La danza ha sido gran parte de la vida de Seorin y tenía un peso tan importante que hasta se dedicaba casi a tiempo completo a eso. Sangre, sudor, pasión y lágrimas es lo que se ocultaba detrás de todo el esfuerzo que había hecho no sólo ella, si no su familia también para llegar a dónde estaba ahora.
Empezando primero por clases recreativas, su actitud enfocada y dedicada que le otorgaba al ballet atrajo ofertas de prestigiosas academias y compañías de baile de su ciudad. Así fue escalando y perfeccionándose hasta llegar a la compañía de danza Rêvasser.
La rutina de todos los días era casi la misma. Levantarse temprano para tomar las clases en la universidad y luego pasarse toda la tarde y noche ensayando y practicando. Pocas veces cambiaba, y solo pasaba cuando tenía que ir a una modista o cuando sucedía algo imprevisto.
Este fin de semana lo tenía libre y había visto un volante sobre una obra de ballet que se presentaba en la ciudad. Le envió un mensaje a su amigo Haechan para que la acompañara y arreglaron para asistir. Estaba en la entrada del teatro esperando a que él llegue, la función estaba a nada de empezar y Seorin tenía los dos boletos en mano, cuando de repente le llega un mensaje al celular. Era de él.
Lo siento, no voy a poder ir, te lo compensaré luego, lo prometo :).
Genial, lo único que faltaba. Si bien no había pagado mucho, al fin y al cabo era dinero perdido, y con lo despistado que podía llegar a ser su amigo era muy probable que no se lo devolviera nunca.
A Haechan lo había conocido hace al menos unos cinco años cuando ingresó a la compañía. Se llevaron bien demasiado rápido. Nunca había tenido un compañero de baile con el que haya hecho click al instante. Él la entendía no únicamente en la vida, si no que en la danza también, esas dos cosas no se consiguen siempre, por lo que verdaderamente lo apreciaba y quería mucho.
Las puertas abrieron y dejaron pasar al tumulto de personas para que se acomodaran en sus respectivos asientos. Seorin vió el que estaba vacío a su lado, sin saber que pensar. Lee Donghyuck era una caja de sorpresas y ya no le sorprendía sus decisiones espontáneas.
Unos largos minutos pasaron hasta que las luces se apagaron y la música empezó a llenar toda la sala.
Romeo y Julieta era una de las obras más famosas, más viejas y más bonitas que podía ver. Simplemente, era un clásico que todos aman. Ella la había bailado una vez, teniendo un papel principal y la cantidad de elogios que recibió fueron espectaculares. Le dijeron que sintieron todas las emociones en cada parte y que hasta les dio piel de gallina.
No había cosa más hermosa que le dijeran que se encaminaba a ser una gran bailarina.
Seorin observó al chico que interpretaba a Romeo y quedó hipnotizada. La manera en la que movía sus brazos, lo alto que saltaba. Su técnica era de otro mundo, se podía decir que era perfecta.
Al finalizar, todos se pararon y aplaudieron hasta el cansancio, incluida ella. Enseguida le envió un mensaje a Haechan.
Te has perdido una función con un protagonista increíble.
Salió y quedó esperando afuera en el frío, ansiando poder encontrarse con aquel bailarín y felicitarlo por el talento que tenía. Cuando pudo verlo, se acercó rápidamente y le tocó la mano para llamar su atención. No estaba acompañado por lo que pensó que no había problema en que le dedicara unos minutos.
—Hola, soy Seorin, también soy bailarina como tú y quería decirte que..—empezó a hablar sin detenimiento cuando él levantó una mano a la altura de su cara para indicarle que parara.
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la flor y el colibrí » kjw
Fanfiction❝-¿Eso también es impedimento para que sigas bailando? -Sí❞