la flor y el colibrí » kjw

III

Cada día que pasaba en la academia le sorprendía más y más a Seorin. Su último descubrimiento fue que tenían diseñadoras y modistas exclusivas, ellas trabajaban solamente para Ernesto y todos los shows de esta institución.

Las instrucciones que les dió Benson fueron claras: en algún momento de la semana tenían que presentarse en tal habitación de tal piso para que las modistas tomen sus medidas para los vestuarios.

Telas, agujas, maniquís e infinitos vestuarios anteriores formaban parte del área de trabajo de estas mujeres.

—Sigo sin creer que ustedes trabajen exclusivamente para el raro de Ernesto—Renjun habló pasando una mano por las perchas, enseguida una de las señoras le golpeó la mano diciéndole que no se podía tocar.

Le estaban tomando las medidas a Haechan y ella estaba sentada en uno de los sillones viendo cómo la señora pasaba la cinta por todos los lugares necesarios.

—Sí, es raro—la mujer anotó los centímetros del pecho de Hyuck —pero lo que paga por estos trajes es una muy buena cantidad.

Renjun se sentó al lado de la chica lado luego de ser regañado varias veces.

—¿Recuerdas cuando nos preguntó si éramos pareja?— comentó Seorin luego de tener flashbacks sobre aquella situación — Nos habló como si fuésemos insectos.

—Eso es porque no le gusta que haya amor entre bailarines del mismo elenco— añadió otra—. No sabemos porqué, pero no le agrada la idea de trabajo y romance"

Frunció el ceño mientras cruzaban miradas con Renjun. Ahí entendió que estás mujeres eran hiper chismosas, debían saber todo que pasaba entre los alumnos en este edificio. Pues claro, cortar y coser en silencio no es tan agradable. Quien sabe cuántos leotardos y tutús han sido testigos de los chismes contados en esta habitación.

—Probablemente si le hubiesen dicho que sí, no los hubieran aceptado, o hubieran aceptado solo a uno de ustedes.

—Gracias a Dios no eres mi novia— escupió Haechan. Seorin abrió su boca sin poder creer lo que salió de la de su amigo.

A decir verdad, nunca vio a Hyuck como un novio. Era algo difícil ya que nunca le contó sobre alguien que le atraía y tampoco lo vio interesado en alguna relación. Era extraño de su parte pero debía tener sus razones para comportarse así.

—Renjun— llamó su atención luego de quitarse su abrigo. Era su turno de tomarte las medidas —. Nunca contaste cómo fuiste elegido para participar aquí.

—Se contactó directamente—simplemente dijo—. Me habló por teléfono diciendo que vio un vídeo mío bailando. Después se presentó en la compañía para hablar conmigo, Jungwoo y Giselle.

Seorin chasqueó la lengua en desagrado.

—Ni me la menciones.

—¿Por qué?—Preguntaron los dos chicos al unísono.

Guardó silencio por un rato pensando en que esto sería un buen alimento para las modistas.

—Desaparecieron mis zapatillas de punta, no tengo pruebas pero estoy segura que fue ella.

La noche que volvió de la fiesta, llegó al dormitorio y durmió. Se despertó toda exaltada pensando que Giselle le había cortado el pelo o le había escrito la cara con marcador permanente. La tarde siguiente, se dio cuenta después de llegar a la sala de ensayo que su calzado no estaba en su bolso. Seorin nunca lo sacaba de ahí y era más que seguro que fue un sabotaje por parte de ella.

Ese día pasó vergüenza y no pudo asistir al ensayo de grupo.

Donghyuck y Renjun no podían creerlo.