CAPITULO 4 - ¿Qué es lo que estoy sintiendo?

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Al día siguiente, Harry y Ron se encontraron con Hermione en la sala común y se dirigieron hasta el gran comedor tomando lugar en la mesa de Gryffindor para desayunar, mientras lo hacían cruzaron algunas palabras, pero los tres chicos estaban algo somnolientos, sobre todo Harry que había dormido unas pocas horas.

—Por cierto, Harry ¿A dónde has ido anoche? Cuando regresé al dormitorio tu cama estaba vacía y ya pasaban de las tres de la mañana, no te oí regresar. —preguntó Ron, mientras bebía un poco de jugo de calabaza y comía un trozo de pastel.

Harry, que había estado comiendo en silencio desde hace un rato, casi se atragantó al oír la pregunta de su amigo, pero lo supo disimular.

—Salí por aire fresco y me he quedado en la torre de astronomía unas horas… —respondió, omitiendo claramente el hecho de que se había quedado allí en compañía de Draco Malfoy. —Quise decirles y que me acompañaran, pero los vi muy ocupados y no quise interrumpir. —Mintió, pues sabia que con ese comentario dejarían ya las preguntas.

Y así fue, Hermione casi escupió su jugo de calabaza y se le enrojecieron hasta las orejas, Ron, no se quedó atrás en eso y antes de que Harry volviera a hablar, Hermione se apresuró en comentar sobre sus horarios de clases.

Harry sonrió al ver las reacciones de sus amigos y continuó con el desayuno perdiéndose de a momentos al recordar la noche anterior.

                                                                                                                             FLASHBACK

 

—Entonces quédate conmigo, Potter.

Harry al escuchar las palabras de Draco no fue capaz de dar ni un paso más, pero tampoco se sentía capaz de mirarlo a la cara y encontrarse en ella una risa burlona que le indicara que este continuaba burlándose, por lo que sin decir nada, dejó su capa sobre las cajas con las que había tropezado anteriormente y caminó hasta llegar al borde de la torre, en donde había encontrado a Draco al llegar ahí. Sintió como el rubio de Slytherin le seguía y se posicionaba a su lado manteniendo el silencio.

Se quedaron ahí durante unas dos horas si es que no más, ninguno pronunció ninguna palabra, solo se quedaron el uno al lado del otro observando las estrellas que brillaron como nunca, mientras se rozaban tenuemente una de sus manos, y así hubieran podido pasar otras horas más, pero Peeves apareció y comenzó a gritar.

¡Pipipote y dragote son novios! ¡los he pillado en una cita amorosa! —Salió disparado justo cuando Draco lo amenazaba con su varita, riendo a carcajadas y chillando por los silenciosos pasillos repitiendo una y otra ves lo mismo.

Fue así como ambos se apresuraron en regresar a sus respectivas casas, sin mencionar nada y tampoco despedirse.

                                                                                                                        FIN DEL FLASHBACK

Habían pasado dos semanas desde el encuentro en la torre de astronomía, Harry, evitaba a toda costa toparse con Peeves y hasta el momento había tenido suerte, no podía decir lo mismo con Draco, ya que tenían algunas clases que les tocaba compartir e inevitablemente también se topaban en el gran comedor y algunas veces por los pasillos, cada vez que esto ocurría, Harry, no podía evitar sentirse incómodo y aunque Draco actuaba con normalidad, algunas veces Harry lo sorprendía observándolo. Harry no dejaba de preguntarse qué era lo que le estaba sucediendo, no podía dejar de pensar en esa noche y cada vez que se cruzaba con el rubio sentía un nudo formarse en el interior de su estómago.

Después de tanto tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora