Segunda: tras Kamino

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If you feel so angry
So ripped off
So stepped on
You're not the only one refusing to back down
You're not the only one
So get up
Let's start a riot

Riot, Three Days Grace

***

Al principio, Uraraka pensó que quizá en el campamento de verano podría pedirle otra revancha.

Error.

Y luego se siente vagamente culpable por no ir a rescatarlo. Se consuela pensando que Bakugo consideraría una humillación esa necesidad de ser rescatado, un insulto. De todos modos algo dentro de ella piensa que incluso alguien tan orgulloso y soberbio como él tiene que aprender que a veces la gente necesita ser rescatada, aunque el plan que están siguiendo sus compñaeros le parezca peligroso y arriesgado.

O no. Quién sabe.

De todos modos no va y esa espinita que se le clava desaparece porque decide confiar en quienes sí lo hacen y en Bakugo y en los profesionales.

No es hasta que se mudan a los dormitorios que vuelve su plan de una revancha. Observa a Bakugo en busca del momento justo y adecuado. Convence a Aizawa de que les permita entrenar. Aizawa ya no le pregunta por qué Bakugo. Sólo se asegura que nadie la menosprecie.

Eso ha mejorado, de hecho, le asegura.

Kirishima siempre está dispuesta a entrenar con ella un rato. Iida todavía es irritante, pero Ochako aprende a aceptarlo como algo que es. Incluso Deku se ha ofrecido a ayudarle con sus movimientos. Con Kaminari el asunto quedó zanjado después de una derrota que ella y Jirou le pusieron a él y a Sero. Desde entonces se esfuerzan a ver a las mujeres como sus iguales.

Pero su meta es Bakugo. Es el mejor de la clase en cuestión de combate. Todoroki rivaliza con él, pero sólo tiene el control total de una mitad de su singularidad.

Entra un día que está en la cocina que comparten todos los estudiantes de la clase 1-A. Está solo, lavando los platos de su cena. Y quizá de la de Kirishima, porque lo ha visto cocinar para ambos.

—¡Dije que lo haría yo, no...! —Alza la vista y se da cuenta de que, con quien sea que pensara que está hablando, no está allí. Ochako sonríe nerviosa—. Eres tú.

—Tengo otro pase para usar los campos de entrenamiento después de clase —dice ella, simplemente.

—¿Y?

—Pensé que te vendría bien destruir algo. —Se encoge de hombros, pretendiendo ignorancia—. A mí, ciertamente, me iría bien.

Bakugo sonríe de lado.

—Bien. Mañana —añade, después de un momento—. Ya es tarde.

Ochako asiente.

—Mañana.

Y después agrega, mentalmente.

«Es una cita».

Siente impulso de pegarse a sí misma tras tal estupidez.

***

—¡Te ganaré de nuevo, Uraraka! —amenaza Bakugo.

Desde el principio, se nota que hay algo diferente en la manera de pelear de Bakugo. Ahora terrible y desesperado que se une a su pasión normal por aplastar al mundo entero bajo sus pies.

Es apenas perceptible. Ochako apenas se da cuenta. Pero lo nota porque hay mucho más cascajo que aprovechar para atacar a Bakugo.

Ahora tiene un cambio de estrategia. En vez de esperar y evitar el golpe, ataca de frente. Los pedazos más grandes de cascajo los hace dirigirse siempre hacia la cabeza de Bakugo y los suelta allí. No acierta, pero lo obliga a moverse con rapidez y eso, varias veces, hace que ella casi lo alcance varias veces.

Sabe que debe lograrlo antes de estar muy cansada.

—¡MUERE!

Esquiva el golpe. Esa vez, Bakugo no levanta demasiado cascajo. Era de esperarse que intentara evitar golpes en su cabeza, se dice Ochako.

Normal.

Piensa algo más, Ochako. Vamos. Usa ese cerebro que tienes. Le puedes plantar cara a Katsuki Bakugo, por qué no ibas a poder ganarle.

Se esfuerza demasiado. Usa todo a su alrededor. Cualquier cosa que pueda levantar y que no esté pegada al piso. Ha decidido que, de momento, la mejor estrategia para ir contra Bakugo, es distraerlo.

—¡MUERE!

Pero no, sigue viva, coleando, presentando pelea.

—¡Uraraka!

Y Katsuki Bakugo se sabe su nombre y eso hace que todo en ella dé vueltas.

¿Cuántas veces lo ha oído pronunciar el nombre de alguien más? Considera un poco de honor que alguien como Bakugo la considere rival digna. Es estúpido. Ochako sabe que es una rival digna de cualquiera que quiera plantarle cara. ¿Entonces por qué la destrozaría que Bakugo la viera desde la superioridad y no desde la igualdad desde donde la está viendo?

Logra golpear a Bakugo un par de veces.

No puede contener un grito de emoción.

—¡Sí!

—¡Acabaré contigo, Uraraka! —grita Bakugo. Y sonríe.

Qué grande y que depredadora es su sonrisa. Llena de promesas de una buena pelea.

—¡Más te vale, no te lo pondré fácil!

Lo destrozan todo. Probablemente esa no es la mejor manera de enfrentarse a una pelea cuando estén en el mundo real y tengan que preocuparse por civiles. Pero ambos lo necesitan. Ochako quiere acabarse el mundo y Bakugo quiere destrozarlo mientras demuestra que él sigue en la cima y que no es débil.

Ochako hace flotar todo el cascajo que puede antes de lanzárselo encima. Katsuki acaba con un poste falso y ella lo usa como proyectil un momento.

Siguen y siguen y siguen y siguen hasta que Ochako no puede más y cae de rodillas. Bakugo no espera a que esté en pie para atacarla, pero sí se distrae, confiando en la victoria fácil. Ella lo toca en una pierna y lo hace elevarse para evitar que una explosión la derrumbe. Bakugo cae con poca gracia un poco más allá y Ochako usa ese momento para ponerse en pie y demostrar que sigue tan fuerte como antes.

O eso quiere hacer creer, porque ambos respiran con dificultar y tienen los uniformes destrozados.

Bakugo se lanza contra ella.

«Piensa, piensa, piensa, piensa».

Intenta atacarlo. Pero una explosión la hace perder definitivamente el equilibrio y cae. El mundo se vuelve negro un momento y ya no puede hacer nada.

«¡No todavía...! ¡No...!»

***

Siente un pie en las costillas.

—¡Ey, idiota! ¿Estás bien?

Abre los ojos y la luz la deslumbra. Bakugo la ve desde arriba. Ochako se lleva las manos a los ojos para tallárselos.

—Preferiría no tener que arrastrarte con Recovery Girl —sigue Bakugo—. ¿Puedes levantarte?

Sin pensar en lo que está haciendo, Ochako extiende una mano pidiendo ayuda.

Bakugo frunce el ceño y bufa, pero de todas maneras la ayuda a levantarse.

—No aguantas nada —espeta él. Pero sonríe de lado y ella sonríe también. Ambos saben que esa es su pelea más larga hasta la fecha—. ¿Comiste? Te desmayarás si no comes suficiente. Y quizá podrías haber aguantado más si...

Oh, pero no es problema, quiere decir Ochako. Está acostumbrada a no comer nada. No es problema. Debe ser alguna clase de fortaleza para entonces, de verdad.

—Haré curry —anuncie Bakugo, al aire, mientras empieza a caminar de regreso a los dormitorios—. Si le dices a alguien de esto, morirás.

«Te daré un poco», entiende Ochako. No. Más bien. «Te daré una ración entera».

Corre tras él, para alcanzarlo.

Bakugo vs Uraraka [Kacchako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora