Capitulo VI

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Alena

Al salir de la casa de Elissa en la mañana, no ví a Brent por ningún lado. Elissa y yo nos dirigimos a la escuela. Una larga clase de ciencias nos espera.

- Creo que alguien estaba con mi hermano está madrugada - Dice Elissa con una sonrisa burlona en su cara.

Me sonrojó al saber que Elissa sabe que estuve tan cerca de Brent anoche.

No le prestó mucho atención, no estoy para responder eso.

Al salir de clase, Elissa y yo, nos dirigimos a Ponks

Nos sentamos en una mesa alejadas de las personas, y un lindo Nathan sale de la cocina.

- Hola chicas, ¿Cómo están? - Dice Nathan con una sonrisa.

- Hola llamitas, súper ¿Y tú? - Le digo con el apodo que le puse, por su cabello rojizo.

Ordenamos unos cafés, y platicamos un poco.

- ¿Que van a hacer el sábado? - Dice Nathan

- Nada, lo mismo de siempre, quejarnos de nuestras pobres almas en desgracia - Dice Elissa.

- Tengo planes para el sábado - asegura Nathan.

- ¿Cómo cuáles? - Pregunto.

- Será una sorpresa - Dice Nathan volviendo a su trabajo.

Elissa y yo aceptamos la invitación de Nathan, y nos dirigimos a nuestras casas.

Al llegar a mi casa, encuentro a mi madre en la sala.

- Alena, dejaron algo para ti, está en tu habitación - Dice mi madre.

- ¿Quien mami? - Le pregunto.

- No sé cariño, solo tocaron la puerta, y cuando abrí no había nadie.

Le doy una sonrisa a mi madre y subo a mi habitación.

Al notar una pequeña carta sobre mi cama. La recojo y la abro.

Ten cuidado

Me sorprendo al ver lo que dice la nota, pero ¿De quién tengo que tener cuidado? ¿Mi padre?

Decido guardar la nota en un lugar que no la vea mi madre.

Entro al baño a darme una ducha y al salir con el paño enrollado en mi cuerpo, noto alguien sentando en mi cama.

- ¿Te vas a quedar toda la tarde ahí mirándome? - Dice, y le reconozco la voz de una vez.

- ¿Cómo entraste a mi habitación? - Le pregunto a Brent.

- ¿Siempre eres así de preguntona cierto? Creo que fue una mala idea venir hasta acá - Dice y trata de irse saliendo por la ventana.

Apretó bien mi paño en mi cuerpo y lo jalo del brazo - Espera, ¿A qué veniste? - pregunto

- Solo vine a agradecerte el gesto de anoche, de limpiar mis heridas y eso - Dice en tono seco.

Lo miro sorprendida, nunca me espere eso - Eh, no hay de que, solo te ví en muy mal estado, y tuve la necesidad de ayudarte.

- Si, y por eso vine a invitarte a qué conozcas bien el pueblo - Dice mirándome a los ojos.

De verdad que esté intimida a cualquiera con solo mirarlo.

Sin LímitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora