Ayúdame

#2

Lo primero que hice era entrar a mi cuarto que estaba en la planta de arriba así que como pude subí los escalones asta llegar apenas.

Busque ropa en el baúl que tenía mis pertenencias la pocas que tenía allí, saque una sudadera con mangas largas y unos pantalones que no eran de mi talla pero igual lo usé no tenía de otra.

Salí del cuarto que no era tan interesante la paredes no tenía mi color solo eran de ladrillos y una cama en el suelo un poco mejor que tenía en el sótano y mi querido baúl.

Cuando termine salí del baño con el cabello aún mojado, baje las escaleras asta llegar a la cocina para buscar algo de comer ya que estuve en ese sótano asé dos días sin comer nada, mire en la heladera y lo único que encontré era un poco de arroz lo agarre y fui a buscar una cuchara me senté y lo comí ya con esto engañaría a mi estómago.

Cuando termine y lave las cosas que use y también que estaba en la cocina, me dirijo en el living tenía que limpiar todo que quede impecable antes que venga él, sacudí los muebles y tire todas las botellas de licon que estaban allí.

Estaba muy cansada no sabía que hora era ya que no tenía nada para identificar si era tarde o noche, deje todo ordenado y subí a mi cuarto intente ver desde afuera de la pequeña ventana que tenía pero no podía ya que estaba toda entablada sin más me senté en la cama pero una idea apareció.

- ¿y si busco algo puntiagudo para romper por lo menos la madera?- me pregunté a mi misma.

Así que comencé a buscar por casi toda la casa - maldición en la cocina Dalia- me regañe a mi misma y fui allí busque en los cajones de la cocina y encontré todos los cuchillos así que agarre una y comence a subir en mi cuarto.

- ahora sí - me acerque asta allí y comence a incar pero ni se podía o yo no tenía demasiada fuerza.

Escuché un estruendo en la puerta y ya sabía quién era así que, me apure y guarde el cuchillo abajo del colchón.

- ¡DALIA MALDICIÓN VEN AQUÍ AHORA!- grito con todo, tenía miedo no quería bajar pero si no bajaba era peor para mi.

Sin más salí, se me temblaba todo el cuerpo no quería que me peguase de nuevo, no otra ves.