II

64 7 0
                                    

Seorin despertó al menos unas dos horas antes por si algo inesperado sucedía. Y eso inesperado quería decir perderse en el edificio. La mujer que la había llevado a su habitación no le había hecho un tour por la academia para poder conocerla. Hasta ahora, el único camino que conocía era de la entrada hasta su cama.

Ya con todas sus pertenencias necesarias para el ensayo, bajó por las escaleras prestando mucha atención para poder recordar todos los sectores que tenía su nueva residencia.

Admiraba la arquitectura en silencio. Eran como las seis de la mañana, lo más probable era que todos estuviesen durmiendo. No sabía cuantos bailarines más habían sido seleccionados para el proyecto de Benson, ni si dormían en el mismo piso que ella, pero si había algo de lo que estaba segura era que habían otros alumnos descansando ahora mismo y no quería ser molestia.

Es la 3 :)

Pudo leer en la pantalla de su celular.

Algunas salas se podían ver a través de los vidrios de las puertas, la que le tocó a ella no. Eran tres paredes más un gran espejo.

Haechan la abrazó y la elevó girandola en el aire. La tomó de sorpresa aunque lo abrazó devuelta, al fin y al cabo ellos dos estaban cumpliendo un sueño juntos.

—Cuánta energía tienes—dijo una vez la dejó en el suelo, todos a su alrededor estaban mirándolos, no hizo nada para impedirlo.

—Pensé que te habías perdido—contestó Haechan a su lado, siguiendo sus pasos.

Chequeó la hora en el reloj que había colgado en una de las paredes y lo miró extrañada.

—Todavía es temprano.

Él se acercó a su oreja y susurró.

—Y ambos sabemos que tú siempre llegas antes.

La dejó sola y cuando ya vestía sus zapatillas de punta lo vió hablar con otro chico de más o menos su misma altura.

—Renjun—el tipo se presentó estrechando su mano—. Compañía de danza Vibrare.

—Seorin, Rêvasser—contestó.

—Lo sé, Haechan me ha contado sobre ti—lo señaló y le sonrió—Soy su compañero de cuarto.

Seorin sacudió la cabeza y rio, recordando que su amigo le dijo la noche anterior que no recordaba el nombre de su compañero a pesar de haberlo conocido hace dos días ya. No era un nombre difícil aunque era bastante único.

Sin decir nada más, empezaron a estirar y prepararse para la clase. Faltaba al menos una media hora para que empezará pero ya habían bastantes personas en la sala de ensayo. Como de costumbre, Seorin vigiló a cada uno de reojo mientras hacías sus cosas en silencio, y por lo que veía, varios se conocían desde antes. Tal vez eran compañeros de cuarto como Haechan y Renjun, o venían de las mismas compañías.

Mucha técnica, grandes saltos, flexibilidad grandiosa. Se sentía tan fuera de lugar que hasta se cuestionó qué fue lo que vio Benson en ella.

Dos bailarines más entraron. Seorin estaba riendo animadamente con Hyuck y Renjun, trabajando en su arabesque cuando su risa cesó al verlo entrar.

¿Qué mierda estaba haciendo él aquí?

—¿Todo bien, Rin?—su amigo se preocupó al ver su expresión.

Se giró hacia él, escondiéndose del tipo que había entrado recientemente para controlarse y ahorrarse la vergüenza luego. De repente, se acordó que no le había contado a Haechan lo que pasó la noche de la función. Pensó que nunca más en su vida lo volvería a ver, qué equivocada estaba.

la flor y el colibrí » kjwDonde viven las historias. Descúbrelo ahora