La vez que Bakugo tuvo que pedir una revancha

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Tonight, I want to see it in your eyes
Feel the magic, there's something that drives me wild
And tonight, we're gonna make it all come true
'Cause girl, you were made for me
And girl, I was made for you

I Was Made for Loving You, Kiss

***

Lo primero que recuerda es la furia de haber perdido mezclado con la satisfacción de que Uraraka por fin hubiera demostrado la verdad tras todas esas declaraciones. Y luego sus labios. Y luego la nada.

Usualmente solían volver juntos a los dormitorios después de sus peleas. En silencio, porque Katsuki no tenía nada que decirle a Uraraka y solían estar cansados y hambrientos. Pero esa vez vuelve solo, a paso lento. Pensando en los labios de Uraraka y en su manera de besar y en que lo había besado y en que nunca antes había besado a nadie.

No se hubiera fijado en Uraraka dos veces si no la hubiera visto pelear.

Demasiado pequeña, demasiadas mejillas para un solo rostro; demasiado amable, demasiado sonriente.

Quién diría la pasión que se escondía tras esa fachada.

Así que camina lento, mientras se disipa la furia. Ya no la ve. Ya no siente la tentación de gritarle que vuelva, porque se fue corriendo como una cobarde. Después de todo, ¿qué le diría si se hubiera quedado?

Regresa solo, más tarde que de costumbre.

Ni siquiera siente la derrota de la pelea, lejos de un confuso orgullo.

No hay nada frágil en Ochako Uraraka. Subestimarla equivale a morir lentamente, poco a poco.

No hay nada frágil en la manera en la que pelea, en la que se mueve, en la que golpea. Pudo inmovilizarlo y eso es símbolo de una increíble fuerza.

Pero tampoco hay nada frágil en sus labios, que atacan en forma de beso.

Katsuki se lleva los dedos a sus labios, buscando la sombra de los de Ochako. ¿Por qué tuvo que huir?

***

No se encuentra con casi nadie al volver. Hay un grupo de estudio que no hace ruido en la zona común y puede oír a alguien preparando algo en la cocina, pero no se asoma. Se dirige a su habitación. Tiene que ponerse al corriente con la tarea de Present Mic —inglés no es nada complicado pero igual tiene que hacerlo— y después tiene tarea de matemáticas pendiente. Las integrales no se van a hacer solas sólo porque él no pueda dejar de pensar en Ochako Uraraka.

(¿Por qué tenía que besarlo?)

Trabaja sólo un rato hasta que alguien llama a su puerta.

—¿Bakugo?

Es Kirishima.

—Necesito ayuda.

Gruñe, pero va a abrirle la puerta. Tiene un cuaderno y un lápiz en la mano y cara de confusión.

—Pasa, idiota.

Kirishima es el único que ha tenido el privilegio de conocer su habitación. Otros sólo la han visto por fuera y otros saldrían volando con una explosión si se atrevieran a si quiera llamar a su puerta.

—¿En qué demonios te atoraste?

—Matemáticas —dice—. Los números dan vueltas en mi cabeza.

Explicar matemáticas ayuda.

De repente Ochako Uraraka ya no es la dueña de un buen espacio de su mente. Pensar en que lo dejó tirado en medio del campo de entrenamiento queda relegado porque Kirishima es un idiota que en momentos de estrés olvida que dos más dos es cuatro —pero en realidad no es malo, sólo duda demasiado y eso irrita a Katsuki, que ese día gruñe más de lo habitual y se queja más de lo habitual.

Bakugo vs Uraraka [Kacchako] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora