No estás solo
-Emilio... Ahhhh-. Completamente agitado.
-Me voy ahhh...¡Hacer pis! Ya sueltame-. Por las cosquillas que le causaba Emilio en su pansita.
-No te dejare de hacer cosquillas, hasta que me des un beso-. Segismundo, no paraba de reír, las cosquillas eran cada vez mas intensas.
-De acuerdo, ahhh, pero ya soltadme-. Grito alargando la E.
Lo soltó para segido recibir un tierno y largo beso.
Después de el festival escolar, ambos fueron a casa de Emilio para pasar el rato, la tarde había sido larga y pacífica, comieron las galletas que el menor había ganado. Mientras los otros iban a embriagarse a casa de Gustabo y Horacio.
-Estas galletas saben a caca-. Comentó divertido Emilio, haciendo que Segismundo casi se atragantara.
-La verdad es que sí, saben horrible-.
-Mi madre cocinaba unas galletas de mantequilla deliciosas, también hacia una tarta de manzana riquísima-. Su cara de Emilio se lleno de nostalgia.
-A puesto que tu madre era muy bonita-. A Segismundo le causaba tristeza hablar de ese tema con Emilio, pero el mayor se veía alegre y orgulloso al hablar de su madre.
-Nommmbre, mi madre era hermosa, te aseguró que si la hubieras conocido ella te hubiera adorado así como yo a ti-.
-Ay Emilio, eres muy lindo-.
Un silencio reino el cuarto de Emilio.
-
Segis, gracias-.
-¿porqué me das las gracias Emilio?-.
-Porque, gracias a ti ahora soy más que feliz, entraste a mi vida de manera inesperada y la convertiste en algo que no quiero que jamas termine-. Los ojos de Emilio estaban llenos de un brillo especial.
Tomo las mejillas de Segismundo, para llenar su rostro de besitos.
-Tu igual me haces muy feliz-. No era muy bueno para las palabras, pero se trataba de Emilio, quería demostrarle que el también significaba mucho para el.
-Desde que te vi con Pablito, supiste hacerme feliz con tan solo sonreirme, me dices cosas muy bonitas, que jamas me habían dicho, te quiero-.
Ambos se repartían tiernos besos, mimos, era una tarde increíble sin duda.
-No te vayas, por favor, quedate conmigo-.
La noche había caído y Emilio le suplicaba que no se fuera, la estaban pasando demasiado bien.
-Esta bien, pero...-. Le daba vergüenza decirlo.
-Pero...-.
-Quiero que dormáis conmigo, ya sabes porque... Hace frío -. Su rostro estaba teñido de un rojo intenso.
-Claro, yo te doy el calor que quieras chiquito-. Hablo pícaro Emilio.
-Emilio, ¿qué dices?-. Hablaba riendo.
-Es broma, ven vamos a por unas galletas de verdad, esto es una mierda-. Tiro las "galletas" al cesto de basura y bajaron las escaleras dirección a la cocina.
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Mi Salvador (Segilio) FINALIZADA
RandomUn chico de suéter anaranjado con rombos decide empezar de cero, nueva ciudad, nuevo instituto, nueva vida. Descubre lo que se sinte ser amado con su lindo chico moreno de coleta. Terminada. Primera historia. Segilio