Nos había tocado a las tres en las misma clase, ya estábamos en primero de la ESO. Pero no nos podíamos sentar juntas; aún así nos escribíamos notas, incluso a veces dibujos. Los surrayadores, se podría decir, que eran como unas baritas mágicas. Escribíamos con ellos, frases, nombres, lo que en esa temporada nos gustaba.
Me encantaban esos momentos, en segundo seguíamos haciéndolos, pero hasta el segundo trimestre, que fue ahí cuando nos empezamos a distanciar.
De este tema ya hablamos por correo y ya lo solucionamos y me alegro de eso.
Las amistades de tres, aunque al principio pensáramos que si, nunca son una buena idea; sobre todo para la que llega la última al grupo, siempre habrá una que se quede sola y cosas de esas, y en este grupo te tocó a ti.
En este capítulo iba a hablar sobre notas, dibujos y sonrisas, pero cuando me puse a ello esto me salió solo, por eso añadí al título etapas.
Ahora creo que las etapas, en cualquier situación, son muy importantes. No podemos pasar de ellas, como hicimos nosotras al principio y engañarnos. Ahora, como ya he escrito, lo arreglamos, aunque seguimos un poco distanciadas debido a que no estamos juntas en clase. Pero seguimos hablando y haciendo el loco. Si te digo la verdad al principio no me hacía a la idea de que te juntaras con otras compañeras de clase, pero ahora, al verte como congenias con Mar y las demás me alegro de que encontraras tu lugar
Vale, la de las frases de arriba no parezco yo, lo sé, pero es lo que hay; quería resumir todo lo que quería contarte, ya que esto no va a ser privado, y creo que lo conseguí un poco.
