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Confundido


Hoy era el día en donde Emilio hablaría con Segismundo, esperaba poder invitarlo a salir a un bonito lugar, esperaba que esté aceptará.

Mientras tanto había otra persona quien también quería acercarse a Segismundo, pero no para una cosa sería.

-Sí que eres gilipollas Ivanov-. Conway, Ivanov, Volkov y Greco se encontraban el en auto de Jack en caminó al Instituto.

-Es que de verdad se ve tan tierno y débil, apuesto a que es virgen, que placer sería tenerlo en mi cama-. De verdad se le veía ilusionado.

-Se de quien hablas es amigo del gilipollas de Gustabo-. Hablo molesto Conway.

-Yo opinó que dejéis en paz a esos pobres chicos-. Hablo Greco, ninguno de sus amigos sabía pero ese pequeño rubio con el que su amigo había chocado,  había despertado en el una enorme curiosidad, era realmente bonito.

-No seas aburrido Greco, los de primer y segundo año merecen ser estrenados y que mejor que empezar por ese deseable pueblerino-.



-Hola Gustabo, necesito preguntarte algo ¿cres qué tengas tiempo?-. Segismundo y Gustabo se encontraban en caminó a su aula.

-Seguro, que te parece si vas a mi departamento, no esta tan lejos de aquí-. Respondió amable el rubio.

-Esta bien solo llamaré a Rogelio para que no me esperé-. En el momento que iba a sacar su celular una mano lo tomo del brazo obligandolo a voltear.

Juraba que en ese momento su corazón quería salirse. Era nada más y nada menos que Ivanov.

-Hola chico bonito, perdón si te asuste, me preguntaba si ¿quisieras almorzar conmigo?. Quiero disculparme contigo por lo del baño, me gustaría recompensarlo, ¿qué dices?-. Su sonrisa era tan hipócrita.

-Pues, y-yo no se-. Que debía hacer, Rogelio le advirtió de ellos, pero el chico de verdad se veía arrepentido.

-Mira, solo será por hoy y después te dejo de molestar-.

-D-de acuerdo-. De verdad era gilipollas.

-¡Excelente!, te espero en la entrada del jardín-. Y sin más que decir se marcho con una sonrisa victoriosa.

Gustabo quién había escuchado toda esa escena, estaba furioso,  ¿cómo es posible que aceptará?.

-Eres gilipollas tío en serio, Rogelio nos advirtió de ellos y tu aceptas almorzar con el-.

-E-el se veía arrepentido Gustabo, además me prometió no volver a molestarme-. Esperaba que así fuera.

-Tu y tu corazón de pollo eres como un osito igual que Horacio-. Habló dramáticamente el rubio.





La hora del almuerzo había llegado y Segismundo estaba muy nervioso, temía a no haber tomado una buena decisión.

Había llegado al la entrada del jardín justo y como había acordado con Ivanov.

-Hola bonito-. Llego Ivanov y se acercó a el para dar un beso en su mejilla.

-H-hola, preferiría que me llamaras por mi nombre-. De verdad le incómodaba que le llamará así.

-Lo siento... ¡dios! Que torpe soy, ni siquiera te he preguntado tu nombre, apuesto que es muy bonito como tu-. Que mal coqueteo.

-Soy Segismundo y gracias supongo-.

Después de unos cuantos tontos coqueteos, por fin se habían sentado a comer. Hablaban de cualquier tema, la escuela, la ciudad, los maestros, sus amigos, etc.

Mi Salvador (Segilio) FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora