Luego de que Kogami deja Japón, la depresión en Akane aumenta.
Aunque ella trata de ocultarlo, Ginoza se percata de ello e intenta levantar el estado de animo de Tsunemori ... conforme lo hace, distintos sentimientos lo embargan, haciendo que desee...
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Tras haber terminado su almuerzo, Ginoza se dirigía nuevamente a la oficina para concluir el reporte sobre el caso de esa mañana (tenia que hacer creíble la coartada que había creado para evitar que su inspectora sospechase sus intenciones).
El pelinegro fue a la maquina expendedora que se encontraba cerca de las oficinas para comprar una bebida (preferentemente algo que le hiciera recuperar energías), al estar frente a la expendedora su única opción fue comprar café expreso enlatado, ya que las otras bebidas como jugos, refrescos y café capuchino no eran tan de su gusto, probablemente estos eran algo que entraba en los gustos de Akane.
El ejecutor tomó la lata y continuo caminando, al dar la vuelta en una esquina tropezó con alguien que parecía tener mucha prisa, y pese a intentar mantener el equilibrio ambos cayeron al suelo estrepitosamente.
- ¿Pero que...? - gimoteo Ginoza mientras intentaba ponerse de pie sin éxito, puesto que la otra persona había caído encima suyo, se sorprendió cuando miró a una chica de cabello castaño retorciendose sobre él.
- ¡L- lo siento mucho! - se disculpó ella, sin embargo entornó los ojos asombrada cuando vio que se trataba de su subordinado - ¡G-Ginoza-san!.
- Argh, debería mirar por donde camina, inspectora - dijo mientras se ponía de pie y le tendía una mano a su inspectora, invitándola a hacer lo mismo.
- Perdóname, ¿no te has hecho daño? - pregunto Akane, palpando el rostro de Ginoza algo preocupada.
- Eso debería decirlo yo - se quejo él, pero en cuanto vio que Tsunemori lo miraba con suma intriga suavizo su expresión involuntariamente - estoy bien, una simple caída no va a matarme.
- ¡Ha ha, bueno eso es verdad! - rió alegremente la inspectora.
- Por cierto, a donde iba con tanta prisa, no la había visto desde que llegamos de revisar la escena del crimen - Ginoza estaba muy curioso al respecto de lo que había causado que ella hubiese pospuesto su adorado miércoles de ramen, pero sobre todo quería saber con quien había gastado su tiempo la chica, solo esperaba que no hubiera sido con Togane (ese tipo le daba muy mala espina ya que parecía observar minuciosamente todos los movimientos de Akane).
- La directora llamó a todos los inspectores para una reunión urgente - al oír eso, el ejecutor se sintió extrañamente aliviado - y ahora esta llamándome de nuevo, ¡que lastima, parece que no podre probar bocado hoy! - se quejó la chica intentando aparentar molestia.
- Si es así deberías darte prisa - le regaño Ginoza pellizcando su mejilla izquierda suavemente, Akane tomó la mano de él y la apretó a su rostro mientras lo miraba con ternura.
- Ginoza-san se preocupa por mi, ¿eh? - el pelinegro no pudo evitar ruborizarse ante tal afirmación, lo que ocasionó que ella mostrase una sonrisa triunfal antes de soltar la mano de su subordinado y comenzar a correr en dirección contraria - ¡volveré a la oficina en un rato!.
