la mañana, el chico estuvo repasando mentalmente la mejor manera de acercarse al moreno y devolverle el jersey pero todas las acababa rechazando pues su timidez y el miedo a hacer el ridículo ante éste, lo vencían.
Al terminar las clases, Gulf se dio cuenta que no tenía el jersey, así que lo buscó como loco por toda la Universidad y la cafetería pero naturalmente no lo encontró.
Este se quedó desolado pues le tenía mucho cariño a sus jerseys, ya que para él, era una manera de estar cerca de su madre.
...-No lo e-entiendo, ¿dónde pu-puede estar?, ¿Quién p-pudo llevárselo?-se preguntaba entre sollozos.
-Tranquilo, no te preocupes... Te ayudaremos a buscarlo y preguntaremos a todos... El jersey de tu madre tiene que estar en algún lugar-habló Gun intentando animarlo cuando este llegó a la habitación.
-Si no te preocupes, lo encontraremos... Removeremos cielo y tierra-dijo Samantha abrazandolo.
-Gra-Gracias chicos...os qui-quiero, soy los m-mejores.
Tras unos minutos, Mild apareció.
-Cosita, ¿qué te ocurre?.
-He pe-perdido uno de los jersey de mi ma-madre.... me lo he q-quitado y ya no lo e-encuentro por ningún la-lado.
-Oh vaya, lo siento.. Lo encontraremos, no te preocupes anda ven aquí-Dijo este abrazandole y besándolo.
(...)
Tras pasarse toda la noche deliberando que hacer con el jersey, Mew al fin se armó de valor y decidió que iba a acercarse a Gulf y entregarle el jersey.
En la mañana, este buscó al moreno por toda la universidad, entonces se encontró con una amorosa escena de este con su novio en la puerta de la Facultad de Deportes y entonces se detuvo.
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Ya le era molesto verlos juntos pero si encima tenía que ver como se mostraban amor en sus narices, le repateaba el hígado y lo odiaba, por lo finalmente optó por darse media vuelta e irse por donde había venido.
