5. Sonrisas

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Despertó en un prado verde. Llevaba puesto un vestido blanco. Miró a su alrededor en busca de algo, y se topó con la silueta de un hombre.
Se acercó a él, al principio con paso lento. Cuando pudo ver quién era, corrió hacie él, que le sonreía. Lo abrazó con todas sus fuerzas. Después de tanto tiempo, volvía a abrazarlo.
— ¿Por qué lo hiciste? Debiste quedarte allí.
— Estoy muy feliz de verte otra vez. —Ignoró su pregunta. Luego se alejó, dejando de abrazarlo así. —¿Ha llegado ya Hara?
— Aún no, pero debe estar por llegar.
Fue cierto, ya que poco tiempo después, algo magnífico sucedió.
Un montón de brillos bajaron del azul cielo, en el que no se había fijado hasta entonces, y se posaron sobre el suelo. Luego, se amontonaron, haciendo así la forma de el cuerpo de una mujer. Finalmente, estos desaparecieron, y su mejor amiga se levantó del césped, con expresión confundida. Los vio y se acercó con una amplia sonrisa a abrazarlos.
— Os he echado de menos.
— No debiste hacerlo. Tú podías con ello. —Dijo. Hara negó con la cabeza.
— Pasaron muchas cosas cuando te fuiste...no pude.
Una fuerte luz llamó la atención de todos, que miraron en dirección a esta.
Una imagen apareció en el cielo en forma de una especie de proyección: su amiga sonriendo. Todos la miraron con alegría. Ella lo había conseguido.
— Ánimo, Jieun...
Continuaron mirándola varios minutos, siempre sonriendo. Luego, casi sin notarlo, desaparecieron del prado.

Todos se fueron con sonrisas. Sonrisas verdaderamente alegres, y que les habría gustado haber tenido mientras vivían.

El vacío tras la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora