CAPÍTULO 1: El Adiós

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― ¿¡Qué!? No me mientas, ¡Por favor dime que esto es una maldita broma! ― grité, mientras mi alma se quebraba. ― Dime la verdad Hoseok ― le reclamé a mi hermano.

― Yo también quiero que sea una broma, ______ ― lloraba desconsoladamente, y para ser sincera es la primera vez que lo veo de esa forma ― Tenemos que ir lo mas rápido posible a casa.

Hoseok es mi hermano mayor y aparentemente la única familia que me queda.

― ¿Pero como ha pasado esto? Estaba todo bien en la mañana ― mis lagrimas no cesaban así que era en vano limpiarlas.

― Si en la mañana estaba todo bien, pero eso no impide que los maten por el transcurso del día ― me contestó y subí al auto con él.

Mi hermano manejo a toda velocidad hasta la casa de mis padres, la zona estaba cerrada por la típica cinta amarilla de precaución. El corazón se me estrujaba de dolor y el estomago se me revolvía al ver la cantidad de policías que se encontraba en la gran entrada.

Hoseok y yo nos acercamos de a poco al lugar, la puerta estaba abierta dejando ver la entrada, como si se tratara de un espectáculo de circo, policías criminalisticos entraban y salían, se lograba divisar la sangre derramada por todo el suelo de cerámico blanco.

― Somos hijos de los señores Lee ― Hoseok le dijo al policia que nos detuvo.

― ¿Lee Hoseok y Lee ______? ― asentimos con la cabeza ― Vengan por aquí ― nos guió hasta una camioneta ― Necesitamos que vayan a la comisaria de Seúl.

Suspiré pesadamente, ¿Acaso no nos diría que había sucedido primero? ¿O por lo menos como sucedió?, ¿Solo nos mandaría a otro lugar?.

― Primero quiero ver a mis padres ― seque mis lagrimas y recupere la compostura, no quería que ese sujeto me vea mal, no quería ser débil frente a nadie.

― No creo que sea buena idea, ______. ― Hoseok me abrazó y yo me safé.

― Lo siento, pero menores de edad no pueden entrar ― el policía me dio una mirada comprensiva.

― Tengo veinte años, Señor ― lo mire de arriba a abajo, ¿Acaso este estúpido no había leído la fecha de nacimiento en mi identificación?

― Si es así, acompañeme Señorita Lee ― caminé lentamente detrás de aquel oficial de policía.

Cada paso que daba me acercaban mas a mi mas grande pesadilla, donde estaban mis padres, mejor dicho... los cuerpos de mis padres, tome una gran bocanada de aire, el cuerpo me temblaba y un remolino de sentimientos hacían doler mi corazón, mis pulmones se llenaron del olor a hierro que al instante me produjeron nauseas.

La piel se me erizo al ver los cuerpos de mis amados padres tirados sin vida, por lo que pude ver mataron a mamá de un tiro en la cabeza, pero a mi padre... a mi pobre padre lo torturaron en vida.

La imagen de mi padre me impactó y no saldría de mi cabeza por mucho tiempo, seguro me acompañaría a la tumba, sus manos sin uñas, la mitad de la cara quemada, puñaladas que se encontraban por todo su cuerpo manchando su ropa con sangre y lo peor de todo, su cabeza a dos metros de su cuerpo.

Estaba en shock al igual que Hoseok, mi pecho se movía frenéticamente tratando de sacar el dolor de mi alma,  nos retiramos de la casa, el mismo policía nos había guiado hasta la salida, la escena podría ser contaminada con nosotros en ella. Rapidamente nos monto en una camioneta para ir al departamento de policías de Seúl, oficiales corriendo, gente trabajando, bullicio que no hacían sentidos en mi cabeza. Estabamos siendo escoltados por varios policías que nos condujeron a un cuarto silencioso, podría jurar que todo era un sueño, pero lo que me sacaba de ese dorado pensamiento era la mano de mi hermano que no me había soltado ni un segundo.

Sick Love ||Lee Minhyuk & Tú||✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora