Año:4115. Enero 6.
—Felicidades, es una linda niña.
—Elizabeth... ¡Es Elizabeth! ¡Amor es Elizabeth!
Exclama el hombre víctima de la enorme felicidad que se apodera de él, su corazón latiendo fuertemente. Una vez le entregan a la niña él se acerca a su esposa.
—Mirala, es hermosa... Y esta toda roja. Es perfecta.
Se la entrega a su mujer y esta lo mira extrañada. Con una sonrisa ella responde.
—Mejor ruega porque no salga a ti, en ese entonces no tendrá nada de hermosa— dijo con ironía, y él solo la mira con ojos entre cerrados.
—Tu y tus idioteces.
Ella le sonríe para luego dirigir la mirada a su niña apesar de estar agitada y cansada, ambos sonríen tontamente. Realmente es linda, no tiene arrugas como normalmente los niños recién nacidos las tienen.
—No sé tu, pero yo le veo más cara de Isabell— habla ella haciéndose la tonta.
—Ya hablamos de eso, no empieces por favor— responde frustrado ante el comentario de su esposa. Mientras esta sólo se limita a callar, no esta incómoda, sin embargo, no le sale de la cabeza que hay que hablar de ello.
—Hey, sabes que sólo lo hago para molestar, aunque si me gusta más ese nombre— intenta aligerar el ambiente.
Su marido sólo la mira de reojo, suspirando vuelve la cabeza hacia ella.
—Lo siento, es que creo que sí tengo miedo de arruinarlo, es nuestra única hija, quiero disfrutarla.
Ambos se miran directamente a los ojos, no hablan, en ese momento la doctora se encarga de recoger parte de lo que han utilizado en el parto.
—Mi señor, se necesita hacer los análisis a la reina y a la niña también.
En un suspiro cansado él contesta.
—Llévenla, mi hija se queda conmigo, usted tomará las muestras de sangre que necesite y se retira.
Habla finalmente, tomando a la pequeña en brazos mientras su esposa es llevada a otra habitación.
≈≈≈•≈≈≈
—Es maravilloso, sé que casi todos los ojos se ven más claros bajo el sol, pero los de ella toman tonos diferentes depende en donde se reflejen. La lleve al lago y se tornaron un poco verdosos, en el sol parecen color miel y en...
—Vaya loco,— le interrumpe su mejor amigo quien ahora camina a su lado— me das miedo hombre, eso de experimentar con los ojos de tu hija— dice mirando de reojo a la niña. Su amigo no se molesta en defender y sigue la charla.
—A todo mundo le gustan sus ojos, se la he estado presentando a...
Y una vez más su amigo vuelve a interrumpir.
—Eso es peligroso, no deberías de presentarla aún.
—Tarde o temprano lo haré, o ¿cuándo pretendes que la presente? Será heredera al trono, es necesario.
—Hombre, ve tranquilo, es sólo una bebé.
—Misma bebé que tendrá que ser entrenada desde pequeña para que gobierne, no puedo ir tranquilo.
Entonces su compañero se detiene en seco, deteniéndole a él también.
—No, amigo, no tienes que educarla como te educaron a ti, esta niña tiene presión desde que esta en el vientre de Diana, si la presionas apenas comienza a caminar, odiará el trono.
—Es necesario que los herederos crezcan así, aunque no le guste tendrá que afrontarlo— responde él con el ceño fruncido.
—Es una niña, déjala serlo, cuando sea el momento será mujer, y en ese entonces también será reina, pero todo a su debido tiempo, disfruta de su infancia por ahora.—Solo intenta hacerlo reaccionar.
Y el rey, terco se aleja de él para luego hablar.
—No lo entiendes. No tienes hijos.
Su amigo ríe con ironía mientras niega, retrocede, gira sobre su propio eje. Pero antes de irse, habla otra vez.
—Te aprecio mucho pero... esta vez no pienso hacerlo, no te seguiré.
El rey entendía perfectamente de lo que hablaba, hace tiempo notaba a su más fiel amigo dudar.
Niega, y se va, dejándolo solo.
Entonces el rey sigue con su caminata, la niña esta despierta desde que salieron del castillo. La noche llega, y él se detiene en una pequeña colina donde se puede ver parte del reino y al mismo tiempo se puede apreciar de la luna llena que ahora se posa frente a ellos.
En los ojos de la princesa se refleja un azul increíble, el mismo azul de esa noche, y el mismo del agua en la profundidad del océano.
La mira a los ojos, y sonríe, sonríe porque nunca ha sentido tanto anhelo por alguien. La mira como nunca antes ha mirado a nadie. Su hija es y siempre será la mujer a la que más amará en toda su existencia.
.
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Tres meses después
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.El rey y la reina caminan uno al lado del otro. Ella sujetando el brazo de él mientras con el otro carga a su hija. Se dirigen al salón principal, mismo cuyas paredes son decoradas con pinturas de diferentes artistas y el techo es pintado de azul pastel. Al final de dicho salón se encuentra el balcón más alto del castillo, por lo tanto están a una enorme altura de sus habitantes, mismos que esperan en el jardín real, el balcón esta decorado con flores de diferentes tonos pasteles. A esa altura, los habitantes del reino Celeste se ven diminutos, se ven inofensivos y tan manipulables...
Ya afuera, todo mundo le dedica una reverencia a los reyes, él se aclara la garganta, carga a su primogénita, y mira a los presentes.
—Pueblo Celeste, gente mía, tengo el honor de presentarles oficialmente el día de hoy, a mi única hija: La princesa Elizabeth.
Una vez más dedican una reverencia, todos siguen en completo silencio.
—Estoy consciente de que todos temían que no hubiera legado que gobernara este reino, y tuvieran que acudir a la democracia. Así que como se imaginarán, ella sí sera heredera al trono de Celeste. No hará falta el matrimonio como es costumbre.
Continúa hablando, todos en silencio le prestan atención. En la actualidad la democracia había cambiado de significado a corrupción, deshonra y esclavización. Era por ello que alrededor del 2000 las civilizaciones no funcionaban correctamente, prácticamente, todos ellos eran monos aplaudiéndole al rey. Y aunque ambas maneras eran tanto malas como buenas, la más confiable hoy en día era hererar.
—Ella es la única heredera de mis pertenencias y las de mi esposa— señala a su mujer— ya todas ellas están a su nombre, sin embargo tomara control de mis negocios, y ganancias al cumplir dieciocho años, si ella aún no se siente preparada, lo tomará cuando lo este, el día en que yo muera, automáticamente cada rincón de este reino tendrá su nombre. Cada uno de ustedes le servirá a la princesa desde este momento, darán su vida por ella, y ella...—guarda silencio un momento, no sabe cómo se lo tomará el pueblo, pero aún así ya ha tomado la decisión — Elizabeth Fergurson Bozten tendrá control sobre todos y todo, si a ella se le apetece cambiar las normas, entonces lo hará, si las incumple o cumple, nadie va a interferir y obedecerán a cualquier exigencia así tenga sólo cinco años.
La gente murmulla un poco, pero nadie habla en voz lo suficientemente alto, no pueden ni quieren quejarse, pues confían en su rey. Entonces en ese momento alguien grita fuertemente.
—¡Larga vida a la princesa!— y todos gritan al unísono, poco a poco la gente comienza a arrodillarse, uno por uno, la pequeña Elizabeth sonríe y juguetea moviendo sus piernas y brazos, mirando a su padre.
Un rey cediéndole el puesto a su princesa. Sin saber que ahora será solo un esclavo más. Cavando su propia tumba.
Ella es la tragedia más hermosa que le ha pasado al mundo.
O quizás.
Ella es la bendición más catastrófica que ha llegado al mundo.
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Desencuentro (Lúubul #1)
Mystery / ThrillerEl mundo ya se ha derrumbado. Y el mundo una vez más se ha levantado cuando todo se creía perdido. Así como ella nació para caer. Para levantarse. Para luchar. Y probablemente para volver a caer. Siempre presa de su pasado.