Al llegar a nuestro nuevo hogar. La casa es grande pero nada comparado a la anterior. Tiene dos pisos, cuatro habitaciones y un jardín pequeño.Subo las escaleras en camino a mi nueva habitación y está vacía, ya que el camión de la mudanza no llega hasta mañana.
Veo que hay una ventana grande, me acerco a ver la vista, pero no alcanzo a ver casi nada, solo una casa abandonada, supongo que no vive nadie ya que todas las luces están apagadas. Sin darle importancia cierro la ventana y bajo hasta donde está mi madre.
La encuentro en un estudio que está cerca de la sala, supongo que es el estudio de ella y de papá.
-Mamá ¿Ya le avisaste a papá que ya llegamos? - le pregunté.
-A-ah, si hija, el está bien - Afirmó un tanto nerviosa.
No le preste mucha atención, pero sabía que mamá me ocultaba algo, y tenía que ver con mi padre. Y sabía que mi madre no me diría nada, así que tendría que averiguarlo por mi propia cuenta.
El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos. Saco mi teléfono del bolsillo de mis jeans y veo el nombre en la pantalla.
Madi <3
Espero y está tenga noticias del infiel de Dylan.
Que no es infiel, además tú cállate.
Si pendeja engaña te tu misma.
Sin prestarle atención a lo que dice mi estúpida conciencia, le contesto a mi amiga.
-Aló, espero y me tengas noticias Maddison - le dije sin dejarla saludarme
- Ay, tu y tu mal humor siempre y si te tengo noticias, se con quien está saliendo Dylan - Dijo y me sorprendí, nunca pensé que el me haría esto.
- Ajá, suelta pues ¿Quién es? - Le dije.
-Nada más y nada menos que Rebeca Smith - Dijo, dejándome boca abierta.
¡Já! Te lo dije, el no es la blanca paloma que creías que era.
- ¡QUEE! - Grite, sin poder creerme lo.
- Si, yo tampoco me lo creo, pero de Dylan se espera lo que sea - Dijo en tono de burla.
- A-ah, es mejor que hablemos ahora Madi, mi madre me está llamando - Mentí.
- Está bien, pero solo te digo algo, ese imbécil no merece que derrames ni una lágrima por el. - Dijo y me colgó.
Realmente no me sentía bien, Dylan era al que menos creía que me engañaría, pero uno no termina de conocer a las personas.
Lágrimas salían de mis ojos, odiaba llorar, me sentía débil.
Nunca creí que Dylan saliera con Rebeca, aunque ella es muy linda, no lo puedo negar, es de Tez blanca, cabello rubio y un cuerpo hermoso.
Yo solo era de estatura pequeña, cabello negro y el cuerpo peor que un pedazo de madera lisa.
Y no olvides tus horribles ojeras, duerme más sinvergüenza.
Una pequeña risa salió de mis labios al escuchar los locos comentarios de mi conciencia.
Siento una mano tocando mi hombro, y brinco de un susto.
-Enana, te estoy hablando - Dice mi hermano André.
- Oh disculpa, ¿Que decías? - Lo miro un poco cansada
- Que mamá te inscribió en la escuela que está cerca y comienzas dentro de un mes, ya que te faltan dos años y necesitas graduarte - Dijo dándome una linda sonrisa.
André es dos años mayor que yo, el es un chico muy lindo, es alto, cabello negro, ojos del mismo color y un cuerpo definido.
Si no fuera tu hermano, ya no los hubiésemos comido, ¡já! sin duda alguna.
Estás loca.
Si claro, está bueno y lo sabes.
Dejando de un lado, lo que mi conciencia decía, salgo de la casa, a caminar y conocer el vecindario.
Solo hay casas por doquier y un pequeño café.
Entro al café llamado "Ponks" y no hay mucha gente, me siento en una de las mesas alejada de las personas, y un lindo chico me atiende.
- Bienvenida, ¿Vas a querer ordenar algo? - Pregunta el chico.
- Eh, solo voy a querer un Capuchino - le digo.
- Okay, espera un momento. - Dice y entra a una pequeña puerta, supongo que es la cocina.
A lo lejos, veo a una chica sentada en otra mesa, sola al igual que yo. Me levanto de mi asiento y camino hacia la dirección de la chica.
- Hola, ¿No es molestia que me siente acá contigo? Ya que estás sola al igual que yo - Le pregunto, y ella me mira directo a los ojos.
Al darme cuenta, que tiene un color de ojo diferente al otro.
- Eh, Hola, no siéntate. - Dice dándome una sonrisa.
Tomo asiento, a los segundos llega el chico que me atendió hace un rato con mi café.
- Oh, creo que al fin tienes compañía Elissa - Le dice el chico a la chica.
- Oh, que gracioso, espero y no le derrames el café a nadie hoy - Le dice Elissa en tono de burla.
Y el chico le da una sonrisa y vuelve a entrar a la puerta donde entro la primera vez que me atendió.
- Oh, que mal educada soy, me llamo Alena Black - Le digo a la chica.
-Mucho gusto Alena, pero creo que mejor te diré Lena, como ya escuchaste me llamo Elissa Holm - Me dice con una linda sonrisa.
Estuvimos hablando un rato, y va a la misma escuela que yo iré y el mismo año, supongo que estudiaremos juntas.
- Oh, ya vinieron por mi - Me dice Elissa, mirando a la camioneta que acaba de estacionarse al frente del café.
Al acompañarla a la salida, veo que se baja una persona de la camioneta
Es un chico, súper lindo, alto, piel pálida, cabello castaño, ojos grises. Tiene tatuajes en sus dos brazos.
Con solo mirarme hizo que mis pelos se pusieran de punta. Su rostro me es conocido, pero no recuerdo de dónde.
-Lena te presento a mi hermano Brent - Dice Elissa
-A-ah, mucho gusto, me llamo Alena - Dije tartamudeando.
Brent ni si quiera me devolvió el saludo, solo se dió la vuelta y volvió a entrar a la camioneta.
-Agh, es un poco inexpresivo, pero fue un gusto conocerte Lena, nos vemos luego - Dice, subiéndose a la parte del copiloto de la camioneta.
Y se fue, sin más, dejándome sola.
Sola te veniste y sola te vas, así que mueva esas nalgas amiga mía.
Sacudo la cabeza dejando a mi conciencia a un lado, y voy directo a mi casa.
La imagen del rostro de Brent llega a mi mente, se que lo he visto, en algún lado. Esto no se va a quedar así, tengo que averiguar de dónde lo conozco.
~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
Nota de la autora: Holiii estrellitas, ¿Cómo van?
Estuvo intenso este capítulo.
¿De dónde creen que conocerá Alena a Brent?
Los estaré leyendo jiji
Síganme en mis redes sociales
Instagram: Ariannyvd
Twitter: Ariannyvd
Facebook: Arianny
ESTÁS LEYENDO
Sin Límites
Mystery / ThrillerNo sabía nada de él, pero su rostro me era muy familiar. Había algo en el que no me daba buena espina, no era de confiar. Pero me succionaba como si el fuese un imán y yo un simple metal. Se que nunca me han gustado los tatuajes, pero joder, en el...