—Debo enseñarle modales.
La mirada del joven recae en ella. Ella, con sus ojitos llorosos y frágiles, alza el mentón. Se endereza.
No hay nada que pueda hacer, la han callado a las malas.
Los dos hombres frente a ella, comparten una mirada, la decepción ya perece haber tomado la mayor parte de ella.
La gente mira espectadora. Se muerde la lengua para no llorar, pero se le hace imposible tras ver los ojos de quien una vez amó.
De el hombre que ella más amaba.
Y entonces, la traición llega con tal fuerza, que la desborona en millones de pedazos. La hace caer y ella teme, ella teme que ha perdido. Lo ha perdido a él. Y ha perdido la batalla. Lo perdió todo luego de escuchar sus palabras.
—Enséñale entonces, castígala.
.
.
Tales emociones, todas negativas arman una enorme guerra por vencer a su valentía. Se tensa, pero ahora es muy buena ocultando sensaciones, por lo que la persona frente a ella no lo nota.
Kate analiza qué decir, sin embargo, el hombre no le da tiempo de decir nada, porque se arrodilla ante ella. Todos los soldados le siguen el paso.
Cada una de las personas lo hacen.
—Majestad.
Ella se aleja de él, mira todo a su alrededor, no hay nadie herido, sólo los han forzado arrodillarse.
Perdita ahora mismo podría defender, todos los soldados están distraídos por la reverencia, y aún así nadie ataca, nadie defiende.
Es como si todos estuvieran influenciados por la reverencia. Como si algo los incitara a seguir arrodillados, y no por miedo, obediencia o por obligación, sino porque parece que quisieran arrodillarse ante ella, como sin saberlo, sienten y presienten que es lo correcto. Que ante ella hay que bajar la mirada.
El hombre se levanta, su sonrisa sigue intacta.
—Mi hermosa Lisa—. Intenta tocar un mechón de pelo de Kate, como una acaricia.
Pero ella reacciona rápido y le detiene la mano a medio camino, sostiene su muñeca y la suelta como si le tuviera asco.
—Yo no soy Lisa ni mucho menos tuya.
Él enarca una ceja, su sonrisa crece, y habla con ironía.
—Entonces... ¿Quién eres?
—Kate, yo soy Kate.
Responde con una obviedad y simpleza tan grande que perturba.
Pero la cara de él se descompone de inmediato. Su sonrisa se rompe, y todas sus facciones demuestran coraje, impotencia y por supuesto, odio.
—Kate ¿qué?— pregunta refiriéndose al apellido.
—Kate Douglas.
Y la poca tranquilidad que restaba, la paz y calma que por un momento ella quiso recuperar, se desvaneció.
Porque el caos llego para reinar y no se irá hasta acabarlo todo.
El hombre frente a ella se salió de sus casillas. Su rostro se contrajo en una eterna frustración y lo demostró al alzar su mano, con la palma abierta.
Kate comprendió que estaba a punto de golpearla.
A pesar de ello, no se cubre la cara con la mano. No intenta defenderse, y tampoco baja la mirada. Su mente no se permite conectar con los reflejos pues se ha quedado en blanco en el momento que vio aquella acción.
ESTÁS LEYENDO
Desencuentro (Lúubul #1)
Mystery / ThrillerEl mundo ya se ha derrumbado. Y el mundo una vez más se ha levantado cuando todo se creía perdido. Así como ella nació para caer. Para levantarse. Para luchar. Y probablemente para volver a caer. Siempre presa de su pasado.