V

1.2K 130 33
                                    

La vergüenza por haber sido visto por su padrino, compartiendo besos con Potter, le duró cerca de dos días. Ya no parecía ser el mismo, incluso llegando a ignorar a Harry en todo momento.

Una tarde, para despejar la mente de cualquier habladuría de sus compañeros de Slytherin, decidió dirigirse a la biblioteca.
Sabía que no podía tener absceso a la mayoría de los libros prohibidos, pero para su propia suerte había empacado muchos de los cuales su padre coleccionaba.
Por lo que al ingresar a la biblioteca no tomó ningún libro, solo localizo la mesa del fondo, la cual se encontraba cerca de una ventana que dejaba ingresar los pequeños rayos del día.
Su suerte era buena, no muchos alumnos se encontraban presentes, solo unos seis o siete quizá, los cuales eran de segundo año.

Se sentó y saco el libro que tenía guardado en su túnica, no era muy pesado, de tamaño mediano forrado con un cuero  que tenía encima como portada unas letras pequeñas las cuales no eran entendibles por lo malgastadas que estaban.

Draco no parecía poder apartar la mirada del libro, aunque no quería pensar en nada, las palabras de su padrino aun seguían resonando en su mente.
Snape había sido directo en lo que pensaba, hasta incluso le había advertido en cual podía ser la reacción de su padre al enterarse de todo.

¿Entonces que debía hacer?
No podía terminar con Harry, aunque sabia que por el bien de ambos lo mejor era estar por caminos separados. Y eso mismo era lo que había estado haciendo, había ignorado durante varias días a Harry, lo había pasado de largo muchas veces, ni siquiera le respondía las cartas.
Pero ya no quería seguir con eso, su corazón era el primer obstáculo.
No era fácil ignorarlo, era incluso como si Harry resaltará del resto.

Resoplo despejando todas sus ideas. Abrió el libro e intento concentrarse en la lectura.
Nada parecía poder distraerlo en ese momento.

Una silla se movió al frente de el, pero prefirió no levantar la mirada, solo fruncio el ceño, reconoció al instante quien era, con solo oler el perfume... Harry siempre usaba el mismo perfume. 

—Debe existir un motivo—hablo—. Has estado raro estos últimos días. ¿Que te dijo Snape?

Draco levanto más el libro, acercándolo de manera exagerada a su propio rostro.

—Oye, te estoy hablando. Soy inocente de todo, ni siquiera se que hice.

El rubio empezó a tararear para callar las palabras del azabache.

—Pero... ¿Que te pasa?—le pregunto mientras movía con magia la pequeña mesa donde ambos estaban sentados—. Te busque por todo el colegio.  Para solo aclarar lo que estaba pasando.

Draco dejo de tararear y murmuró algo en voz muy baja, que solo el mismo.

El silencio se hizo presente por unos veinticuatro segundos, el rubio no podía ver si Harry se encontraba aun ahí o se había retirado.
Se sintió algo triste, ni tenia  la fuerza para bajar el libro y comprobarlo. 

Entonces, sin que el mismo se lo espere, Harry se acercó y lo beso en la frente.
Lo había tomado de sorpresa, Draco bajo rápido el libro y lo miro con los ojos bien abiertos.

—Demonios, Harry—exclamo—. Sabes perfectamente que alguien puede vernos—miro de reojo a las demás mesas, por suerte no había nadie muy cerca.

—Te extraño—le dijo mientras se acercaba a su rostro, lo miro directamente a los ojos, incluso pegando su nariz con la del rubio.

Cuando Draco pensó que estaba vez lo besaría en los labios, Harry sujeto su rostro y lo beso fuertemente en la mejilla.

—Te adoro, enserio—le susurro y se apartó para ver el tierno sonrojo en las mejillas del Slytherin.

—Yo también te adoro—le dijo con una sonrisa—. En especial a tus enormes ojos verdes—lo agarro de la camisa y lo acerco rápido, para por fin besarlo. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 06, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Love, Harco•DarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora