Días han pasado desde aquel acontecimiento con Luis. Día tras día, he practicado con Elissa.
Brent se ha propuesto a ignorarme cada vez que me ve.
- Sofía ¿Puedo pasar? - tocó la puerta de Sofía.
- Si pasa cariño. - Dice.
- ¿Cómo estás? - Le digo, sentando me en su cama.
- Bien cariño, ya quiero regresar a casa ¿Y tú? - Pregunta.
- Igual que tú, extraño a mamá y a mi hermano - digo con una sonrisa triste.
- Pronto saldremos de aquí, y podrás estar con tu familia. - Me abraza.
Pequeñas lágrimas caen por mi mejilla, y la abrazo sollozando.
- Se fuerte Alena, lo que se aproxima es peligroso. - Me dice.
La miro un poco extraño - ¿A qué te refieres? - Pregunto.
- Muchos aquí piensan, que la orden oscura los está protegiendo de su muerte, pero no es así. - Dice. - Tener a Demonio de enemigo es peligroso, yo hasta temo por mi vida y la de mis hijos. Y ahora temo por tu vida Alena.
No sé que decir, Sofía habla de Demonio, como si lo conociera de años.
- Nada nos pasará Sofía, tenlo por seguro - Le digo.
- Cuídate mucho Alena - Dice
- Lo haré - Le di una sonrisa y salí de la habitación.
Esas palabras de Sofía me dejaron pensativa. Bajo al gimnasio a practicar un poco y sacar todo el estrés que tengo desde hace días.
Ahí me encuentro golpeando un saco de boxeo.
Elissa entra al gimnasio con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¿Y tú por qué tan alegre? - Le pregunto.
- ¡Nos vamos hoy de esta porquería! - Dice alzando sus manos.
Siento ganas de llorar de la emoción, tenemos 3 semanas aquí encerrados cada uno. Por fin volveré a ver a mi madre y a André.
Elissa y yo salimos del gimnasio y nos dirigimos a la sala, dónde se encuentran todos.
- Ya hoy podemos volver a nuestra vida normal, pero eso sí, cualquier atentado háganmelo saber - Dice Brent evitando mi mirada.
- ¿Algo pasa entre tú y Brent? - Pregunta Elissa.
- No, solo somos compañeros de la orden, como cualquier miembro de aquí - Aseguro.
Salimos todos de la casa de Refugio, y cada uno se va en camionetas diferentes.
Camino a la camioneta de Esteban - ¿Esteban me puedo ir contigo? - le pregunto.
- Si nena, súbete - Me dice.
Al subirme a la parte de atrás de la camioneta, Brent se pone al frente de mi camino - ¿A dónde vas? - Pregunta
- A mi casa, ni modo que a la tuya imbécil - Le digo.
- Si quieres ir a la mía, por mi no hay ningún problema - Dice con una sonrisa pícara.
Hijo de puta, ¿Por qué Dios lo hizo tan lindo?
- Me ignoras por una semana, ¿Y pretendes que vaya a tu casa? Idiota. - Le digo.
- Lo de ir a mi casa era una broma - Una risa sale de sus labios.
Mal nacido.
- Como sea, ya me voy, Adiós. - Intento de subirme a la camioneta, pero Brent me jala del brazo. - ¿Que haces imbécil?
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Sin Límites
Mystery / ThrillerNo sabía nada de él, pero su rostro me era muy familiar. Había algo en el que no me daba buena espina, no era de confiar. Pero me succionaba como si el fuese un imán y yo un simple metal. Se que nunca me han gustado los tatuajes, pero joder, en el...