5. Blue Xmas

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— Lan Xichen, Lan Xichen...

Lan Xichen dejó a un ebrio Jiang Cheng sobre la cama y procedió a quitarle los zapatos.

— Lan Xichen, ¿qué demonios haces?, ¿no sabes quién soy yo? — dijo Jiang Cheng cuando sintió que alguien casi le hacía cosquillas en los pies. La verdad era que él era muy sensible al tacto y por eso evitaba cualquier contacto con otras personas la mayor parte del tiempo.

— Lo sé, eres el hombre que no tiene un pijama a la vista — respondió tranquilo el mayor de los Lan mientras buscaba alrededor.

Jiang Cheng se dejó caer sobre la cama y empezó a reír sin sentido. Lan Xichen lo miró curioso por unos segundos, hasta que Jiang Cheng negó con la cabeza — No encontrarás nada que me pertenezca en esta habitación. Mi equipaje salió volando de uno de esos malditos helicópteros cuando veníamos en camino — dijo sintiéndose más miserable de lo que se veía.

Después de su charla con Yanli y de haberse encontrado con la pareja feliz en el pasillo, Jiang Cheng bajó hasta la recepción para pedir que le dieran otra habitación para él solo y que llevaran allí su equipaje. Entonces le dieron dos malas noticias: primero, no había más habitaciones disponibles; y, segundo, su equipaje había sido extraviado, aunque estaban intentando encontrarlo.

Fue entonces que golpeó con un puño sobre el mostrador de la recepción para luego irse directamente hacia el bar. Por más que odiara aceptarlo, había perdido el control sobre todo a su alrededor y ya no iba a gritar o zapatear más, solo deseaba tener un leve respiro de todo el estrés acumulado durante ese día. Un vaso de whisky lo reconfortó al menos un poco.

— Solo déjame y vete — ordenó un Jiang Cheng cansado que se acurrucó sobre la primera almohada que encontró cercana.

Lan Xichen no podía dejarlo así, aunque lo hizo por un par de minutos, retirándose de la habitación que le pertenecía a Jiang Cheng. Una vez en su habitación, Lan Xichen buscó ropa limpia y abrigada para prestársela por esa noche al desafortunado joven Jiang.

Jiang Cheng había quedado rendido ante el sueño y no sintió cuando alguien empezó a quitarle sus prendas para ser cambiadas por otras limpias. No hace falta decir que el único sonrojado fue Lan Xichen, quien tuvo que hacer su labor benéfica lo más rápido posible para no distraerse con la piel que por momentos rozaba con los dedos. La imagen de ese chico recostado sobre su cama se le vino a la cabeza. A pesar de que eso había sucedido hace muchas horas, todavía no se podía explicar porque ese recuerdo le provocaba un ligero cosquilleo en todo el cuerpo.

Después de cambiar las ropas de Jiang Cheng, Lan Xichen lo cubrió con la cobija para arroparlo y se marchó a su habitación. Se puso su propio pijama y se metió a la cama, no sin antes ajustar el termómetro para que pudiera tener un sueño plácido.

— ¡Lan Xichen, qué demonios hiciste! — se escuchó gritar de pronto. Un sobresaltado y aún ebrio Jiang Cheng, estaba parado al lado del marco de la puerta de la habitación de Lan Xichen.

— Jiang Cheng, ¿qué ocurre? — dijo Lan Xichen reincorporándose y pensando de pronto que esa noche ya había sido demasiado larga.

— ¡Tú!, ¡tú te atreviste a tocarme! — lo acusó acercándose a él mientras lo señalaba con un brazo estirado. Obviamente se refería al cambio de ropa que el mayor le había hecho.

Lan Xichen suspiró exhausto y, sin ánimo de aceptar más reclamos, estiró el brazo para tomar a Jiang Cheng de la muñeca y jalarlo hacia él. Lo hizo caer en la cama y Jiang Cheng empezó a dar patadas y golpes por doquier. Sin embargo, Lan Xichen tenía más fuerza que él en ese momento y pudo controlarlo a tal punto que quedó sujetándolo en un abrazo con ambas piernas y brazos, pegándolo a su cuerpo.

All I want for Xmas is you (Especial de Navidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora