2. PEDAZOS ROTOS

48 10 8
                                    

Jacob 18 años

Me termino de arreglar el cabello que por mucho que trato no quiere quedar como el sujeto de mi póster. Dos capas de laca no logran lo que quiero.

- Joder. - Gruño mirando como aún se me paran tres cabellos en la parte de atrás.

Tocan a la puerta y no tengo que voltear para saber quién es. Los suaves toques de mi hermana se distinguen siempre.

- Pasa. - Ordeno mirando mi pulóver con el logo de mi banda favorita en el pecho.

- Uuuuuuuuuu estás oloroso. - insinúa Julia olfateando el aire a su alrededor.

- Siempre huelo así. - Me giro hacia ella y alzo una ceja irritado. - ¿A qué hora nos vamos?

- Isa viene por mí en un momento. - Contesta jugando con un mechón de cabello.

Miro mis zapatos por última vez y me giro hacia mi reflejo suspirando en silencio. Estoy bien. Me gusta lo que veo excepto por esos malditos tres pelos que me hacen parecer un ¡jodido anime!

- Listo. Así está mejor. - Anuncia mi hermana luego de haber tomado un peine y hecho no sé qué con mi cabello que ahora está sin ninguna falla haciéndome lucir justo como quería.

- Eres la mejor. ¿Lo sabes? - Beso su mejilla emocionado porque al fin me libré de mi problema y ella me rodea con los brazos para devolverme el mimo.

- ¡¡Julia!! Isabella está aquí- Grita mamá desde la escalera y me congelo en el lugar.

Se supone que voy a llevar a ambas a la fiesta de uno de los compañeros de aula de Julia. Me ofrecí porque sabía que Isa iría. Llevo colgado desde que la vi cuando éramos niños y aún no tengo el valor de decirle. Con el pasar de los años ha dejado de ser una niña tierna y ahora es toda una chica seductora y con unos ojos que... simplemente me encantan.

Me encanta todo de ella pero sé que si digo algo las cosas se pondrán raras y no quiero que se pongan así. Quiero que siga teniendo la confianza de entrar a mi cuarto y darme un abrazo, de revisar mis gavetas buscando una camisa para ponerse o de acostarse a mi lado y hablar toda la noche sin que se sienta incómoda.

- ¡Voy mamá! - Grita Julia de vuelta y baja a toda velocidad.

Sé que tengo que bajar pero aún no estoy convencido de mi aspecto. Termino por ponerme una gorra al revés y salgo fingiendo desinterés. Bajo la escalera y con cada escalón se revela su cuerpo. Trae tenis Converse y una minifalda negra. Un pulóver con el logo de mi banda favorita me hace palpitar el corazón más deprisa por la coincidencia. Joder. Es que ella es perfecta.

Dos escalones más me dejan ver su rostro el que se ilumina con una sonrisa cuando me ve. Viene a mi encuentro y me abraza haciendo que se me derritan los músculos del cuerpo y solo puedo sonreír de vuelta incapaz de emitir sílabas alguna.

- Estamos sincronizados. - Dice mirando mi pulóver y luego el suyo.

Asiento y me vuelvo hacia Julia.

- Nos vamos. - Le digo y ella sonríe emocionada. Es su primera fiesta de noche aunque estoy viniendo con ella no deja de estar contenta por su salida.

Nos despedimos de nuestros padres y cuando entro al auto después de ellas caigo en cuenta de lo corto que está el vestido de mi hermana.

- ¡Maldición, Juls! - Gruño y sujeto el dobladillo para bajarlo.

- Ay por favor, Jacobi. - Dice cruzándose de brazos.

- Bien. Ya veremos si lo bajas o no cuando me dedique a romperle los dientes a todo el que se atreva a mirarte.

COMO UN  HILO ROJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora