La Sangre Corre

Capitulo 6

El pequeño entró en el salón frotandose un ojo con el lateral del dedo indice,Goldie y Víctor saltaron en el sitio al verse interrumpidos y ambos miraron al menor,pero la castaña reaccionó cogiendo una manta que había a los pies del sofá y tapando ambos cuerpos con esta,el mayor de todos estaba aun más sonrojado,al igual que la chica,la cual cogió su camiseta y se la puso rápidamente levantandose con cuidado y dejando al peliazul con msdio cuerpo bajo la manta,tomó al peliazul más pequeño y lo meció suavemente.
-¿Qué pasa mi niño?
Le dió un beso en la frente para comprobar que no estaba enfermo y lo miró tras echarle un vistazo a Víctor,que ya se había levantado del sofá y había enrollado la manta en su cadera mientras se acercaba a su familia.
-¿Qué pasa?

Miró al menor de todos y le removió levemente el pelo, el pequeño peliazul le sonrió y estiró los braozs hacía su padre, quería que este lo cogiera, la castaña se lo acercó al chico y él lo tomó en brazos dandole un beso en la frente, se meció de un lado a otro y miró a la castaña sin saber que más hacer.

-Venga...a dormir...

Susurró la menor acariciando la mejilla del peliazul más pequeño aunque mirando a su padre, este obedeció a la chica y caminó hasta la habitación del niño, lo tumbó y se aseguró de que volvier¡se a dormirse estando bien abrigado, entonces volvió al salón, la chica se había dormido en el sofá, el mayor la tomó en brazos al más puro estilo princesa y la llevó hasta su habitación, donde la tumbó en la cama y, más tarde, pues había vuelto al salón a por sus boxers, se acostó a su lado mirandola dulcemente.

-Descansa...

Susurró el peliazul acariciando cuidadosamente la mejilla de la castaña y, tras apartar la mano de esta, cerró los ojos para dormir junto a ella, pero la castaña ya se había despertado, abriendo los ojos lentamente y le abrazó.

-Lo siento Víc...

Escondió el rostro en la curbatura del cuello y hombro del mayor, este, sorprendido al verla despierta abrió los ojos mientras correspondía al abrazo y sonreía con dulzura, girando ligeramente la cabeza hacía el lado donde estaba la chica.

-No pasa nada...duermete si quieres...

La chica sonrió sonrojandose y se puso sobre él a orcajadas, con las piernas abiertas, sobre su cadera.

-¡No! Yo ya no quiero dormir más...