Luego de que Kogami deja Japón, la depresión en Akane aumenta.
Aunque ella trata de ocultarlo, Ginoza se percata de ello e intenta levantar el estado de animo de Tsunemori ... conforme lo hace, distintos sentimientos lo embargan, haciendo que desee...
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En un primer momento Ginoza permaneció perplejo, sin saber lo que ocurría. ¿Acaso estaba soñando? Su inspectora estaba robandole un beso.
Poco le importó lo real que fuese luego de que ella intensificara el beso.
Los suaves labios de la castaña yacían sobre los de él, pidiendo más de aquel contacto que ambos tanto ansiaban.
El pelinegro pronto comenzó a corresponder el beso, aumentando la intensidad con caricias, mientras ella soltaba pequeños suspiros y se aferraba a los fuertes brazos de él.
- Ginoza-san - gimió Akane mientras abrazaba el cuello del ejecutor.
- ¿Hmm, que sucede? - le pregunto él mirándola a los ojos, quedó sorprendido al hacerlo ya que ella estaba sonrojada y respiraba agitadamente.
- Debemos volver al trabajo, o comenzarán a preguntarse por nosotros - respondió la inspectora, intentando recuperar el aliento.
- Tienes razón - dijo el ejecutor mientras se alejaba lentamente.
- Vamos - la joven tomó la mano de su subordinado y comenzó a caminar de vuelta a la oficina.
- Supongo que tomaré eso como un "disculpa aceptada" ¿no?.
Akane rió a causa de la pregunta del ex-inspector y apretó con cariño su mano.
- ¿Tú qué crees tonto?.
Caminaron tomados de las manos un tiempo, cuando llegaron a la oficina la inspectora soltó suavemente a Ginoza y se dirigió hacia su área, así que él hizo lo mismo.
-¿Donde estaban senpai? - preguntó fríamente la inspectora Shimotsuki .
-Fui a fumar un poco - respondió Akane sin siquiera voltear.
- Yo sólo la acompañaba - agregó Ginoza apresuradamente.
-No deberías andar por ahí con un criminal latente, tu Psycho-pass podría nublarse- interrumpió Shimotsuki .
-Ese no es asunto tuyo - respondió Akane.
- Por lo visto es costumbre tuya el relacionarte con criminales, primero Kogami Shinya y ahora Ginoza.
El pelinegro notó que su inspectora estaba furiosa, y antes de que ella se pusiera de pie se interpuso entre ambas.
- Me temo que tendré que reportarle esto a la directora- dijo él mientras se cruzaba de brazos.
- ¿Reportarme, por qué motivo?- preguntó arrogantemente.
- Asumo que has estado hurgando en los expedientes privados de Akane y Shinya, los cuales están restringidos a menos que estés autorizada por la misma directora lo cual dudo demasiado.
Ella enmudeció, por lo cual el ejecutor supo que era cierto.
- Es una pena que no tengas confianza en tu superior, y esto me haría aventurarme a decir que si no confías en ella mucho menos en criminales latentes, ¿cierto? .
