Hacía tan solo un par de meses cuando ambos habían estado lanzando indirectas, aunque en "broma" sobre el gustarse y lo mucho que la pasaban bien juntos.
Así era, así se sentían al menos un día antes: sin presiones, sin preocupaciones y sin temores que no se salieran del mundo amistoso.
Entonces allí estaba él, tratando de llevar a cabo lo que hubiera hecho anteriormente, sin haberse involucrado con ella sexualmente.
—¿Entonces puedes explicarme qué es lo que está pasando? —Quiso saber Adam, sintiendo algo de alivio a su cuerpo tras encender el calefactor y secarse.
Seguían a unos metros de la playa donde salvajemente habían tenido sexo y dentro del auto donde gracias a su confesión había estallado todo, sin embargo, aquél lazo que a ambos los unía fuera del ámbito sexual, fue tan grande que rompió la tensión y aquella preocupación hacia su fiel amiga se hizo presente.
—Estoy aquí para escucharte, como todas aquellas madrugadas en las que tenías tus bajones emocionales y existenciales —Declaró, calmando las ganas incontrolables de abrazarla, ya que al terminar de él hablar ella pareció tambalearse, y no de frío.
—No llores —Decía a sí misma en baja voz.
—Debes... Hacerlo.
—No, no lo haré, nunca lo hago —Le recordó, para con una fuerza sorprendente cambiar su rostro de perdido a muy decidido a algo.
—No nos iremos hasta que me cuentes lo que pasa —Manifestó, tratando de tomar la mano de chica, como siempre lo hacía, lográndolo.
Ella dejó que él apretara su mano y sonrió al tiempo en que se cruzaba de brazos.
—Son más de tres —Comenzó a decir —Uno oficial ante su familia, y los otros... Ni si quiera tienen un nombre específico en mi vida, entre ellos Raúl, el chico camarógrafo de CCLE.
—¿Por qué no sabía esto...? ¿Por qué cuando yo te contaba de mis citas tú no me hablaste de las tuyas? —Le reprochó —Estoy... Comenzando a pensar que has estado ocultándome una vida secreta, ¿a caso tienes otras personalidades también?
Las palabras salían por sí solas sin mucho esfuerzo, quería decir muchas cosas.
—Te oculto cosas y ya, Adam, no veo problema en eso, Dios mío, ¿por qué te pones así? —Inquirió, molesta por sentir que Adam adoptaba otro papel que no fuera el de su amigo.
Ambos bufaron, dándole la bienvenida al silencio.
Una bocada de aire fue tomada segundos después.
—Somos amigos y confidentes y por los múltiples compromisos que nos separan deberíamos alejarnos de un posible "Romance fugaz" —Hizo comillas ella, sintiendo que eso aliviaría la situación.
—Oh, no, ¡increíble! Acabas de hacerme saber que no debería saber esa parte oculta de tu vida porque al parecer no me incumbe y ahora sales con esto —Se sintió airado por el descaro —Eres incomprensible —Refutó sorprendido.
—Suelen decirlo —Dijo ella, cansada de escuchar eso —Tampoco se toman el tiempo de saber porqué, incluso tú no querías saber, sólo te conformabas con lo que yo te decía.
Adam se irritó por aquello —De acuerdo, ahora es mi culpa —Se limitó a decir.
Ella se mordió el labio inferior.
—Y no han sido los únicos, los roto —Seguía confesando, en un vaivén de pensamientos —Ninguno me llena, Adam, ninguno es suficiente, así...
Eso sin duda nunca lo vio ir, y tan solo eso bastó para que la confianza en ella y parte de su fachada cayera hondo.
—¿Así que andas por la vía subiéndote en cada coche y cuando no te llevan al destino que quieres te bajas y ya? —dijo, metafórico.
Ella asintió sin verlo —Llevo cinco años en lo mismo, no creo poder tomar otro rumbo la verdad —Consideró, sin sentir nada de remordimiento.
Y fue allí en dónde Adam sintió temblar y desanimar —¿Te bajarás de éste auto?
Ambos sabían la doble intención de aquella pregunta.
—Puedo ser la flor de tu cabello, pero algún día se marchitará... —Susurró él, al conseguir como respuesta el silencio —Debí haber estado endemoniado cuando comenté eso aquél día, porque acerté.
—Eres especial —Volvió a repetir ella, cuando al verlo a los ojos verdes sintió rendirse ante él —Y esa chica merecía ser tus terceros labios.
Adam sintió su corazón doler y ella... También.
—Entonces, supongo que sólo podré seguir aconsejandote, pero ahora en otra faceta que no conocía —Declaró Adam, resignado ante aquél comentario de ella.
—Me gusta esa idea —Dijo, más no lo sintió.
Adam encendió el auto, percatándose de que la lluvia había menguado, y sonrió, sonrió lleno de tristeza al saber que por un momento había tenido al cielo más brillante y bello y en ese momento su corazón estaba en medio de una tormenta hundido en aquella playa donde sus cuerpos habían arrazado con el otro.
Estaba él conduciendo minutos después de vuelta a casa, aquél Sábado por la noche, casi madrugada, mientras ella dormía, cuando paró en una gasolinera y segundos después la chica tomó el control del volante.
—No sabes manejar auto —Le recordó él, debido a que ella iba por la vida, en una moto salvaje, como ella.
—Eso creiste tú todo éste tiempo —Manifestó, sonriendole.
Adam negó con su cabeza al tiempo en que subía al asiento del pasajero.
—¿Qué locura harás ahora? Debo descansar, y tú debes adelantar lo tuyo —Dijo él, mirando por un momento el retrovisor de su lado e inhalando el olor que ella había dejado en aquél asiento.
Se estremeció.
—Dejame hacer algo más —Le pidió con un puchero que Adam quiso besar pero se contuvo.
—Sólo quiero que acabe —Confesó aunque no pensó decirlo en alta voz.
—Terminará mañana domingo, por la mañana —Le sonrió ella, sintiendo su pecho bombear para encender el auto y comenzar a rodar.
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N/a: disculpen por tan poco, pero esta historia significa mucho, es, una de esas vías de escape tras un trance, lxs quiero ❤🙏
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Sunday Morning [Adam Levine] ✔
FanfictionDe un Sábado a Domingo por la mañana dentro de un carro, ella y él conocieron lo que era el cielo sonriente adornando el agua azulada, como también el infierno en las profundidades de ésta, siendo amantes, amigos y consejeros. "Puedo ser la flor de...